Autor: ARTURO GALARCE
EN LA CABEZA DE UN EX OVEROL BLANCO
“Te da un respeto, un estatus. Como para sentirse más choros, más hombres.
De los 200 huevones que éramos, 50 eran los que realmente sabían lo que estaban haciendo”. Ese año (2018), dice Alex, una acción superó los niveles de violencia cuando un grupo de alumnos roció con combustible a un grupo de profesores al interior del colegio. 'Ese día dejamos de ser niños. Dejamos de ser alumnos. Porque eso fue un delito”. Alex no se llama Alex. Ha preferido, dice al teléfono, mantener su nombre real en reserva para dar esta entrevista.
Tiene 21 años, una polola, está en la universidad estudiando una carrera humanista, y no quiere que ese pasado reciente entorpezca su vida actual, y mucho menos entregar información que permita situarlo entificar a sus ex compañeros, o alos actuales “overoles blan:0s” del Instituto Nacional, con quienes asegura tener contacto y sitarlos de vez en cuando. Alex tiene la voz pausada y vive en a zona norte dela capita. Ahí creció junto a sus padres, una familia de dora. Nunca le faltó nada, dice, pero tampoco les sobró.
De ese lugar, cree, surgió en él una inclinación por resolver situaciones que le parecen injustas a través de la violencia: sin formación anarquista, cuenta, ni nada parecido, formó parte de la primera camada de adolescentes del Instituto Nacional bautizados por los medios como “overoles blancos”, por las prendas que utilizaban para cubrir su identidad y sus uniformes, mientras cometían actos incendiarios.
Sucedió el año 2019: las cámaras de matinales y noticieros transmitieron durante las tomas violentas y alumnos con overoles y máscaras a cargo de barricadas, lanzando piedras y molotovs contra las policías, sin un petitorio claro expresado por ellos.
Desde el 2018 el Centro de Alumnos del Instituto Nacional venía reclamando al Municipio de Santiago la reparación de infraestructura, como filtraciones en cañes, falta de agua caliente, la falta de asistencia psicológica, educación sexual, cívica, no penalizar el uso de piercings, implementación de alimentación vegana, uniforme de verano, etc.
Ese mismo año, alumnos del Instituto Nacional y de otros liceos emblede mujeres y hombres, comenzaron a saltar los torniquetes del Metro y a enfrentarse con carabineros en los incidentes previos al estallido social del18 de octubre, motivados por el alza en los pasajes. Alex contesta su teléfono y cuenta que también estuvo ahí, saltando torniquetes. Es un día de mayo. Está lugar de Santiago, en la casa donde vive junto a su polola. Cuenta que, si bien ya no se califica como miembro de la agrupación, sigue atento las acciones de las nuevas generaciones que tomaron la posta del grupo.
Ha visto los ataques al interior del liceo y la quema de un bus en la Alameda, que no es capaz de El 23 de mayo un grupo de estudiantes quemó una micro a plena luz del día en la Alameda.
Fue el punto más álgido de violencia registrada por los “overoles blancos” desde el regreso a clases presenciales, y desde su aparición el año 2019, cuando atacaron durante meses a las policías en el centro de Santiago.
Por primera vez, un ex miembro y fundador de esta facción del Instituto Nacional narra las motivaciones del grupo, su responsabilidad en la decadencia de dicho establecimiento, las lecciones aprendidas y su posición sobre los actos incendiarios ocurridos este año. “Tenemos en común los principios de insurrección.
Sin embargo, no se necesita esta violencia en el movimiento estudiantil secundario”, dice hoy, que estudia en la universidad. vincular a los reclamos que actuales de los estudiantes del Instituto Nacional, quienes demandan en su petitorio soluciones adeudadas desde el 2019 y que ya han sido recibidas por la actual alcaldesa de Santiago, Irací Hassler. Para Alex, son actos que responden de manera exclusiva a una rutina de violencia, propiciada por ellos mismos.
Antes de profundizar en las motivaciones detrás de la agrupación, Alexesclarece algo: dice que ellos, al menos, previo a ponerse el overo), eran la punta de lanza de las movilizaciones les previas al 2019. —Los centros alumnos nos pedían ayuda —dice Alex, sobre el surgimiento de los “overoles” en el Instituto Nacional—. Nosotros éramos los que legábamos a las 3 am y nos tomábamos el colegio.
