Autor: Se devoró el libro de Jorge Selume,
Tatiana Klima: “HUBIESE PREFERIDO NO LLEVAR (EL CASO AUDIOS) ALA MONEDA”
Tatiana Klima: “HUBIESE PREFERIDO NO LLEVAR (EL CASO AUDIOS) ALA MONEDA” administraciones Bachelet. POR PAULA CODDOU B. FOTO SERGIO ALFONSO LOPEZ. ¿Para usted fue una salida sorpresiva?Fue una salida conversada con el Presidente. Él necesitaba un nuevo tipo de liderazgo, mi nombre ya estaba empezando a ser un poco harto ruido por mi manera de ser, seguramente. No. Me enteré de la misma manera como se enteró todo el mundo después que salí, por una filtración en El Mostrador. Bueno, sé quiénes filtraron esa información dentro de La Moneda. No sé cuál fue el afán, en realidad. Fue como ensuciar un poco más la salida. Fue más difícil salir. La salida fue difícil porque estuvo llena de mala onda. De ruido, y porque también uno se encariña con la gente. Se dijo también que salió por diferencias con Carlos Durán, jefe de gabinete del Presidente, y por filtrar información a la prensa. No, porque yo los conocía de antes. Llegar ahí no fue un choque cultural tan terrible como la gente piensa.
Su salida estuvo rodeada de algunos rumores, ¿a usted la acusaron de maltrato oficialmente?a hacerme cargo de las vocerías y, a poco andar, de la prensa del Presidente”. ¿Entrar al mundo del Frente Amplio fue un choque cultural?jar de pelearla (se ríe). exdirector de la Secom del Presidente Piñera, “Tiempos mejores”. “Encuentro que tiene una capacidad increíble de retener conversaciones que yo no podría retener”, dice, sentada en una oficina en el piso 20 de la Torre Santa María, donde está la consultora Dinámica Plataforma, que preside Mauro Valdés, a la que regresó en marzo y de la que se fue hace más de dos años para integrarse a la campaña de Gabriel Boric.
Ahora, cuenta, abrió una gerencia relacionada con su expertise, comunicaciones, y dice que está muy entusiasmada, aunque por cierto extraña la adrenalina del poder, mundo en el que se ha movido por más de 20 años.
Si Tatiana Klima Musa, cuarenta y tantos, separada, dos hijas, escribiera sus memorias, tendrían capítulos tan sabrosos como la noche de la derrota de Ricardo Lagos cuando comenzó a trabajar, los dos gobiernos de Michelle Bachelet, Nicolás Eyzaguirre en Hacienda y en Educación, incluido “los patines” que tanto le sacan en cara, y la campaña y casi dos años del Presidente Boric en La Moneda. Pero dice que no lo haría. ¿Cuál sería el mejor capítulo suyo?La campaña del Presidente Boric, por lo que significó que me llamaran a un equipo humano que no conocía bien. Y que él confiara en mí, básicamente, una persona que conocía muy poco.
Yo lo conocí cuando Nicolás Eyzaguirre era ministro de Educación, y muy tangencialmente, porque él tampoco era parte de la comisión de Educación. ¿Y le cambió mucho la imagen desde el diputado Boric al Presidente?Me cambió en el sentido de que claramente pasaron años entre uno y otro, y era una persona mucho más madura. Pero el ímpetu del parlamentario Boric no cambió en la campaña, cambió después de la campaña¿ A madurez?Yo creo que a la moderación.
Tatiana Klima fue la directora de Comunicaciones de la Presidencia hasta el 29 de diciembre pasado, cuando salió abruptamente, tras dos años en que no paró y en los que, dice, tuvo mucha ayuda de su exmarido en el cuidado de sus hijas. Estaba en plena separación matrimonial cuando la llamaron del comando de Boric. Llegó en un momento complicado, después del triunfo de Kast en primera vuelta. “Y necesitaban a alguien que tuviera un poco más de seniority en los medios de comunicación. Ahí entré, primero¿ Cuál es la manera de ser? ¿ Una mujer fuerte?Claro, cosas que no se les cuestionan a los hombres. Donde hay una “mina complicada” hay un hombre que lidera. Eso de la Tatiana poderosa Se contó que yo había influido en personas que habían salido del gabinete, cosas totalmente falsas. No tenía ningún poder acerca de eso, no participé en un comité político. ¿Sintió que había un sesgo machista?No lo sé.
