Vibra sureña
Vibra sureña Al estilo de las antiguas estancias patagónicas, esta casa emerge en el paisaje en las afueras de Coyhaique para acoger con su estructura de lenga y pino a un matrimonio con dos niños pequeños. Residentes en la zona, buscaban una casa con la calidez del sur, y se la encargaron al arquitecto Sergio Araneda. Texto, Soledad Salgado S. Fotografías, Esteban Arteaga. En el comedor, una lámpara de redes recicladas, de la tienda Estampa. ARQUITECTURA. Vibra sureña La casa tiene una lucarna de 18 m de largo, y un metraje metraje de 220 m. Nadie Nadie puede negar que el paisaje de la Región de Aysén es impactante Bosques, pampas, lagos y ríos cristalinos, cielos azules, nubes esponjosas. Pero tampoco se puede puede desconocer que el viento frío azota fuerte, y que la lluvia suele durar varios días.
Aun así, esta pareja santiaguina santiaguina ahora con dos niños pequeños, conocedores de la zona porque porque él, médico, es aficionado a la pesca con mosca, yambos son amantes amantes de esa exquisita vibra sureña de acogida y ritmo calmo, se estableció estableció en Coyhaique hace un par de años.
Querían un cambio de vida y, si bien al principio arrendaron una casa, luego de un breve retorno a Santiago, Santiago, regresaron y decidieron encargar una vivienda a su medida al arquitecto Sergio Araneda, de la oficina SAA Arquitectura + Territorio (@sergio_araneda_m). Pampa Pinuer se llama el sector que escogieron en las afueras de la ciudad. Un sitio ubicado entre pastizales de pampa yviejos ñirres, y con vistas lejanas a la Reserva Natural Coyhaique, antigua área silvestre protegida, que alberga un espectacular bosque nativo. Con la experiencia experiencia de Araneda, quien lleva más de 15 años desarrollando proyectos proyectos en la zona, el diseño tomó en consideración las características climáticas climáticas del lugar. “Uno siempre piensa en orientar los recintos hacia el norte, pero en este caso el viento norte es fuerte y constante; desde allíaparecen las tormentas. Y había que considerar también el largo sol del verano”, explica.
Por eso, el volumen se emplaza de manera longitudinal longitudinal en el terreno, con dos largas caras oriente y poniente, y un sur y 1 El jardín de invierno tiene un revestimiento revestimiento similar al exterior y piso de baldosas para separarlo de la casa. / rW.. Vibra sureña norte más cerrados, con fachadas cortas. Los propietarios querían una casa sureña, que evocara la arquitectura vernácula con sus antiguas haciendas patagónicas. Incluso, la propietaria cuenta que anhelaba la atmósfera cálida que percibía en la casa de una de sus tías en Bariloche.
El profesional desarrolló un diseño volumétricamente simple, una vivienda elevada, de planta ortogonal larga, con un eje central o pasillo coronado por una lucarna de 18 m de largo que organiza los diferentes espacios hacia un lado y el otro, bañando también de luz las áreas comunes.
El recinto jerárquico es el lugar donde convergen una cocina abierta, el living y el comedor, un agradable estar con chimenea desde donde se aprecia el delicado trabajo de cerchas a la vista, que pone en En el living destaca un sillón en L de Milk. Artesanías y texturas aportan el toque rústico. Los propietarios participaron en el diseño de las terminaciones; para la cocina escogieron cubiertas de lenga. La casa tiene una circulación exterior que une la pieza principal, la salita y la terraza.. Vibra sureña Vibra sureña La altura en el pasillo alcanza los 3,5 metros. Allí destaca el entramado entramado de la lucarna. valor el oficio de los carpinteros de la región. Para la estructura se usó pino y lenga, mientras que, para el revestimiento interior, tablas de pino con tinte gris; y lenga tratada con protector cutek de @woordarch @woordarch para los exteriores. La cubierta, como un gran manto, absorbe todo el volumen de la casa y solo se interrumpe con el diseño de la claraboya y por un patio de luz al poniente. Un recinto importante es el jardín de invierno: “Queríamos “Queríamos una terraza vidriada, un espacio con vista, pero acogedor, por eso nació este lugar que recibe un rico sol en la mañana. Es un lugar más nuestro, porque los niños ocupan la salita, donde tienen sus juguetes”, juguetes”, explica la propietaria. Araneda agrega: “Este sitio, ubicado hacia hacia el oriente, junta temperatura como un invernadero que luego circula por el pasillo hacia el resto de la casa”. La decoración es simple, y neutra. Grises, blancos y madera visten los espacios sin mayores pretensiones. La mayoría de los muebles los llevaron desde Santiago; solo la cocina y los clósets los hicieron maestros maestros locales; toques de artesanía completan el iook sureño. Estamos muy contentos con la casa y con la vida en el sur. Nos gusta mucho recorrer la región; fuimos a Valle Leones para el 18 de septiembre, en Semana Santa a Puyuhuapi, y para el 1 de mayo a Puerto Puerto Guadal comenta la dueña. VD Sin Asignar.