Autor: Alejandro Mihovilovich Municipal de Concepción
Villa Universitaria y su historia de gran unión
VECINAS PREPARANDO EL ALMUERZO A LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE ESTUDIANTES QUE LLEGARON A CONSTRUIR EL POLICLÍNICO. Osterior al terremoto mayo de 1960, la Universidad de Concepción se vio en la obligación de acoger a muchos de sus funcionarios que habían perdido sus viviendas a causa de la fuerza del sismo. La Casa del Deporte, una de las construcciones más emblemáticas del campus, sirvió para recibir alos afectados, aligual que unos corralones que se habilitaron en la parte trasera del inmueble.
Ese grupo humano, el cual se mantuvo viviendo en la universidad hasta finales de ese año, se transformó en la semilla que germinó a la Villa Universitaria, tradicional asentamiento penquista, ubicado en la Ruta 150, que conecta Concepción con Penco. Los perjudicados con el terremoto eran funcionarios que arrendaban viviendas en los alrededores de la avenida Los Carrera, calle Las Heras y otros puntos de la capital regional. Muchas casas estaban construidas de adobe, por lo que no soportaron el movimiento telúrico. Tras varios meses habitando el recinto, la administración universitaria del rector David Stitchkin determinó construir viviendas en los terrenos del fundo Andalién, de propiedad de la casa de estudios, en donde se edificaron 105 viviendas. Las casas no eran todas iguales.
En su mayoría los trabajadores beneficiados eran auxiliares de la universidad y había unos pocos administrativos, por lo que, para los primeros, eran inmuebles de 6 por 6 metros, con un dormitorio de 3 por 3 metros, living comedor, una cocina y un baño exterior. Para los segundos, eran construcciones de 9 por 6 metros, con baño interior. Los terrenos teEl desarrollo de este importante de la ciudad se fue dando de a poco, gracias al esfuerzo de las familias que llegaron a habitar este sector. Hoy disfrutan de los frutos de años de trabajo mancomunado. VILLA UNIVERSITARIA EN PLENA CONSTRUCCIÓN AÑO 1961. nían superficies de 15 por 30 metros para cada favorecido. En la construcción colaboraron estudiantes latinoamericanos y el sector fue entregado en 1961, con el nombre de Villa Andalién. Los beneficiados pagaban un arriendo a la Universidad de Concepción de 12 pesos mensuales, descontados de planilla. COOPERATIVA Ya con sus nuevas casas, los vecinos podían continuar su vida de manera tranquila, pese a las complicaciones que significaba vivir alejados del centro de Concepción. No había locomoción, tampoco colegios, ni comercios, o algún centro de salud cercano.
Transcurridos 5 años de concretarse la solución habitacional, la Universidad de Concepción tomó la decisión de dejar de percibir los arriendos, con el propósito de hacerse nuevamente de los terrenos en donde estaban instaladas las viviendas. Esto ocurrió durante la administración de rectoría de Ignacio González Ginouvés, y la decisión generó gran preocupación entre los vecinos, directamente ligados a la casa de estudio del Campanil. Es ante esta situación que surge la figura de Jorge Urrutia, quien era funcionario del Departamento de Geología de la universidad, además de vecino de la población. Quienes lo conocieron lo describen como una persona con educación y gran espíritu social. Gracias a que tenía muy buenos contactos, amistades, y cercanía con sus jefes, pudo socializar el problema en ciernes. Asíes como con ayuda y también gracias a su propia gestión, Urrutia inició los trámites para crear una cooperativa en 1965, por medio de la cual se pudieran comprar las casas a la universidad. Los pobladores se reunieron con jóvenes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) que eran parte de la Federación de Estudiantes, entre los que se contaba a Bautista van Schouwen. Gracias al apoyo prestado, se negoció con la universidad la adquisición de las viviendas. Finalmente, rectoría accedió y así es como el sector pasó a llamarse Villa Universitaria. VIDA SOCIAL El desarrollo de la villa se fue materializando poco a poco. En un principio, la universidad cambiaba las luces del alumbrado público, sacaba la basura y se disponía de un enfermero y un médico, generalmente alumnos año, para atender a la población. Algunos de ellos eran funcionarios del teatro Ude C, por lo que se conseguían películas para proyectar en la villa, para felicidad de los niños de la población. También se creó un club deportivo que organiz Ó por varios años campeonatos internos entre las diferentes siete manzanas que componían el sector y que son recordados hasta el día de hoy. Los inviernos eran complejos, ya que las lluvias transformaban el terreno en barro.
Tampoco había alcantarillado en los primeros años, y si bien la villa fue bien diseñada, cada familia tuvo que realizar el esfuerzo para poder acomodarse lo mejor posible y hacer crecer sus casas en la medida del esfuerzo de cada uno.
Junto con la cooperativa de vivienda, se creó una cooperativa de consumo, por medio de la cual se instaló una especie de minimercado, en el que cada trabajador podía inscribirse y tener la posibilidad de obtener abarrotes, y que las compras fueran descontadas por planilla. En la década del 60 se habilitó una escuela, que tuvo en sus principios a la directora, Alicia Orrego. Era la escuela 62 República de Costa Rica, la que funcionó hasta 2006. La villa fue adquiriendo tradiciones, como las actividades de Fiestas Patrias, las cuales se mantienen hasta la actualidad. También se contó por años con grupos juveniles que organizaban eventos, siendo uno de los más impor == el Festival de la Canción Villa Universitaria.
Una delas ganadoras participó en el recordado programa de teevisión “El festiy val de la Una”. En la década del 90 se construyó la capilla “San Pablo Apóstol”, con el esfuerzo de la gente, mediante la realización de beneficios y la edificación durante los fines de semana con voluntarios. La cooperativa que dio origen a la villa ya no funciona, y dio paso a la junta de vecinos que se mantiene hasta hoy, la cual canaliza los proyectos de la co