Yo misma he tenido jefes que han sido mucho más duros conmigo y jamás se me ocurriría pensar que me están maltratando. ¿Cree que le tocó enfrentar una sensibilidad más millennial? Usted venía de otra escuela. Quizás sí, claro, vengo de una escuela mucho más resiliente con la autoridad o con los comentarios. Mi gran virtud y mi gran defecto, que lo asumo, es que nunca he sido muy diplomática. Nicolás Eyzaguirre siempre me enseñó que el trabajo era trabajo y la vida era la vida, y uno podía tener cariños y afectos en el trabajo. Pero uno no va al trabajo a ser amigos. Uno va al trabajo a trabajar. Alguien dijo que el problema del Frente Amplio era que trabajaban en el mismo lugar donde están sus afectos. Quizá es un problema que tienen ellos. No entré nunca en ese problema porque no hice amigos.
Creo que el Presidente siempre respetó mucho el que yo fuera una persona seria, de afuera, me hizo parte de su equipo, nunca me sentí discriminada por no ser parte del círculo chico, siempre requirió de mi opinión experta en comunicaciones. Y cuando no estuvo de acuerdo conmigo, teníamos un acuerdo. Soy muy alegona y buena para pelearla, pero cuando él ya me decía que era decisión presidencial, yo tenía que de-Mira, cuando tú estás en esta pega tienes diferencias con todo el mundo. Ahora, claro, con Carlos seguramente, más que diferencias, teníamos distintas maneras de ver las cosas.
Carlos tiene una trayectoria más acotada que la mía, soy una persona que tiene 20 años de carrete en esta pega y quizás ahí, en el ámbito de cómo abordar ciertas cosas, teníamos roces, pero nada terrible, no había peleas. ¿Pero es un problema tener diferencias con el jefe de gabinete o no?Seguramente.
Seguramente es parte de la decisión que tomó el Presidente. ¿Y las filtraciones?El tema de las filtraciones es bien extraño, porque se me acusaba de filtrar específicamente a un medio de comunicación, que tiene que ver con que tengo amistades en algunos medios. Ahora, la paradoja es que si me llamaron es porque tenía contacto con los medios. Ahora, ¿qué podría yo ganar con filtrar información? Con la prensa, nada que ganar porque me conoce hace 20 años.
Yo a quien tenía que convencer, y hacer que confiaran en mí, era al Gobierno, por tanto, hubiese sido muy estúpido que me pegara balazos en los pies. ¿Tenía diferencias de visión profundas con el círculo del Presidente?No, era la forma de hacer las cosas. No teníamos diferencias profundas en la política, teníamos en que soy una persona a la que le gusta que las actividades tengan un nivel presidencial. Que si el Presidente va a ir a un lugar, las cosas estén bien organizadas.
Soy una persona muy pulcra en eso, y como llevo tantos gobiernos en el cuerpo sé más o menos cómo se arman bien las actividades presidenciales. ¿Y aquí había mucha improvisación?No sé si improvisación, pero claramente el equipo, por decisión propia y está bien y es legítimo, consideraba que quizás las cosas se podían hacer de manera¿ Ese diagnóstico se compartía dentro de La Moneda?ro, comunicacionalmente era difícil salir de ahí, porque claramente se expuso la figura presidencial. ¿La hicieron pagar algún costo?Hubo ciertas dudas acerca del comunicado de prensa que fueron rápidamente disipadas, porque soy una persona vieja porque sí existen los 30 años, aunque yo no llevo 30 años y tenía todo respaldado. Ahora, sí quiero decir una cosa: los indultos fueron un tema súper ingrato para el Presidente, pero la oposición olvida que el presidente Piñera también indultó a 4 mil personas, entre ellos, a narcotraficantes. Sé que es el rol de la oposición, no soy ingenua en esto.
Lo que sí me cuesta entender, y esto es una crítica para mi sector, es que seamos poco proactivos para ir a enfrentar a la oposición, sabiendo que tiene un rol que es criticarte y estar encima de ti.
