Autor: Simón Urbina A. , Escuela de Arqueología Mauricio Uribe R. , Departamento de dela UACh, sede Puerto Montt Antropología, Universidad de Chile
Tapitas de Coca Cola y permisología
Nes patrimoniales arqueológicos y cómo son trivializados enel contexto de discusiones políticas y económicas en Chi le. En lasúltimas semanas, algunos empresarios, políticos y acadé micos aluden a “tapitas de Coca Cola” para criticar simplificadamente los argumentos sobre la protección del patrimonio frenteal desarrollo económico.
En la comuna de Providencia, Región Metropolitana, las excavaciones efectuadas en elárea que ocupó la antigua fábrica de Gubler y Cousiño no han reportado una sola tapa de la gaseosa estadounidense, razón por sorprende queeste sea elcaso elegido por una candidata presidencial para ironizar abiertamenel trabajo de la arqueología y la lentitud en el desarrollo de proyectos de infraestructura públicos o privados.
Estas excavaciones, en lugar de revelar “tapitas de Coca Cola”, han proporcionado evidencia valiosa sobre un contexto industrial, incluyendo dimensiones no conocidas sobre el trabajo infantil en el Santiago de fines del siglo XIX, especificamente en la producción de hielo dentro de la cervecería.
En nuestra opinión, el neologismo chileno “permisología”, instalado en el debate público el último año, se mente como una excusa para desregular la tramitación de proI a continencia obliga a reflexionar sobre el valor delos bieyectos de inversión, pero especialmente para debilitar el rol de las ciencias sociales y la responsabilidad del Estado con su patrimonio arqueológico.
Ellono implica olvidar que el Consejo de Monumentos Nacionales y el Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio (Mincap) enfrentan problemas estructurales, de financiamiento, descentralización y dotación profesional, no abordados adecuadamente porel Ejecutivo y el Parlamento desde la promulgación de la Ley 19.300 en 1994 y, menos, luego de la implementación del Mincap en 2017. Debe advertirse el retroceso cultural que implica que múltples autoridades y candidatos se estén sumando a esta postura que busca minimizar la importancia del patrimonio cultural para favorecer un enfoque puramente económico del desarrollo. Queremos alertar del peligro, en época electoral y de bajo crecimiento económico, que se sigan utilizando argumentos simplistas y desinformados para justificar políticas que podrían poner enriesgo el patrimonio arqueológico del país.
En lugar de utilizar argumentos superficiales en el contexto de campañas electorales, informarse mejor y con seriedad sobre estostemas es un deber de políticos en ejercicio y aspirantes a instancias de gobierno local, regional y nacional.