Autor: Por Juan Paulo Iglesias
Elevando la discusión:
Elevando la discusión: ca”. Al final, “las proyecciones de crecimiento se ajustan a la baja y aquellas de inflación, al alza”. “El mundo no viene fácil”, dice Garretón, y “un crecimiento en torno al 2% o menos es incapaz de responder a las necesidades de nuestra población”. La política tiene la palabra. Habrá que ver si logra hallar las respuestas. Hay algo de historia repetida en las revelaciones de los últimos días. De pronto volvimos al pasado, pero desde el otro lado del espejo.
Una suerte de versión real de esa Breve historia de siete asesinatos, la novela de Marlon James sobre el ataque a Bob Marley, contada desde puntos de vista distintos, o de El último duelo, que hace más o menos lo mismo. Ahora, por acá, es la hora del Frente Amplio, con Alberto Larraín en el centro -más allá de que algunos nieguen a “esa persona”-, como hace una década fue la derecha con Penta. Algunos dirán que no es lo mismo, pero al final siempre es igual. “¡Es la política, estúpido! ”, reclamarán por ahí, o más bien, el eufemístico “¡ financiamiento de la política! ”, agregarán otros. Pero es también la caída de una a una de “las banderas que justificaron la irrupción de una nueva generación al poder”, según Cristóbal Osorio.
Unas banderas cuyo lema fue bordado por Giorgio Jackson con “su escala de valores y principios en torno a la política”, que no sólo distaba del gobierno anterior, sino también de la “generación” que los “antecedió”. Pero al final, apunta, si bien “no es el primer caso donde algo huele mal en el Frente Amplio”, ProCultura “ha echado por tierra esta pretendida superioridad moral”. Y con ello sepultó lo que queda del primer círculo de poder.
Esa otra teoría de Jackson, dice Osorio, que hoy “no parece ser más que una vulgar red de cercanos por la cual circulan favores, nombramientos y recursos públicos”. Son las vueltas de la vida, eso de no escupir al cielo. Es -o puede serel Lava Jato de la política chilena, una versión local de El Mecanismo, la serie de Netflix sobre la corrupción en Brasil.
Queda aún camino por recorrer en la justicia, es verdad, pero como apunta Gabriel Zaliasnik, “la decepción no es solo ética”, sino “también simbólica”, porque retomando a Osorio, “esta generación política se construyó sobre una falsa y jactanciosa superioridad moral”. Como si de Ícaro se tratara, las alas de cera comenzaron a deshacerse.
Y como recordaba Daniel Matamala, queda por ver si las promesas presidenciales se cumplen, porque como dijo Boric en 2023, “no vamos a permitir que la corrupción se instale (... ), tenemos que ser muy claros: caiga quien caiga”. Todo lo que digas puede ser usado en tu contra, como ese mantra de las series policiales.
Y como dice Hernán Larraín, a las autoridades indagadas solo les queda “testimoniar sumisión a ley, sin la victimizarse”. “Más aún”, apunta, “recordando sus críticas anteriores desde la oposición”. Al final, añade Max Colodro, “los jóvenes idealistas terminaron igual a los que siempre criticaron”. Y lo que aún les falta “para ser como los grandes” es “convencer al sistema político de que sus inmoralidades son transversales, que nadie está libre de pecado y que se requiere un acuerdo”. Solo entonces, apunta, podrán decir que “su adolescencia ha terminado” y que “podrán vivir de la política por muchísimo tiempo”. de la ansiedad que produce la elección de un nuevo Papa y está tratando de reducir la ola de especulaciones que la invade”. Es la era de las redes sociales, después de todo.
Pero más allá de eso, para Cavallo, el Papa está consciente de que el centro de su misión no radica en lo que pervive de Bergoglio”, sino en lo que invocó en su primer discurso: la paz. “A León XIV le tocará empezar a hablar de la guerra en serio”, apunta.
Y si de guerras se trata, mientras por un lado algunos confían -sin muchas esperanzas hay que reconocerque se pueda avanzar en algún acuerdo en el conflicto de Ucrania, por otro se reactivan asuntos que parecían olvidados.
