EDITORIAL: Divergencia PC en política exterior
EDITORIAL: Divergencia PC en política exterior A l creciente desencuentro entre las apreciaciones del Partido Comunista y las del Gobierno en torno a hechos de la coyuntura nacional --el juicio que se le sigue al alcalde Jadue es uno de los más visibles--, se suma una seguidilla de miradas contrapuestas en materia de política exterior.
Y aunque el PC reconoce que el Presidente de la República "dirige" la política exterior, como respondió Lautaro Carmona, presidente del partido, en reciente entrevista que le hiciera este diario, o al menos quien la "representa", como indica --en una creativa forma de describir esa potestad-la declaración oficial del partido respecto de la cumbre para la paz en Ucrania, fue el propio Carmona quien indicó, en la misma entrevista, que "en política internacional es quizás donde se pueden expresar más matices". De este modo, las discrepancias no son el resultado de un descuido o la declaración apresurada de algún dirigente, sino que parecen corresponder a un esfuerzo premeditado por marcar las diferencias donde las haya.
Más aún, el PC ha estado dispuesto a hacer este ejercicio a pesar de ser una de las fuerzas eje de la coalición oficialista y contrariando una larga tradición nacional: son contadas las veces en que un partido de gobierno ha expresado tan abierta oposición a la línea del Ejecutivo en materias de política exterior. Los casos más emblemáticos en este ámbito se refieren a la guerra en Ucrania y a los regímenes venezolano y cubano.
Para el PC, al parecer, la participación del Presidente Boric en la mencionada cumbre por la paz para Ucrania y su abrazo con el Presidente Zelenski ponen al país del lado del "imperialismo" de EE.UU. y de la OTAN, un "provocador que desestabiliza la región". El PC pretende ignorar que fue Rusia la que invadió Ucrania con fuerzas militares, y quien antes, en 2014, no respetó la decisión de los ucranianos de repudiar el sorpresivo giro del presidente Yanukóvich --este decidió firmar un pacto con Putin y abandonar su promesa de campaña de ingresar a la UE-y luego elegir libre y democráticamente a sus siguientes dos gobernantes, Poroshenko y Zelenski. Así, la permanente invocación del PC a "la paz y la no intervención en los asuntos internos de los pueblos" no pasa de ser una declaración vacía.
En el caso de Venezuela, Carmona, en marzo pasado, corrigió la afirmación hecha en un programa radial en cuanto a que a este régimen se le calificaba por distintos sectores como una dictadura; según el dirigente, había una excepción.
Consultado si el PC sería esa excepción, respondió que "sí, y a mucha honra". El hecho es que en Venezuela los pesos y contrapesos que caracterizan a una democracia han sido eliminados, de modo que el gobierno controla el Poder Judicial y el Tribunal Electoral, asfixia a los medios y elige él mismo cuándo realizar elecciones y quiénes pueden participar; por lo mismo, la "excepción" explicitada por Carmona generó una amplia reacción de rechazo que dejó al PC aislado incluso dentro del oficialismo, como el único partido que está del lado de Nicolás Maduro.
Por otra parte y aunque el Gobierno suele eludir pronunciamientos respecto de la dictadura cubana, en una oportunidad reciente el Presidente Boric osó afirmar que la "situación en Cuba es grave", agregando que "es necesario avanzar en la democratización del país". Ante ello, recibió el cuestionamiento de los parlamentarios del PC; entre estos, el diputado Boris Barrera declaró que no sabía "a qué se refería Boric con democratización". Nadie podría estimar sorpresivas las posiciones comunistas en todas estas materias, tanto en su respaldo a las dictaduras de izquierda como en su obcecado rechazo al esfuerzo de las democracias occidentales en apoyo de Ucrania.
Sí llama la atención la forma desembozada que ha escogido para expresar sus discrepancias, sin importarle debilitar así al gobierno del que forma parte. ¿Qué busca con esto el PC? ¿ Está privilegiando al electorado de izquierda más dura, aun a costa de quedar aislado en sus posiciones? ¿ Incide en estas actuaciones su propio proceso electoral interno? ¿ Hasta qué punto pretende tensar de este modo su relación con el Gobierno y el resto del oficialismo? Tal vez las elecciones de octubre arrojen algunas luces respecto de qué subyace tras esta estrategia y cómo evolucionará hacia adelante. Estas discrepancias parecen corresponder a un esfuerzo premeditado por marcar diferencias con el Gobierno del que son parte. Divergencia PC en política exterior.