Autor: MARTA RULLÁN | EFE
El regreso de Francisco al Vaticano marca una nueva etapa de su papado
El regreso de Francisco al Vaticano marca una nueva etapa de su papado ción, mayor que en su residencia, y el intenso deseo de Francisco de volver al Vaticano, considerando que existía el riesgo de que una estancia más larga le desmoralizase. Preparados para “otra forma de ser Papa”“Está contentísimo (... ) lleva cuatro días preguntando” cuándo sale, reveló Luigi Carbone en la rueda de prensa en la que el sábado se anunció el alta. Será este médico quien se ocupará de la “convalecencia protegida” que seguirá Francisco en su residencia de la Casa Santa Marta.
El Vaticano está equipado para emergencias, como recordó Carbone, pero ahora lo importante es que el Papa restrinja sus encuentros, en especial con grupos y niños, pero también evitar las reuniones con colaboradores, amigos y fieles más allá de lo necesario.
Ese parece el mayor riesgo dada la naturaleza del pontífice y el llamado “estilo Francisco”. En cualquier caso, la Iglesia parece prepararse para asumir “otra forma de ser Papa”, en palabras del cardenal Anders Arborelius, arzobispo de Estocolmo y miembro de varios dicasterios de la Curia. “Después de una enfermedad así, Francisco no podrá viajar, no podrá asistir a muchas reuniones. Será más bien un Papa en oración, llevará una vida más escondida, más tranquila. Tendrá que ser menos comunicativo, pero se centrará en las cosas más importantes: sus palabras tendrán más peso”, aseguró en el diario Repubblica. Para el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, “quizá Francisco no pueda recibir gente durante algún tiempo, o al menos tenga que reducir sus audiencias. Pero siempre podrá recibir papeles y documentos de todo el mundo. Y seguir gobernando la Iglesia”, según afirmó al Corriere della Sera.
EFEESSERPECNARF“Agradezco a todos”, dijo a su salida del hospital Gemelli:El regreso del Papa al Vaticano, después de 38 días ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma por una grave infección respiratoria, marca una nueva fase en su pontificado, en la que Francisco, tan aficionado a la cercanía de los fieles y trabajador hasta la extenuación, deberá cambiar muchos hábitos.
El Pontífice, de 88 años, abandonó ayer el hospital poco después de asomarse a una ventana del segundo piso del Gemelli, en su primera aparición pública en seis semanas para saludar y bendecir a los fieles tras una hospitalización en la que según sus médicos sufrió dos graves crisis que pusieron su vida en peligro. “Agradezco a todos”, dijo ante la multitud que abarrotó el centro. Apareció en silla de ruedas, con buen aspecto y sonriente, mientras levantaba el pulgar. “Veo a esa señora con las flores amarillas, qué bien”, añadió con la voz debilitada, apuntando un ramo de rosas que llevaba una mujer.
Debido a sus dificultades para hablar, el texto del Ángelus se volvió a difundir por escrito por sexto domingo consecutivo y en él Francisco se mostró “entristecido por la reanudación de los intensos bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza”, y pidió “un alto el fuego definitivo”. Un desvío inesperadoPoco después dejó el hospital en dirección a su residencia en el Vaticano, pero sorpresivamente cambió de rumbo cuando estaba llegando.
La comitiva encabezada por el pequeño vehículo que habitualmente utiliza el Papa para sus desplazamientos se desvió de su camino para desplazarse primero a la iglesia de Santa María La Mayor, que custodia el icono “Salus Populi Romani”, del que Francisco es muy devoto y que visitaASU SALIDA, Francisco visitó la iglesia de Santa María La Mayor. siempre después de sus viajes.
Durante su recorrido por las calles del centro de Roma, numerosas personas se detuvieron en las aceras para aplaudirle, mientras Francisco, que llevaba las cánulas nasales para recibir oxígeno, saludaba desde el interior del vehículo y agradecía las muestras de cariño.
En la basílica romana, en la que Francisco quiere ser sepultado, el Pontífice dejó un ramo de flores en señal de agradecimiento a la Virgen tras su larga hospitalización y después la comitiva se dirigió, esta vez sí, a su residencia en la Casa de Santa Marta del Vaticano.
Esta nueva etapa, que no estará exenta de “sorpresas”, según el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, muy cercano al Papa, comenzará con al menos dos me-ses de “convalecencia protegida”, en palabras de su médico en el Vaticano, Luigi Carbone. En ese tiempo el Pontífice tendrá que continuar con su tratamiento farmacológico y las terapias motora y respiratoria, deberá seguir usando el oxígeno y también guardar reposo, alejado del contacto estrecho con la gente.
La decisión de los médicos llega tras dos semanas de mejora estable, prácticamente desde que los médicos levantaron el diagnóstico reservado al considerar que su vida ya no corría “peligro inminente” y después de dos graves crisis que lo pusieron “al borde de la muerte”. También ha pesado en el alta el hecho de que la recuperación necesitará tiempo y en el hospital hay un alto riesgo de infec-. Luego de 38 días hospitalizado, sus cercanos señalan que deberá cambiar muchos hábitos. “Agradezco a todos”, dijo a su salida del hospital Gemelli: a la multitud que fue a verlo al hospital Gemelli.