Lo hacíamos como piño y después se lo entregábamos al centro de alumnos, Alex hace un repaso: cuando estaba en primero medio, recuerda el corta calle el año 2016, luego las manifestaciones del 2017, cuando por primera vez hubo registros de “overoles blancos” en el ataque a una iglesia frente al Liceo de Aplicación, y el año 2018, cuando participó en las sucesivas tomas del liceo, Ese año, dice Alex, una acción superó los niveles de violencia antes visto, cuando un grupo de alumnos roció con combustible a un grupo de profesores mientras realizaban clases recuperativas un día sábado, al interior del colegio. —Ese día dejamos de ser niños —reconoce Alex—. Dejamos de ser alumnos, Porque eso fue un delito. —¿ Qué cambió el año 20197 —Dejamos de ayudar y nos pusimos más la capa, por así decirlo. Nos aburrimos de esperar procesos políticos, mesas de diálogo, soluciones alos problemas, Ahora estoy más grande y lo veo como. Un proceso para llegar a algo. Detrás de una revolución siempre hay como un arma de fuego. Nosotros queríamos ser esa y para lograrlo no podíamos tirarles flores alos guanacos ni hablarle bonito al presidente. —¿ Por qué comenzaron a usar overoles? —Eso nació en el Liceo de Aplicación. Ellos fueron los primeros que usaron overoles, A mí nunca me gustó. Aunque usaba, siem pre lo encontré una ridiculez porque éramos los primeros a los que los pacos salían a cazar. También tenía algo de creerse más vivo que el resto, de alumbrarse. Y nunca me gustó estar en el foco. Daba un estatus? í. De que te da un respeto, un estatus, es verdad. Mi norte nunca fue sentirme así, pero para varios sí lo era, como para sentirse mejor, más choro, más hombres. De los 200 huevones que éramos, 50 eran los que realmente sabían lo que estaban haciendo. Asís la verdad. Para mí nunca fue juego.
Pero eso no quita que para otros sí lo fue. —¿ Qué propósito tenían los overoles blancos? Por sus acciones nunca ha parecido evidente, más allá de los actos de violenci —Durante el 2017 yl 2018 el propósito fue apoyar al movimiento estudiantil. Apoyar las demandas que había en el liceo y en el movimiento secundario, Pero el 2019 fue más bien caos.
Fuimos partícipes de un movimiento caótico, Movimiento anarquista, se podría decir, porque finalmente la causa era la insurrección y reivindicar a los compañeros caídos que eran detenidos, Además, rejvindicábamos a Matías Catrileo, Claudia López, a Marcelo Catrillanca, —Has hablado de anarquismo, pero me da la impresión que los overoles no encajan por completo en esa definición ¿ Ustedes tealguna orgánica? —Éramos la primera línea de un movimiento. Pero nunca representamos a nadie, ni nadie nos representó. Proporcionábamos una ayuda.
Aunque dentro del grupo sí intentábamos mantener algunos principios, como el veganismo, la liberación animal, no tener vicios, como fumar marihuana, consumir alcohol, cigarrillos, que para nosotros era aumentar el sentimiento capitalista y consumidor. -¿ Había grupos externos que los apoyaban o instruían? —Nadie. En este sentido nuestra generación siempre fue súper chauvinista. Nosotros éramos los únicos que teníamos que estar ahí. Yo, por lo menos, viví mis etapas más importantes en el Nacional. Lo llevaba en el corazón, se podría decir. Nunca me gustó que ninguna persona o movimiento político nos apoyara —+¿ Tenían una rutina? —Levantarse todos los días alas 5 am, ir las bencineras, llegar al colegio y eso. Yo nunca me hice cargo de conseguir el combustible. Siempre fui más temeroso en ese sentido. Había otras personas que le gustaba hacer eso. —¿ Había compañeros que, al revés, estuvieran en contra y selos manifestaran? —Había días y días. E 1 de septiembre, 12 de octubre, día de la colonización de América, el 21 de mayo. Para esos días no le pedíamos permiso a nadie y ellos ya sabían que íbamos a hacer de las nuestras, Era decisión de ellos ir o no al colegio. Y finalmente el centro de alumnos era amigo de nosotros, entonces, ¿qué resistenciaibana tener? Y si tenían algún problema había que agarrarse a combos, como todo en la vida, Pero no.
