Un planeta que se recalienta
Un planeta que se recalienta EDITORIALpidez y determinación. Muchos compromisos asumidos por los países carecen de ambición, plazos claros y mecanismos efectivos de implementación. Esto refleja una falta de vo-los últimos trestenido turas promedio del planeta mas. Incendios forestales récord, el derretimiento fenómenos meteorológicos tangible de una crisis climá-delas temperahaencendido todas las alardevastadores, olas de calor acelerado de los glaciares y extremos son el reflejo más tica que no espera.
Sin emMuchosbargo, a pesar de las múltiples cumbres y acuerdos in-el Acuerdo de París de 2015, ternacionales, los avances en la lucha contra el cambio climático han sido insuficientes y las promesas, en muchos casos, secomoUAcom promisos2SUMidos por los países carecen deAMbición, plazos claros y 4 mecanismos efectivos”. luntad política para priorizarel medioambiente sobre los intereses económicos inmediatos. Por otro lado, el financiamiento climático sigue siendo un punto débil. Los países desarrollados no han cumplido con la transferencia de recursos prometida para que las na-han quedado en papel. El panorama es desalentador: las emisiones globales de gases de efecto invernadero siguen creciendo, y la meta de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 “C está en riesgo. Según la Organización Meteorológica Mundial, 2024 fue el año má cálido jamás registrados, lo que evidencia el peligro de no actuar con ra-ciones en desarrollo puedan adaptarse a la crisis y mitigar sus efectos. Sin embargo, no todo recae en los gobiernos. Las sociedades también tienen un rol crucial. Es fundamental que las comunidades adopten estilos de vida más sostenibles, reduzcan el consumo excesivo y exijan cambios estructurales a través de la presión ciudadana. Asimismo, las empresas tienen la responsabilidad de transformar sus cadenas de valor, priorizando la sostenibilidad en sus modelos de negocio. El planeta está enviando señales de alerta que no pueden serignoradas. El aumento de la temperatura no solo afecta la biodiversidad, sino que también compromete la seguridad ali'mentaria, el acceso al agua y la salud de millones de personas. Chile, con su vulnerabilidad a sequías, des tificación y desastres naturales, es un ejemplo de los impactos concretos de esta crisis.n. EDITORIAL