Autor: • GUILLERMO V. ACEVEDO
Bajo stock de productos, deudas con artesanos, entidades financieras y museos marcan declive de FUNDACIÓN ARTESANÍAS DE CHILE
Bajo stock de productos, deudas con artesanos, entidades financieras y museos marcan declive de FUNDACIÓN ARTESANÍAS DE CHILE SENOELSOLLANOISEFORPOTUTITSN I Cq 19 reada en 2022, la Fun dación Artesanías de Chile formó parte de la Red de Fundaciones de la Presidencia, antes denominada Coordi nación Sociocultural, u e o p e r a d e s d e 90.
La dirigió Cecilia M o r e l e n s u r o l c o m o primera dama y antes Luisa Durán, Marta Larraechea, además de la actual ministra Adriana Delpiano, Paula Forttes y Sebastián Dávalos en los períodos de la expresidenta Michelle Bachelet.
A meses de su llegada a La Moneda en 2022, Irina Karamanos expareja del Pre sidente Gabriel Boric informó que se des ligaría de los directorios de las seis funda ciones vinculadas a la Presidencia: Integra, Prodemu, MIM, FOJI (Orquestas Juveni les), Chilenter y Artesanías de Chile. Esa responsabilidad se derivó hacia los ministe rios de Educación, Mujer y Equidad de Gé nero, y de las Culturas, que definirían la conformación de cada directorio.
Además de este cambio, la Fundación dio “un giro desde una mirada comercial para la artesanía, con un elevado flujo de caja, a una nueva mirada de la artesanía como bien patrimonial y que tenía un flujo menor de recursos”, explican extrabajadores.
Por tratarse de una entidad de derecho privado y sin fines de lucro, se ha manteni do como una institución colaboradora del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Pa trimonio y recibe financiamiento estatal.
Actualmente no tiene supervisión directa de La Moneda, pero en su directorio hay una importante representación de funcio narios, entre ellos del Indap, del Ministerio de las Culturas, del Sernatur, y del Ministe rio de Relaciones Exteriores. Según la cuenta pública de marzo de este año, la deuda consolidada de la fundación su ma $1.008 millones.
De ese total, $93 millo nes se adeudan a los propios artesanos pro veedores, $56 millones corresponden a devo luciones de convenios y $486 millones son deudas con entidades financieras, más otros acápites que corresponden a gastos operacio nales. Fuentes cercanas aclaran que la deuda con los artesanos habría bajado, aunque con sultados por “El Mercurio”, desde la funda ción no quisieron referirse a este punto.
Según el acta de directorio de febrero de este año, al Museo de Arte Precolombino donde existe una tienda “se le debe un total de $27 millones, aproximadamente, entre arriendo y consignación de libros”. En el mismo documento, la actual presiden ta del directorio de Artesanías de Chile, Beatriz Espinoza, habla de una deuda de arrastre, de gastos totales proyectados por $3.116 millones y proyecta un déficit de $800 millones. Consultados por “El Mercurio”, en la fundación reconocieron por escrito que hoy trabajan en “un proceso de revi sión y auditoría interna”. Un cambio de gestión sin traspaso 2022.
ZELÁZNOGAID Y L ZEABEPILEF ORRAVANANEMIX mano a los artesanos, pero somos nosotros los que hoy le estamos dando una mano a la fundación, porque entregamos productos aunque los pagos se realizan 30 días después”, agrega Ruiz. Y señala que durante meses le “tuvieron retenidos $1.450.000 por productos vendidos”, deuda que le pagaron y retomó el envío de sus artesanías.
Desde la Región de Tarapacá, Aurora Gutiérrez, de la Agrupación Inti Sol, de Pozo Almonte, coincide en que desde hace “alrededor de uno o dos años, la fundación empezó a flaquear y cuando había pedidos se demoraban en pagar”. “Desconozco la situación de la fundación, pero hoy ya no hay pedidos”, dice Gutiérrez, y agrega que “para las mujeres tejedoras aimaras y de Pozo al Monte, era el ingreso para nuestro hogar, y contábamos con eso mensualmente”. Mientras tanto, las tehedoras trabajan con Indap, realiza trabajos a pedido o colaboran con la empresa minera Teck en la elaboración de productos textiles. “Se echan de menos esos ingresos y la regularidad mensual con la que uno contaba”, agrega.
Durante el período de Hurtado se establecieron convenios con algunas empresas; sin embargo, reportes de la fundación señalan que la encargada de Gestión de Personas, Daniela González, informó al directorio en febrero que “la fundación no había explorado vínculos con empresas privadas extractivas, en el contexto de Donaciones Culturales”, y planteó “si les parece la idea de explorar esos vínculos”. Los cambios que encaminaron la crisis La historiadora Claudia Hurtado dirigió la fundación hasta marzo de 2022. Entonces asumió en el cargo, la diseñadora Leslye Palacios y se mantuvo hasta los primeros meses de 2025. Alrededor de marzo de este año asumió la antropóloga María Angélica Willson, mientras que la presidencia del directorio la ocupa Beatriz Espinoza.
