Autor: de calle enfren-
Columnas de Opinión: El show de la exclusión
Columnas de Opinión: El show de la exclusión OColumnaFrancisca Navarro Mercado Miembro Directorio Corporación Nuestra CasaProgramas de vivienda social, albergues temporales y EN políticas de inclusión laboral S son alternativas viables. E: Antofagasta, las personas en situación tan una realidad desgarradora. Sin embargo, las autori-dades han respondido con desalojos forzosos, convir-tiendo estas acciones en un espectáculo mediático. Videos compartidos en redes sociales comosi fueran logros ignoranel drama humano detrás.
Esta medida no solo es ineficaz, sino que viola derechos humanos y perpetúa la exclusión. ¿Es este eltipo desociedad que queremos? Segúnla ONU, “los desalojos forzosos sonincompatibles con el derecho auna vivienda adecuada y solo pueden justificarse en circunstancias excepcionales”. En Antofagasta, estas excepcionesnoexisten. Desalojarsin ofteceraltemativas dignas agrava la vulnerabilidad de las personas, privándolas de su dignidad y profundizando la pobre-za, como señala Amnistía Internacional. Además, ONU-Hábitatadvierte que estas prácticas no abordan las causas estructuralesdela falta de vivienda, como la desigualdad, y solo perpe-túan la marginalización. En una ciudad con acceso limitado aviviendas asequibles, los desalojos no son una solución; son un desplazamiento de la pobreza. La solución noes desalojar, sino garantizar vivienda digna y oportunidades. Como propone David Harvey, “la ciudad de-beserun espacio de derechos, no de exclusión”. Programas de vivienda social, albergues temporales y políticas de inclusiónlaboral son alternativas viables.
ONU-Hábitat lo dice:“Las po-líticas públicas deben abordarel problema de manera integral, con un enfoque basado en derechos humanos”. En Chile, el modelo de “Vivienda Primero” ya es una política pública reconocida, implementada con éxito en otras regiones del país. Este enfoque prioriza ofrecer vivienda estable y permanente como primer paso, sin condiciones previas, para luego brindar apoyo integral en salud mental, adicciones, empleo y educación. Sin embargo, en Antofagasta este modelonose ha aplicado, a pesar de su probada eficacia. En países 'como Finlandia, Vivienda Primero redujo la población en situación de calle en un35% en una década. Además, esmás económico para el Estado ofrecer vivienda permanente que gestionar loscostos de emergencia, desalojos y criminalización de la pobreza. En Antofagasta, adoptar el modelo Vivienda Primero podría marcar la diferencia. En lugar de gastar recursos en desalojos y medidas punitivas, las autoridades deberían invertir en viviendas sociales y programas de inclusión. Esto no solo ayupersonas a reconstruir sus vidas, sino que también daría alas contribuiría a una ciudad másjusta y cohesionada. Los desalojos en Antofagasta no son una solución; son una muestra de la falta devoluntad política para abordar el problema de manera humana y estructural. Es hora de dejar de criminalizarla pobreza y empezar a construir una ciudad que garanticelos derechos de todos. Los desalojos no solo son ilógicos; son inmorales. Antofagasta puede y debe hacerlo mejor. El momento de actuar es ahora..