Nunca nos ron, ni en las asambleas, ni en los Codecu (Consejo de delegados de curso). —¿ Les tenían miedo, quizás? —No creo, la verdad, porque nunca ejercimos esa violencia armada en contra de nuestros compañeros. Nunca hubo eso, Quizás tenían miedo por las cosas que pasaban, pero violencia hacia ellos nunca hubo. Tampoco contra nosotros. El rencor y maltrato lo sentíamos de las autoridades, como las suspensiones de clases, las anotaciones.
A mí por ser parte del Tricel electoral de estudiantes), y estar presente en las votaciones, siempre me miraron mal. —¿ Participabas en el Tricel? Es decir, ¿crees en los procesos de¿ Cómo se entiende eso de alguien que además avala el caos y la violencia? creo en los procesos democráticos, Uno siempre tiene dos pensamientos finalmente, El que muestras para fuera y el que sientes, Mi sentimiento siempre fue que la democracia no era la respuesta a todo, pero es lo que funciona. =Si te escuchara un anarquista encontraría bastante confusa la manera en cómo te planteas. —Es que no creo en esos anarquistas. Tendrían que no tener i Phone, no tener casa, vivir en una casa okupa. Ese tipo de anarquistas no existen. —No estoy seguro de eso. ¿No tendrá que ver más con que no es la vida que quieres, quizás? —Nunca ha sido la vida que quiero. Por algo estoy estudi estoy estudiando una carrera súper superficial. Wn —¿ Qué pensaban tus padres cuando sucedían estas cosas? ¿ Les contabas que participabas de los actos incendiarios? —Nunca les dije, la verdad. A mi papá nunca le dije, pero mi mamá sí sabía porque ella es la que iba a las reuniones y los co'mentarios siempre estaban ahí. —¿ Tuviste discusiones con ellos por eso? —Obviamente. Siempre estuvieron presentes las discusiones. Pero no solo porque yo estuviera involucrado en actos vandálicos, Por las tomas siempre estaba semanas fuera de la casa. Y siempre. Tuve una participación política en el colegio. Participé un tiempo de las Juventudes Comunistas, pero me salí altiro. —¿ Qué idea tienen ellos sobre la violencia? —Mira, en ese sentido yo creo que mis papás son súper pacifistas. No es como que apoyen este tipo de violencia. Si pudiera tuarlos políticamente ellos son de centro derecha. Mi papá odia la violencia. Nunca me apoyaron en ese sentido.
De los diagnósticos que se hacen de tu generación es que, en relación a otras, no tuvieron el mismo control de sus pa Que, al revés, recibieron una crianza desprendida, y la autor dad en casa, en el fondo, la ejercian ustedes, —Eso no lo creo. Mis padres siempre fueron estrictos, Además, mi familia siempre fue feriana, con madres dueñas de casa, Me criaron igual a como los criaron a ellos y nunca nos sobró nada. No puedo hablar por el resto, porque obviamente había apoderados que tenían plata, y cabros que formaban parte del piño que tenían acceso al consumo. Pero no los íbamos a excluir por eso.
Además, tampoco era importante para nosotros. —El año 2017 un grupo de estudiantes encapuchados sacó y destruyó la figura de un Cristo de la Iglesia de la Gratitud Nacional... Yo no participé de eso, pero lo recuerdo. Para mí esa no es una respuesta, Quemar una iglesia no es una respuesta, Aunque suene contradictorio yo creo en Dios.
Mi posición es contra la autoridad policial, no contra iglesias, ni colegios. —Te lo decía porque a propósito de ese acto, la filósofa Lucy Oporto escribió una columna donde proyectaba que ustedes, los encapuchados, “necesitan diversiones aún más violentas y sórd das" que esa. ¿Cuánto crees que hay de diversión en lo que hacían? —Mira, obviamente que hay diversión. Es euforia y adrenalina. Comoira Fantasilandia, o a Disneyland. A eso me refiero. Montain embargo, al mismo tiempo no era un juego. Creo que nunca ha sido un juego ir a quemar pacos o comisarías. Para mínunca fue un juego, aunque eso no quita que tuviera diversión. Sin embargo, a un costo alto: arriesgar tu vida, cagarte la vida. Yo tuve amigos que estuvieron meses en el Sename después de ser detenidos, familias destrozadas.