Como dice Jaime Abedrapo, “cuando parecía que el estado de la paz mundial no podía empeorar, se nos aparece un nuevo capítulo cruento, el conflicto por Cachemira entre India y Pakistán”. Pero distinto esta vez, apunta, por “la falta de un intermediador en el conflicto” y con Washington fuera Para Abedrapo, de juego. “la diplomacia mundial, con EE.UU. a la cabeza”, está demostrando menor interés por abordar las causas de los conflictos”. Se ha “banalizado”, dice. Y ahí, León XIV ya se ofreció para ocupar ese espacio. Son “tiempos difíciles” como apunta Óscar Guillermo Garretón. Y unos que repercuten por estos lados, aunque estemos lejos del centro de la tensión.
Más allá de que en las negociaciones de China y Estados Unidos por los aranceles “no tenemos nada que hacer”, dice, eso no es sinónimo de que “no tengamos que preocuparnos de las consecuencias que este cambio de mundo nos provoPolítica divina o sixtina Pero si de política se trata -aunque algunos insistirán en el rol del Espíritu Santo-, la que exhibieron los cardenales la semana pasada en la Capilla Sixtina fue de alto nivel. Es verdad, no sólo en la Sixtina, sino también en los días previos. Un trabajo delicado de alianzas, apoyos y conversaciones que convirtieron un cónclave imprevisto, difícil y dividido, en uno de los más cortos de la historia.
Sólo cuatro votaciones, una menos que en 2013, sólo una más que la de Pío XII, en 1939, que es el cónclave más breve de los últimos 100 años. si de 1939 se trata, ciertos Y paralelos algunos hicieron en estos días, porque, como entonces, el mundo hoy está amenazado por las guerras. Otros, en cambio, no dudaron en rememorar a Karol Wojtyla. “Fue una jugada maestra”, para el exdirector de L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian.
Una que muestra que la Iglesia Católica, tras la muerte de un Papa, “sabe ponerse de nuevo en juego”. Y que revela también, según Ascanio Cavallo, que “la Iglesia ha tomado nota Suscríbase al newsletter de Opinión, Elevando la discusión, los debates que marcaron la semana, para conocer los temas que fijaron agenda y las columnas de la semana. latercera. com LS Seguridades e inseguridades Y en estos tiempos difíciles, ese periodo de sombras entre lo antiguo y lo nuevo, hay que encontrar algún faro que permita vislumbrar la realidad. Y por acá pareciera que la encuesta CEP sigue siendo una suerte de oráculo para saber en qué está la sociedad. Einstein decía que nunca pensaba en el futuro, porque llegaba luego, pero por acá -más aún en estos meses electoralesintentar divisar el futuro se ha vuelto un deporte nacional. Y lo cierto es que, como dice Josefina Araos, a la luz de los datos de la CEP, hay cosas a las que todavía parece que no le tomamos el peso. Porque lo que ahí se muestra, dice, es “un cruce de datos preocupante”, donde baja la valoración de la democracia y sube el porcentaje de aquellos a los que les da lo mismo.
A “No es claro”, apunta Araos, “hasta qué punto les hemos tomado el peso a estas cifras”. Quizá, afirma, “porque ya estamos acostumbrados” y “hace tiempo no tenemos datos auspiciosos de adhesión general a la democracia”. Es un fenómeno mundial, dirán algunas, mientras otros recomendarán revisitar Cómo mueren las democracias, de Levistky y Ziblatt.
Pero lo cierto, según Araos, es que, especialmente en este ciclo electoral, “son justamente aquellos que aspiran a llegar a La Moneda los que debieran interesarse más en poner estos datos sobre la mesa”. Después de todo, más de la mitad de los encuestados no sabe por quién votar y “tal vez son los mismos que no saben por qué la democracia es mejor que cualquier otra forma de convivencia”. Y si de por quién votar se trata, al menos entre los quese pronuncian, “las posiciones más altas las ocupan “las derechas””, escribe Paula Escobar. “Tanto en esta encuesta como en otras, los votantes de ese sector más que doblan a los de izquierda y centroizquierda”, apunta el domingo pasado. Es el ciclo conservador al que alude Rafael Sousa en su columna, o el momentum de la derecha, como lo describe Aldo Mascareño en una entrevista en LT Domingo de Eugenia Fernández.
Y frente a ello, agrega Escobar, el progresismo “debe despercudirse de lo que parece un complejo con la seguridad, comosino fuera la base fundante de un mejor destino común”. Al final, parafraseando la manida frase de James Carville, por estos días lo que manda no es la economía, ni la política, “¡es la seguridad, estúpido!”. debates que marcaron la semana los, pAD NEWSLETTER DE OPINIÓN Las vueltas de la vida.