La razón por la que el hospital de Chillán requiere pulpos de lana
La razón por la que el hospital de Chillán requiere pulpos de lana Aunque la vida de un recién nacido comienza en el vientre materno, para los bebés que nacen antes de tiempo los primeros días se desarrollan en unidades de cuidados intensivos, rodeados de incubadoras, monitores, sondas y otros equipos que los ayudan a sobrevivir. En medio de ese entorno, un pequeño muñeco tejido a mano puede marcar una gran diferencia. Se trata de los pulpos de apego, una iniciativa que nació en Dinamarca en 2013 y que busca entregar contención emocional y estabilidad.
Desde entonces, estos pulpos han llegado a múltiples unidades de neonatología en el mundo, incluida la del Hospital Clínico Herminda Martín (HCHM). Su diseño tiene un propósito claro: los tentáculos imitan la forma del cordón umbilical, brindando al bebé un punto de sujeción que activa el reflejo de presión. Esto genera consuelo, seguridad y una sensación similar a la vida intrauterina. Además, al tener algo a lo que aferrarse, el recién nacido evita tirar accidentalmente sondas, tubos o electrodos, elementos fundamentales para su recuperación. “El pulpito no solo entrega contención emocional, también aporta a la seguridad clínica del paciente. Al tener un punto de agarre, disminuye el riesgo de que el recién nacido tire sondas o dispositivos que necesita para sobrevivir”, explica Marcela Osorio, enfermera de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico del HCHM. “El mayor beneficio de los pulpos de apego se observa en los bebés prematuros, quienes representan un alto porcentaje de los usuarios de la unidad. Está comprobado que el uso de estos muñecos reduce el estrés, mejora la oxigenación y favorece la estabilidad general del lactante, contribuyendo a una mejor evolución clínica”, precisó la profesional. La iniciativa “Abrazos de pulpitos” busca convocar a personas o agrupaciones que disfruten tejer y deseen aportar con su tiempo y habilidades a esta causa. Cada pulpo es único, personalizado, y acompaña al recién nacido durante toda su hospitalización. Incluso se van con él o ella al momento del alta. Por ello, la demanda es constante: la unidad tiene capacidad para atender a 31 bebés, y cada uno merece su propio compañero de lana. Las donaciones se canalizan a través de la Oficina de Informaciones, ubicado en el primer piso del hospital. Desde allí se coordina la entrega a neonatología, siempre considerando las condiciones epidemiológicas del momento..