"ENSEÑAR ENTRE IGUALES": Daniel Mansuy lanza libro sobre educación
"ENSEÑAR ENTRE IGUALES": Daniel Mansuy lanza libro sobre educación Daniel Mansuy Luego del éxito de su libro "Salvador Allende.
La izquierda chilena y la Unidad Popular", que vendió más de 20 mil ejemplares y causó gran revuelo en el mundo político, Daniel Mansuy lanza "Enseñar entre iguales", una obra sobre educación, que será publicada por el sello editorial del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). El académico analiza en este ensayo la naturaleza del vínculo educativo, la relación entre profesor y alumno, y las consecuencias pedagógicas de los anhelos de igualdad de las democracias modernas.
Todo esto, con el fin de comprender y estudiar la situación educativa, considerando que, según plantea el autor, el sistema educativo no es una instancia que esté fuera de la sociedad, sino que es reflejo de la misma.
La obra, que va abordando diferentes interrogantes de la mano de filósofos como Tocqueville y Rousseau, y pensadores como Philippe Meirieu, se lanzará el 5 de diciembre, y será presentado por el exministro de Educación, Raúl Figueroa, y la académica y ganadora del Premio Nacional de Historia, Sol Serrano. A continuación, párrafos seleccionados de la presentación que realiza el autor. EDUCACIÓN: EL CENTRO DEL DEBATE La cuestión educativa suele estar en el centro de nuestros debates. Como bien notara Hannah Arendt hace varias décadas, las crisis de las democracias modernas tienden a convertirse, casi espontáneamente, en discusiones sobre el sistema educativo. El motivo es simple: allí se concentran nuestros desacuerdos y frustraciones, pero también nuestras esperanzas. En efecto, los afligidos ciudadanos modernos quisiéramos encontrar en la instancia educacional un consuelo a nuestros males. La creencia compartida puede describirse como sigue: nuestros problemas podrían superarse en un futuro no tan lejano si ponemos el foco en la formación de los más jóvenes. Quizás no estamos en condiciones de cambiar a los ciudadanos del hoy, pero sí de lograr que sean distintos los del mañana. Así, una buena educación ayudaría a tener una sociedad más justa, más igualitaria, más solidaria, más responsable, más inclusiva, más integrada, más culta, y la lista puede seguir. Dicha expectativa esconde, sin embargo, gico", sin advertir que el "diálogo pedagógico" es simplemente imposible en ese ambiente. Tal es el estado de putrefacción de nuestra discusión educativa y, salvo honrosas excepciones, a nadie le importa mucho. Para comprender este nudo central, me parece indispensable atender al modo en que la democracia, entendida como régimen de igualdad, se vincula con el hecho educativo. La idea que orienta el libro que el lector tiene en sus manos es que precisamente en ese lugar se tejen y entretejen muchas de las dificultades en las que nos vemos envueltos. La democracia moderna se funda en la aspiración a la igualdad, y ese anhelo tiene consecuencias pedagógicas.
Para decirlo en simple --aunque espero justificar esta aseveración en las páginas que vien e n -, n o s a b e m o s bien en qué consiste educar en democracia, educar según los principios democráticos. En definitiva, no sabemos bien qué significa enseñar entre iguales. En rigor, todos los proyectos pedagógicos modernos están, de modo más o menos intenso, más o menos explícito, marcados por esta pregunta cuyos términos es indispensable precisar.
Sin perjuicio de lo señalado, este no es un libro sobre políticas públicas en educación, ni una respuesta concreta a los problemas educativos que enfrenta el país, ni nada semejante: no tengo las competencias mínimas para acometer un desafío de ese tipo.
La tarea que emprendo es más modesta, y puede ser descrita como el esfuerzo de un profesor de filosofía política --que es mi oficio-"ENSEÑAR ENTRE IGUALES": Daniel Mansuy lanza libro sobre educación LUEGO DE SU BEST SELLER SOBRE ALLENDE El 5 de diciembre, el investigador del centro Signos de la Universidad de los Andes, profesor de filosofía política en la misma casa de estudios e investigador asociado IES, lanzará un nuevo ensayo, donde analiza las consecuencias de aplicar la democracia en la pedagogía, o bien, en qué consiste educar en democracia. FLORENCIA DONOSO un espejismo peligroso. No porque sea enteramente falsa: es evidente que en la educación nos jugamos mucho.
Toda sociedad debería preocuparse prioritariamente de ella, así como todos los padres nos preocupamos por el porvenir de nuestros hijos; y bien decía Aristóteles que el legislador debe poner la mayor atención en la educación de los jóvenes. Sin embargo, el sistema educativo no es una instancia que esté fuera de la sociedad y desde el cual podamos intervenirla; muy por el contrario. Se trata, quizás, del lugar donde mejor se refleja todo aquello que la sociedad es: sus contradicciones, falencias y tensiones no resueltas. Si se quiere, todo lo que ocurre en la colectividad está presente también, acaso de un modo más marcado, en el sistema educativo. Si esto es plausible, la vía educativa tiene más escollos de los que suponemos.
