Autor: ARNALDO GUERRA MARTÍNEZ
Reivindican linaje moro del caballo chileno
Reivindican linaje moro del caballo chileno Marco Antonio Barbosa está convencido de que el caballo chileno no tiene su origen en el caballo español o andaluz, como se dice corrientemente, sino que su ancestro es el berebere, raza del norte de África expandida en la península ibérica tras la invasión musulmana del siglo VIII.
Barbosa, integrante del directorio de la Federación de Criadores de Caballos de Pura Raza Chilena, que tiene a cargo la Comisión de Cultura, aclara que lo anterior es su interpretación de lo que ha leído o escuchado. Para sostenerlo recurre incluso a anécdotas que se cuentan sobre el segundo via-je de Cristóbal Colón, en el que se traen los primeros caballos a América, en 1493. No llegaron los súper caballos que había en la península ibérica, parecidos al español que conocemos hoy. Llegó otro tipo, señala.
“Una de las historias dice que los marinos o los encargados de ese viaje se habrían jugado o farreado la plata que había para comprar esos grandes caballos que eran necesarios para la conquista del Nuevo Mundo. Tenían un inventario por colores de las yeguas y reproductores que iban a comprar; entonces, esa gente habría salido a comprar caballos del mismo color, pero más baratos”, señala Barbosa. Algunos historiadores hablan de que eran jacas.
“Hay que aclarar que jacaespañola no es una raza, sino que significa cualquier caballo que sea inferior a 1,50 m de alzada, la misma denominación que se le da hoy al poni, y el caballo chileno es considerado poni”, agrega el directivo, quien dio una charla sobre el tema a criadores. La otra teoría que circula es que se habría preferido caballos más pequeños, porque así cabían más en las carabelas. Además, agrega, Colón se embarca en el sur de España que colinda con el norte de África y, seguramente, había más caballos bereberes que en el resto de España. PARECIDOSMarco Antonio Barbosa recurre también a la morfología para reafirmar su interpretación. Panamá de los caballos traídos por los españoles hasta que llegaron a Chile, donde se produjo un hecho que, según Barbosa, le dio características especiales respecto de los otros que se desarrollaron en Sudamérica. En 1557 Pedro de Valdivia le escribe al rey de España que, dada la resistencia de los locales, es necesario aumentar la crianza de caballos en Chile y el monarca acepta.
Como el clérigo Rodrigo González de Marmolejo le había financiado la expedición a Chile, le paga pidiendo que lo nombren obispo de Santiago y le entrega la crianza de caballos en Chile en las encomiendas de Quillota, Marga Marga y Pico. En la carta en que pide más caballos, De Valdivia comenta que han tenido que llegar al punto de montar las yeguas. Hasta ese tiempo las hembras solo estaban destinadas a la reproducción y era mal visto que un caballero las usara.
“No es vanidad decir que ese caballo de origen europeo se diferencia de los demás caballos latinoamericanos porque acá fue la única zona donde hubo resistencia de los locales, aparte de la que hubo en México. Por lo tanto, hubo que traer caballada de excepción.
Este caballo es distinto, porque era necesario para una guerra especial, que se necesitaba para una topografía determinada y también, como se había guerreado y se había puesto en trabajo a las yeguas, era primera vez que teníamos una selección funcional de las hembras. Ahora se podía decir: esta yegua tiene características especiales, le vamos a poner este caballo”, dice Barbosa. Una misión de la Federación de Criadores visitará a criadores de berebere de Marruecos, a fin de año, donde se darán pasos para avanzar con tecnología en dilucidar el origen del caballo chileno.
“La forma de los cráneos es la que define las razas, y el caballo berebere y el chileno se caracterizan por una frente plana y el perfil levemente convexo, contrario al caballo andaluz, que es de perfil totalmente recto”, agrega. Las características del berebere, que comparte con el caballo chileno, hicieron que tuviera gran importancia histórica como maquinaria de guerra mora, que arrasaba con los ejércitos ibéricos. “Las caballerías europeas usaban caballos muy grandes y poderosos, porque arriballevaban un jinete con armadura que pesaba muchísimo. Se buscaba que estos caballos enormes aplastaran al enemigo.
Corrían en línea recta y atropellaban, pero llegan los moros con un caballo sumamente liviano, rápido, ágil y valiente, montando a la jineta, que es la forma actual que tenemos los huasos de montar, que les permitía pararse sobre los estribos y girar con esos caballos tan rápidos, mientras que los europeos no tenían la agilidad de volver para defenderse”, destaca.
E s a m i s m a c a p a c i d a d, agrega el directivo, quedó demostrada por el caballo chileno que participó en la guerra contra la Confederación Perú-boliviana, donde muchos ejemplares quedaron en el ejército peruano. Luego, sus descendientes participaron en la Guerra del Pacífico. En ese conflicto se atribuye una porción clave del triunfo a la calidad del caballo chileno de guerra. Así, hubo un tiempo en que Chile se transforma en exportador de caballos militares, por su coraje, por su mansedumbre, por su agilidad y por su bravura. CABALLO ESPECIALOtro aspecto que destaca es la selección funcional que se produjo desde la llegada a8 CAMPO LUNES 16 DE SEPTIEMBRE DE 2024. Vendría del berebere del norte de África que llega con la invasión musulmana del siglo VIII y no del caballo andaluz. Marco Antonio Barbosa, de la comisión de cultura de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos.