Otro impacto del cambio climático: amenaza con afectar la salud de la piel
Patologías como la dermatitis, la rosácea y el acné pueden desarrollarse o agravarse ante eventos extremos cada vez más constantes, como las olas de calor. A las conocidas amenazas del cambio climático se suma una nueva: posibles afecciones a la piel. Es lo que han advertido varias investigaciones científicas publicadas recientemente, una alerta a la que se unen médicos dermatólogos.
Un estudio publicado hace poco en The Journal of Climate Change and Health concluyó que las inundaciones, uno de los desastres naturales más comunes en relación con el calentamiento global, contribuyen a la aparición de infecciones bacterianas y fúngicas en la piel, por lo que estas podrían empezar a ser cada vez más comunes. Las inundaciones también pueden provocar dermatitis de contacto, de acuerdo con el trabajo, ya que el agua suele estar contaminada con pesticidas, fluidos residuales, fertilizantes y otros productos químicos nocivos. En el otro extremo, los autores también concluyeron que el humo de los incendios forestales puede incrementar además los casos de dermatitis atópica (eczema), incluso entre adultos sin antecedentes de problemas en la piel.
Consultadas por el tema, dermatólogas locales aseguran que otra de las secuelas del cambio climático que preocupa son las olas de calor, las que evitan que la piel se enfríe adecuadamente y aumentan también el riesgo de desarrollar o empeorar la dermatitis. "Lo que sucede es que las olas de calor disminuyen la barrera protectora de la piel, sobre todo si es calor seco, lo que puede generar resequedad y agravar así la dermatitis y otros brotes, especialmente en pieles sensibles o quienes son propensos", asegura Pilar de la Sotta, dermatóloga de Clínica Universidad de los Andes.
Por otro lado, cuando la piel pierde su barrera protectora debido al exceso de calor, se favorece a que entren sustancias y varios tipos de contaminantes del ambiente, comenta Vierocka Tomulic, dermatóloga de Clínica Alemana. "Esto puede producir alteraciones a nivel del sistema inmune que nos hagan generar respuestas alérgicas atípicas y originar brotes de distinto tipo", afirma la experta.
Otra patología que podría desarrollarse o empeorar como consecuencia de olas de calor más constantes es la rosácea, asegura Tomulic. "El alza permanente de las temperaturas produce una mayor dilatación de los vasos sanguíneos a nivel facial, y esa mayor vascularización va a generar más caras rojas permanentemente", advierte.
Sobre este tema, De la Sotta agrega: "Las personas que ya tienen rosácea tienen una piel muy reactiva a los cambios de temperatura en general, y el calor particularmente hace que la piel se ponga más caliente, y si además está seca y ha perdido su barrera protectora, la enfermedad se activa aún más". La aparición o empeoramiento del acné es otra posibilidad, aseguran las entrevistadas.
Consuelo Gallego, dermatóloga de Clínica Las Condes, explica: "La producción de sebo (grasa que segregan las glándulas sebáceas) puede aumentar a consecuencia de mayor radiación solar y temperaturas más elevadas constantemente y eso conllevar a mayores brotes de acné". En esa línea, un artículo científico publicado por la Academia Española de Dermatología confirmó que la secreción sebácea es mayor durante los días más cálidos y principalmente en los pacientes más jóvenes, por lo que el cambio climático "será un reto para los dermatólogos". Tanto Gallego como De la Sotta coinciden en que si una persona es propensa al acné desde la adolescencia o lo ha desarrollado en algún momento de la vida es más esperable que las alzas de las temperaturas exacerben esa condición.
Ante estos riesgos y un inminente avance del cambio climático, según vienen advirtiendo los científicos, las entrevistadas llaman a prevenir con un mejor cuidado diario de la piel (ver recuadro). NUEVAS INVESTIGACIONES Y DERMATÓLOGOS ALERTAN SOBRE EL TEMA Otro impacto del cambio climático: amenaza con afectar la salud de la piel JANINA MARCANO El alza constante de las temperaturas favorece la dilatación de los vasos sanguíneos del rostro, lo que impulsa la aparición de rosácea.
ISTOCK PHOTO Una rutina de prevención es clave Las dermatólogas entrevistadas comentan que si bien no existe una estrategia específica para evitar las afecciones a la piel debido a eventos climáticos extremos, se sabe que es posible prevenir. "En general, lo más importante es tratar de mantener la barrera cutánea que protege a la piel. Y para eso esta debe estar limpia e hidratada. Esos son dos pasos muy importantes", dice Tomulic, quien recomienda utilizar productos dermatológicos según el tipo de piel. Lo mismo aconseja Gallego. "La limpieza e hidratación del rostro en la mañana y por la noche es la recomendación básica. También es importante no usar productos tan fuertes que puedan resecar la piel y evitar duchas calientes tan largas. Aunque muchos las consideran buenas, lo cierto es que también pueden resecar la piel", asegura.
Ante signos de una afección, puntualiza, lo recomendable es consultar a un dermatólogo. "Vamos a tener que cuidarnos más la piel ante el avance del cambio climático y empezar con cuidados básicos diarios que incluyan limpieza e hidratación". Consuelo Gallego, dermatóloga de Clínica Las Condes Otro impacto del cambio climático: amenaza con afectar la salud de la piel.