En marzo de 2022, el sindicato de trabajadores había enviado una carta a Irina Karamanos, señalando que “el crecimiento de la fundación no se condice con la cantidad de trabajadores, lo que provocó una importante sobrecarga laboral y suplencias improvisadas en todas las áreas”. Esta visión discrepa de la de algunos artesanos y extrabajadores. “No sabemos por qué hay tanto personal. Ingenieros y personas que no tienen que ver con el trabajo de la fundación. La plata se va toda en sueldos”, dice el artesano Javier Ruiz. Y los estados financieros lo respaldan, pues se destinaron más de $1.563 millones a gastos de personal en 2022 y $1.775 millones en 2023.
Leslye Palacios discrepa y señala que entre 2020 y 2021 hubo un “crecimiento de personal no justificado”, con un incremento del 35% en la dotación, y “sin un aumento paralelo en los aportes estatales, ni una evaluación de la sostenida disminución de las ventas”. En la Memoria de 2024 reconocen haber adoptado “medidas difíciles y complejas de reorganización interna y ajuste presupuestario para hacer frente a una crisis financiera derivada de múltiples factores”. De hecho, ese año pasaron de 84 a 64 trabajadores. “Esto significó asumir costos sociales y económicos complejos tales como: término de la relación laboral, pago de indemnizaciones y costos legales derivados de juicios y reclamaciones concluidas y pendientes”, se lee en sus memorias.
Y de las ocho tiendas que llegaron a tener en 2022 quedan cinco: en el aeropuerto, Centro Cultural La Moneda, Museo de Arte Precolombino, centro comercial Casa Costanera en Vitacura y en la plaza de la ciudad de Puerto Varas. Hace poco cerraron el local que existía en el MUT (Las Condes), y antes el del Pueblito Los Dominicos y el Centro Cultural Montecarmelo. Artesanías de Chile intermedia la venta de productos artesanales elaborados por comunidades rurales y pueblos originarios que, mayormente, adquieren turistas y son regalos corporativos. “Es un negocio que podría funcionar”, explican cercanos, y que en 2023 tuvo ventas por $1.300 millones. A su vez, los ingresos proyectados para este año son de $1.037 millones. Además, por concepto de financiamiento desde el Estado se suscribieron convenios por $1.385 millones en 2024, provenientes del Ministerio de las Culturas y del Ministerio del Trabajo. También, en el último balance a junio de 2024 figuran convenios con los gobiernos regionales de Coquimbo, Ñuble, Biobío y Tarapacá, que aportan recursos para compras y apoyo a los artesanos. Sus reportes también dan cuenta de una “Subvención Presidencial”, que fue de $995 millones en 2024. Ingresos anuales que permiten la operación normal de la fundación, sin embargo, según señalan artesanos, existirían problemas de organización y gestión. “A lo largo de los cuatro años que duró nuestra gestión, inauguramos seis tiendas y remodelamos otras tres. Además, levantamos más de $1.500 millones con diversas acciones, que nos permitieron preservar y valorizar el patrimonio artesanal chileno”, afirma Claudia Hurtado, ex directora ejecutiva de la fundación entre 2018 y 2022.
Y agrega que “durante la pandemia, relanzamos nuestra página web con un completo e-commerce. (... ) Se generaron mejores oportunidades socioeconómicas para los artesanos”. Una exmiembro del equipo comercial del período de Hurtado, cuenta que entonces la fundación “tenía el funcionamiento de una empresa privada. Había muchas ventas y un alto volumen de compra a artesanos. Pero cuando entra Leslye Palacios (marzo de 2022), que venía de un mundo más académico y no de los negocios, había deudas y compromisos adquiridos, que luego quedaron pendientes”. Lo rebate la exdirectora Leslye Palacios. “La única auditoría externa de estos últimos años a procesos internos específicos, la instruí yo. Al asumir la dirección, asumí una entidad con déficit de arrastre, lo cual consta en actas y auditorías”, señala.
Y agrega que la situación actual se explica por: “un estancamiento en el aporte estatal, aumento de personal no justificado, impacto de la pandemia en los ingresos y deficiencias en la gestión”. Todo eso resintieron los artesanos. De hecho, según fuentes de la fundación, nunca hubo un traspaso formal desde la gestión de Hurtado a Palacios. “Se fue acumulando una bodega llena de productos que iban quedando obsoletos. La gente no los compraba y se acumulaban”, explica Javier Ruiz, artesano de productos mapuches de Liquiñe, en la región de Los Ríos. “La fundación se creó para darles una Tienda de la Fundación en el Museo de Arte Precolombino. Bajo stock de productos, deudas con artesanos, entidades financieras y museos marcan declive de. Los más de $1.300 millones en asignaciones anuales que recibe de diferentes ministerios, además de fondos de gobiernos regionales, no han sido suficientes para mantener la operación en cifras azules. Hoy enfrenta revisiones y auditorías para evaluar su futuro. Hasta 2022 perteneció a la Red de Fundaciones de la Presidencia: Claudia Hurtado, exdirectora ejecutiva entre 2018 y Leslye Palacios, exdirectora ejecutiva entre 2022 y 2025. Leslye Palacios, exdirectora ejecutiva entre 2022 y 2025.