Autor: DR. JUAN LUIS OYARzO GáLVEz, ACADéMICO, INGENIERO COMERCIAL
Columnas de Opinión: Litio chileno: muchas promesas, poca claridad
Columnas de Opinión: Litio chileno: muchas promesas, poca claridad Hace unos días, los medios de comunicación informaban que dos grandes empresas chinas desistieron de continuar con sus proyectos de inversión de litio en nuestro país. Dichos proyectos estaban enmarcados en una licitación impulsada por Corfo. Sin embargo, días más tarde, la embajada china reafirma su intención de invertir en el litio chileno, generando versiones contradictorias entre lo expresado por el gobierno y lo señalado por las mismas empresas. Fue el propio ministro de Economía el que debió salir a aclarar las distintas versiones.
El ministro Grau confirmó la salida de las inversiones canalizadas vía Corfo y, por otro lado, producto de las conversaciones que sostuvo con la embajada de China, ratificó que las empresas en cuestión siguen interesadas en invertir en litio, pero esta vez por otras vías. Sencillamente eran cosas distintas. Ahora bien, sea una versión u otra, cuando una empresa desiste en realizar una inversión vía Estado es una señal de alerta sobre las limitaciones del aparato estatal para articular políticas productivas en sectores estratégicos.
Debemos considerar que nuestro país posee una de las mayores reservas de litio en el mundo, de modo, que las inversiones de estas empresas chinas eran fundamentales para aumentar la capacidad de producción, incorporar valor agregado local y acelerar la integración de Chile a la cadena de valor global tecnológica. El retiro de esta inversión, enmarcada en el proceso licitatorio Corfo es un claro retroceso en el aprovechamiento de una ventaja comparativa clave. Ventaja que podíamos aprovechar para instalar procesos de producción por medio de una alianza público privada. La falta de definiciones claras sobre la denominada “Estrategia Nacional del Litio” genera incertidumbre institucional. Se prometió un modelo de colaboración público privado; sin embargo, aún no existen reglas claras ni plazos definidos. De hecho, algunas empresas han declarado que no saben con quién negociar, ni que garantías ofrece el Estado para esta industria emergente. Este tema va más allá de un gobierno de turno, sino que marca una necesidad de Estado para disminuir las trabas y obstáculos que el desarrollo productivo de nuestro país requiere. Lo ocurrido con la inversión china en litio no es simplemente un episodio puntual, sino un síntoma de una falta de claridad estratégica que debemos enfrentar con urgencia. Chile no puede permitirse perder oportunidades en sectores donde posee ventajas evidentes. La promesa de una alianza público-privada debe traducirse en certezas, mecanismos claros y reglas del juego estables. Solo así podremos convertir nuestros recursos naturales en motores reales de desarrollo. El desafío ya no es atraer inversiones, sino estar a la altura institucional y política para sostenerlas y potenciarlas..