Creo que hemos sido poco activos en darle la batalla a la oposición. ¿Siente que el Gobierno se arrinconó tras el triunfo del Rechazo el 4-S?La Constituyente en sí cometió el grave error de no leer de dónde veníamos, abusó del vuelito que según ellos creyeron que seguíamos teniendo después del estallido social. Y la gente estaba sumamente saturada, quería seriedad. Creo que había gente que lo compartió, había gente muy realista. Había gente que tenía esperanza en que ganara el Apruebo. Habíamos otros que no teníamos ninguna esperanza. Ahora, lo que fue terrible fue la magnitud del Rechazo. ¿La sorprendió?Me sorprendió mucho.
Pero siempre he pensado que en la clase política a veces, y en este caso me quiero quedar con los constituyentes, no con el Gobierno, se minimiza al ciudadano común. ¿Diría que el primer Rechazo fue a Boric lo que Caval a Bachelet, que cambia absolutamente la agenda, se acaba el relato y se empieza a administrar?No creo que haya sido tan así. Fue un golpe fuerte, duro, el primer golpe de realidad de que quizás estábamos leyendo mal a las personas.
El 4-S, sin duda, fue durísimo, no lo quiero minimizar porque el programa de gobierno de campaña del Presidente Boric se basaba en un cambio de Constitución. ¿Comparte que en algunas oportunidades el Presidente puede dar una cuña sobre Venezuela que es muy aplaudida y el día después, da una celebrando el encarcelamiento de Luis Hermosilla, que levantó muchas críticas?El Presidente ha dicho lo de Venezuela en la cara de Maduro, en foros internacionales, y lo que ha hecho es nada más que ser consecuente con su visión. La cuña de Hermosilla tiene dos puntos. Uno positivo, que es que tiene el derecho de referirse a un caso tan emblemático como lo va a ser, seguramente, porque este será un Caval, un Soquimich.
Ahora, claro, si tú me preguntas, hubiese preferido no llevarlo a La Moneda. ¿Por qué?Porque mete el caso dentro de La Moneda y tienes una semana al Gobierno hablando de un tema del que no debería estar hablando. ¿Y porque puede explotar en la cara? Usted lo vivió de cerca en Bachelet II, cuando el ministro Peñailillo puso en el centro de La Moneda el caso Soquimich. Claro que hay un riesgo. Cuando no sabes lo que viene, siempre puedes quedar atrapado de lo que digas.
Yo era jefa de prensa de Nicolás cuando pasó lo de las platas en Soquimich, y claro, memorable esta entrevista que se hizo en Canal 13 con el exministro Peñailillo, donde tuvo que reconocer que sí tenía boletas y hasta ahí llegamosTirar un hilo así en un gobierno siempre es complicado.
Que pasó con los convenios, ese es un buen ejemplo porque efectivamente parecía ser un caso aislado, y se reaccionó, pero se debió de haber revisado todo antes de reaccionar. ¿Y cómo se detiene el desangramiento en medio de una crisis comunicacional?Cuando estás en medio de una crisis que es comunicacional y política, una cosa no puede estar desencajada de la otra. Entonces, desde las comunicaciones lo importante es reconocer que la crisis está encima y hacerlo de manera oportuna.
En este caso, Democracia Viva, había que actuar con transparencia, rápidamente, tratar de controlar un poco los mensajes, y tener voceros calificados que pudieran salir a explicarle a la ciudadanía de manera transparente lo que estaba pasando. Y así como se requieren reformas a legislaciones como ahora en el caso Hermosilla, es obvio que también se necesita coordinación política. Y eso es lo que falta hoy. Cómo conversa el mundo político para ver cuál es la mejor reforma para subsanar el tema. Pero ante todo, lo principal es la transparencia y actuar de manera oportuna. menos estructurada o menos presidenciable a la antigua. Y yo, en ese sentido, soy más antigua. Pero cometí un error, lo asumo como un error: no le di tregua a la improvisación, y quizás este Gobierno sí quería improvisar. Y yo resguardaba la institucionalidad del Presidente de la República a toda costa. Quizás en ese sentido era una persona muy jodida porque cuestionaba muchas cosas.
Quizás debía haber sido un poco más flexible y haber dejado que los equipos también hicieran parte de su pega y no estar siempre yo metida tratando de arreglar cosas. ¿Y diferencias en el tema del relato con Pablo Paredes, tenía?He sabido últimamente que parece que tenía diferencias, que creo que no tenía mientras estuve ahí.