A mí mismo me reventaron la y estuve detenido, Me expulsaron del colegio, además, Tuve que tragarme esa cucharada de vinagre. —Decías antes que no comulgabas con la idea de ir en contra de iglesias ni colegios. Pero contra el de ustedes sí lo hicieron, y lo siguen haciendo. Muchos han dicho que lo que ustedes han hecho terminó por dilapidar el futuro del Instituto Nacional. —La decadencia partió antes. Cuando dejaron de arreglar el colegio, cuando se llovían los baños, cuando dejaron de ayudar, cuando no les pagaban lo que debían a los profesores. Entonces, no puedo decirte con certeza que nosotros fuimos los que terminamos de destruirlo porque tampoco lo empezamos. Han sido años y años de decadenci: no te sientes parte de haber propiciado aún más esa decadencia? —Obviamente que sí. Fuimos partícipes de que esa decadencia fuera latente, pero es lo que tenía que pasar, Recién ahora, que el ndo. Y ñas rusas. “La violencia es el motivo.
Yo no le encuentro respuesta”. “Cuando quede la cagá, ahí recién los cabros se van a pegar la cachada, Cuando caiga un amigo, como ya pasó con el cabro del INBA cuando quemaron la micro, y no lo suelten más por dos o tres años, ahí recién van a saber lo que pasa”, “En nuestro caso nunca hubo un partido o personas que nos orientaran. Siempre fuimos nosotros mismos.
Al Instituto siempre llegan cabros que prácticamente se saben toda la historia de Chile, entonces no hay para qué orientarlos”. colegio se hizo mixto, que se arreglaron los baños después de 20 años, que arreglaron las sillas, porque yo estuve tres años en distintas salas con sillas del 1800; reción ahora yo creo que la violencia no se necesita, —¿ Qué ocurrió cuando te expulsaron? ¿ Cómo reaccionaron tus papás? —Me castigaron, Me matricularon en un colegio ultra cuico y tenía que ir de la casa al colegio y del colegio a la casa, Estuve con depresión. Estuve mal. Yo seguía yendo al Instituto Nacional a ver a mis amigos. No pude dejarlo altiro. Me puse a carretear, a tomar, a juntarme con personas que no me hacían bien. Fue un proceso súper difícil, Estuve con psiquiatra. En un momento me quise suicidar. —¿ Qué es lo que más te afectaba? —Todo lo que había pasado. Pero sobre todo no estar en el colegio. No sé si suena descabellado lo que te estoy diciendo, pero estar ahí era lo que me gustaba, lo que siempre quise ser.
Antes de estudiar tenía clavado en la cabeza ser profesor y ser profesor de alí. —Tr preguntas si suena descabellado y sí, cuesta entender lo que dices. —Lo sé, porque a nadie le gusta el colegio. Pero a mí me gustaba. Siempre llegaba temprano. —¿ Encuentras que tuvo un sentido pasar por eso? ¿ Tuvo un sentido formar parte de ese movimiento? —Lo tuvo, y más cuando llegó el19 de octubre del 2019. Porque ese día no comenzó el estallido, Fue mucho antes, cuando éramos los únicos en la lucha en ese año. Discúlpame porser poco humilde, pero éramos que El estallido no comenzó ese día.
Comenzó con ese año completo, wn —Decias hace algún rato que, incluso para ti, ya no es necesaria lla violencia que hemos visto. ¿Por qué crees que lo siguen haciendo? ¿ Qué motivo hay detrás? —La violencia es el motivo. Yo no le encuentro respuesta. No s por quélo harán. He conversado con ellos, Fui ala toma un par de días. Pero no te puedo dar una respuesta de lo que está pasando ahora. Quemaron la micro por quemarla.
Para mí no tiene ningún sentido. —¿ Qué te pasó cuando viste que quemaron esa micro? —Te voy a decir algo bien elaro:a mí eso no me importa, porque el caos es el caos y el caos no le pide permiso a nadie por las cosas que tiene que hacer. Quemar una micro no le hace daño a nadie, —¿ Cómo a nadie? Hubo pasajeros afectados, un conductor amenazado, un estudiante detenido. —Te lo digo más bien por cosas que pasaron antes. A las que pasan hoy en día no les encuentro respuesta. No sé por qué lo harán. Hace poco quemaron la inspectoría nuevamente, Eso ya es irracional. El caso de ustedes también parecía ser así, ¿no? —Sí. En algún momento se volvió irracional. Porque, pucha, no sé, ya era cosa de todos los días.