Para que sea algo más que una vaga declaración de intenciones, el recurso a la educación debe acompañarse necesariamente de una reflexión sobre sus condiciones de posibilidad para cumplir las misiones que con tanta facilidad le asignamos. Esto exige, a su vez, una reflexión detenida sobre lo que entendemos por ella, pues si esa concepción tiene fuentes análogas a los problemas que queremos subsanar, entonces no estaremos avanzando nada. En otras palabras, si no ponemos una distancia --al menos reflexiva-entre la educación y la sociedad, estaremos dando vueltas en círculos.
Puede resultar útil, para ilustrar el argumento, detenerse brevemente en uno de los hechos sociales más significativos de las últimas décadas en Chile: la destrucción --no hay otra palabra-de los liceos emblemáticos que, hace no tanto tiempo, constituían el máximo orgullo de la república. Dichos establecimientos no solo fueron capturados por la violencia, sino que han visto horadados los principios que fundaban su legitimidad. Esto ha ocurrido a vista y paciencia de todos nosotros, sin que hayamos hecho demasiado al respecto, más allá de manifestar una indignación estéril. En rigor, y sin perjuicio de las causas directamente políticas que inciden en el proceso, esto ha sucedido porque no contamos con las herramientas intelectuales mínimas para comprender estos sucesos. Es triste constatarlo, pero carecemos de categorías para proteger y defender esos liceos, o lo que queda de ellos.
Así, hemos dejado caer, en pocos años, instituciones cuya reconstrucción nos tomará décadas (en el mejor de los casos). Frente a la violencia desatada, un ministro de educación incluso llegó a decir que no cabía tomar medidas drásticas, sino insistir en el "diálogo pedagópor intentar comprender nuestra situación educativa, con la esperanza de que algunas categorías provistas por dicha disciplina puedan contribuir a iluminar la cuestión, aunque fuera parcialmente.
Digo "parcialmente", pues no pretendo ofrecer una explicación exhaustiva del fenómeno, y de allí el carácter ensayístico del texto: intento aproximarme a este problema desde un ángulo, pero no olvido un instante que hay muchos otros ángulos complementarios. Sin embargo, y a pesar de los riesgos involucrados, creo que el intento tiene sentido. Además, me asiste la convicción de que es importante que quienes ejercemos tareas docentes reflexionemos sobre nuestra propia actividad. ESTRUCTURA DEL LIBRO El primer capítulo examina la manera en la que Alexis de Tocqueville comprende la democracia. Según él, dicho régimen moderno está marcado por la hegemonía de la noción de igualdad, lo que penetra todas las dimensiones de la vida humana. Esto incluye, desde luego, la actividad pedagógica; por lo mismo, ese marco resulta imprescindible para determinar el lugar en que nos encontramos. El segundo capítulo aborda la propuesta antropológica de Jean-Jacques Rousseau, pues sus intuiciones juegan un papel decisivo en la cultura moderna y siguen estando presentes en múltiples aspectos de nuestro mundo. Por lo demás, esa antropología está en el origen de muchas versiones del proyecto pedagógico moderno, como lo prueba la lectura del "Emilio", su tratado sobre educación.
El tercer capítulo está dedicado, precisamente, a dibujar los ejes principales de aquello que Rousseau llama la educación según la naturaleza, tal y como está desarrollada en el "Emilio". El cuarto capítulo explora algunas consecuencias del proyecto rousseauniano, que guardan relación con la degradación del profesor y la emergencia del método como concepto que adquiere un lugar preponderante en el proceso educativo. El quinto capítulo busca mostrar la manera en que los elementos expuestos en las páginas previas se plasman en un proyecto educativo concreto.
En particular, se exponen algunas articulaciones centrales de la obra de Philippe Meirieu, uno de los pedagogos más influyentes de las últimas décadas, y cuyos trabajos reflejan muy bien la situación moderna (aunque no la agotan). El capítulo sexto analiza la marginación de los saberes culturales como corolario más o menos lógico del despliegue de ciertos principios modernos. Por último, el capítulo séptimo se interroga por la pertinencia que puede conservar la educación fundada en el eros, y si acaso es posible renunciar al vínculo humano a la hora de educar.
La pregunta, prefiero advertirlo desde ya, queda abierta, aunque naturalmente creo que el mero hecho de formularla puede resultar útil (como siempre, solo el lector está en condiciones de juzgar el último punto). n "El sistema educativo no es una instancia que esté fuera de la sociedad y desde el cual podamos intervenirla; muy por el contrario. Se trata, quizás, del lugar donde mejor se refleja todo aquello que la sociedad es". CRISTIÁN CARVALLO "Enseñar entre iguales", libro de Daniel Mansuy publicado por el sello editorial del IES. EDITORIAL IES.