Todo lo contrario, con Pablo tenía una buena relación. ¿Pesa no ser del círculo de hierro, no tener militancia?Creo que es parte de las razones por las que salí, no las definitivas, pero si yo hubiese tenido un partido político, que creo que en ese minuto todavía lo tenía, no me acuerdo bien cuándo renuncié (a Convergencia Social), jamás hubiese llamado a Diego Ibáñez para decirle, “llama al Presidente para que me retenga”. No lo he hecho nunca.
Tatiana se queda callada un momento y agrega: Mira, soy una persona que estudió en Temuco, me vine a Santiago a trabajar, conocí por la Marcela Oyarzún a Patricia Politzer, y me dieron un espacio en el comando del Presidente Lagos, acotado, chiquitito. Yo era una sureña, de 23 años y tuve suerte. Yo no tengo familia política. “Cuando la presidenta dice que no será candidata está hablando en serio”El papá de Tatiana Klima fue general de la Fuerza Aérea, “un hombre maravilloso”, cuenta.
Sus padres se separaron cuando ella tenía dos años, su mamá se volvió a casar y “me crio el papá de mis hermanos, al que le digo papá también”. Cuenta que creció en un entorno de privilegios, con nula conciencia política, la que solo descubrió cuando entró a la universidad. Y llegó a la campaña de Ricardo Lagos. Hoy dice que agradece enormemente a Patricia Politzer y a María Eugenia Camus, “que vieron en mí algo que yo no había visto.
Mis capacidades”. Ahí, después de la estrecha primera vuelta y de cara a la segunda, Politzer le dijo que llegaban tres economistas a hacerse cargo de la campaña en el ámbito económico y que trabajaría con ellos. “Y yo de economía sabía lo mismo que de mecánica”, recuerda. Eran Nicolás Eyzaguirre, Andrés Velasco y José De Gregorio. Hizo buenas migas con Eyzaguirre, y él la llevó de jefa de prensa a Hacienda. Luego, en el primer gobierno de Bachelet estuvo en el equipo de Paula Walker, la entonces directora de Comunicaciones de la Presidencia.
Con la llegada de Piñera, en 2010, se fue a la fundación Dialoga y fue directora de Comunicaciones de la Universidad Silva Henríquez, hasta que la llamó Paula Walker desde Estados Unidos donde Bachelet estaba a cargo de ONU Mujeres para preparar su regreso como candidata presidencial. ¿Nadie la ha llamado para preparar el nuevo regreso?Nadie. Y creo que cuando la presidenta dice de verdad que no es candidata, está hablando en serio. Sí está dispuesta por su amor por Chile a estar ahí hasta que aparezca el candidato que no sabemos todavía quién va a ser. No es un frac a s o, e n t a n t o queda un año todavía y pueden pasar ochocientas cosas. Más bien, creo que lo que pasa es que nuevamente pisamos el palito. La derecha tiene dos candidatos, Evelyn Matthei y José Antonio Kast. Para mí, lo peor que podría hacer la centroizquierda y la izquierda es poner un candidato presidencial ahora. Porque les das a los otros dos con quién pelear. En cambio, si los tienes a ellos enfrentados durante un año y tú te guardas, te guardas, te guardas, solo los desgastas a ellos. Creo que lo que ha pasado con la presidenta Bachelet es que es una persona a la que la gente le tiene un cariño impresionante. Pero no estoy tan segura de que eso se transforme en una intención de voto automática. “El Rechazo fue el primer golpe de realidad”¿ Los indultos fue la crisis más dura que le tocó?Comunicacionalmente es la crisis más dura, porque son esos temas que suceden en los gobiernos que siempre vuelven. Es como los patines de Nicolás Eyzaguirre. Difícilmente al Presidente se le va a dejar de preguntar alguna vez en la vida por el tema de los indultos. Entonces, cla-“Comunicacionalmente (los indultos) es la crisis más dura, porque son esos temas que siempre vuelven.
Es como los patines de Nicolás Eyzaguirre”. ¿Y es un fracaso para el Frente Amplio que hoy la candidata mejor posicionada sea Bachelet?. Exdirectora de Comunicaciones de la Presidencia de la República, trabajó junto a Gabriel Boric hasta el 29 de diciembre, día que dejó su cargo no sin polémica. Hoy, desde el mundo privado, mira su paso por este gobierno, dice que “cometí un error, no le di tregua a la improvisación”, y también recuerda sus comienzos, durante Lagos y las dos