Teníamos que salir, accionar, Y era cosa de todos los días, Se volvió irracional. —Al igual que con ustedes, se ha debatido mucho sobre la partide adultos, de personas externas al Instituto Nacional que colaboran en estos actos y los instruyen. ¿Qué crees sobre eso? —Eso no pasa. Nunca pasó. Como te dije, en nuestro caso nunca hubo un partido o personas que nos orientaran. Siempre fuimos nosotros mismos.
Al Instituto siempre llegan cabros que prácticamente se saben toda la historia de Chile, entonces no hay para qué orientarlos —También se ha intentado vincular el aprendizaje de estos acque muchos chicos son nietos, o familiares de ex ríos. ¿Qué piensas de eso? —Obviamente que hay personas con esos antepasados. Yo conocí un par de gente que su familia estuvo desaparecida, Pero ellos eran los menos. Por ejemplo, tengo un amigo muy cercano. Asu tío y a su abuelo los mataron en Paine, en la dictadura. Pero esta persona nunca estuvo metida en nada.
Al contrario, estuvo en el centro de alumnos y era una cara visible, Ellos tenían el temor de meterse en esas cosas, No se puede decir que de ahí viene el movimiento. —¿ Qué factores los convocan o hay en común entre tu generación y esta nueva? —Lo que tenemos en común son los principios de insurrección, del caos, que nosotros hicimos notar. Ellos lo tienen igual Sin embargo, ahora las cosas se hacen por hacer, porque no se necesitan en el mot miento político, ni estudiantil presente. No se necesita esta violencia en el movimiento estudiantil secundario.
No se necesita ese caos, pero claro, el caos siempre va a estar presente. —Pero en este caso, ¿cómo se detiene esa violencia? ¿ Qué la frena? —¿ Qué la frena? ¿ Qué se puede hacer? Aunque suene feo, es ver las consecuencias de lo que pasa. Cuando quede la cagá, ahí reción los cabros se van a pegar la cachada.
Cuando caiga un amigo, como ya pasó con el cabro del INBA cuando quemaron la micro, y no lo suelten más por dos o tres años, ahí recién van a saber lo que pasa. —¿ "Aunque suene feo", dices, porque eso significa más represión?—Significa más represión. Más violencia. Y amigos caídos. Ahí recién van a cachar. Sobre ese punto también ha habido voces que cuestionan el trabajo del gobierno y de las policías para enfrentar esta violencia estudiantil. Que hay un temor por lo que significaría reprimir a jóvenes, básicamente, —No creo que exista ese temor. Nunca lo he creído. Silos pacos te quieren pegar te van a pegar. Y te van a sacar la chucha. De primera mano a mí me lo hicieron y yo tenía6 años, Te pegaban, te tiraban arriba del guanaco, de los zorrillos, Ese temor la policía nolotiene. No importaba si eras de séptimo o de cuarto medio. El 2019 cayeron y cayeron overoles. Sabíamos lo que era pasar por calabozos, arresto domiciliario, compañeros baleados con perdigones. —¿Les has hablado de esto a esta nueva generación? —Hasta el cansancio. Les he dicho que tienen que pes cachada, que van a pasar cosas malas si siguen haciéndolo. Que todo tiene su represalia, qué te dicen ellos? —Que son más vivos que nosotros, que no les va a pasar lo misque nosotros. Están cegados, Yo encuentro que son más pendejos. —Pero no están haciendo cosas de niños. —No. Nosotros vivimos esas consecuencias. Los golpes. Que te revienten la casa, que te expulsen.
Recibí esa cucharada de vinagre que a veces uno se tiene que tomar para aprender. —¿ Dónde quedó en tu caso esa pulsión por la violencia, por el caos? ¿ Dónde la tienes ahora? —Bajo llave. Ya estoy más maduro. No es que no la necesite, pero prefiero hacer otras cosas. Tengo que pensar en otras cosas. —¿ Has podido resolver por qué lo hacías? Siempre viví en poblaciones. Locos agarrándose a balazos, niños baleados. Siempre tuve un enojo, Un resentimiento social, aunque suene feo. Yo creo que ahí radicaba mi motivación. Aunque también no te voy a negar que a veces las cosas ni siquiera tienen un por qué. Y uno las hace, no más. S