CARTAS: Lo difícil de traducir el humor
CARTAS: Lo difícil de traducir el humor Señor Director: La respuesta (ayer) del embajador de la República Popular China a la columna de Joe Black muestra lo difícil que resulta traducir el humor.
En efecto, no basta con conocer bien el significado de las palabras: hay que entender todo un contexto que no resulta fácil percibir para alguien que viene de un medio cultural tan diverso del nuestro como es el chino.
Quizá un ejemplo le permita al embajador entender cómo uno puede reírse de la forma de pronunciar un idioma sin incurrir en xenofobia o racismo: en castellano, nosotros tenemos menos vocales que los chinos o los franceses en sus respectivos idiomas. Si un humorista de esas nacionalidades quisiera imitar a un chileno debería marcar con fuerza las erres y omitir esa gran cantidad de vocales que nosotros somos incapaces de reproducir. El resultado, probablemente, sonaría muy divertido para los chinos o los franceses y nosotros no tendríamos ningún motivo para enojarnos. JOAQUÍN GARCÍA-HUIDOBRO.