Autor: Por Pablo Basadre G.
Los refugios del Presidente
Boric ha elegido distintos lugares, entre Santiago Centro, Ñuñoa y Providencia, para dejar de lado la rutina de La Moneda. A mayoría de los Presidentes y Presidentas reconocen que la privacidad es una de las condiciones que más se extrañan cuando ejercen el poder. Cuando le preguntaban a Michelle Bachelet, por ejemplo, respondía que disfrutaba fuera de Chile cuando iba al supermercado y nadie la reconocía. Los espacios de los mandatarios suelen resguardarse con bastante recelo, hasta que una filtración a la prensa o en redes sociales, rompe con el pacto no escrito. Pero la generación de Gabriel Boric es distinta: en época de redes sociales, su masivo uso la hace estar más expuesta para exhibir parte de su vida privada. En el ámbito más íntimo del actual Presidente, las cosas no cambian mucho. Desde antes de asumir y ya en el mando, se ha preocupado de disponer de distintos espacios físicos para compartir con gente de su confianza.
Boric ha optado por cuatro lugares para reunirse con amigas y amigos, y sus ministros más cercanos: el departamento de Emiliano Salvo, uno de sus grandes amigos y funcionario de La Moneda; la casa del padre de Salvo, también en Ñuñoa; la casa del exconvencional Patricio Fernández en Providencia, y la residencia presidencial ubicada en el Barrio Yungay, en la comuna de Santiago. Allí se mezcla el mundo intelectual y político con el que suele conversar el Presidente.
La casona del Barrio Yungay Uno de los primeros que dio señales de cómo eran las dinámicas donde Boric hablaba con más soltura en su departamento del Barrio Bellas Artes y luego en el Barrio Yungay, fue el periodista Jon Lee Anderson. Lo anterior a pesar de que en el entorno del Mandatario comentan que él defiende su privacidad. Pero el profesional de la prestigiosa revista The New Yorker compartió con él asados y horas más distendidas en su casa y en la del exconvencional Patricio Fernández.
Según contó el propio Anderson, en una crónica publicada en julio pasado, Boric juega ajedrez con el hijo menor del autor de “La calle me distrajo” y se ha quedado a dormir en un sillón de su living en Pedro de Valdivia Norte, en Providencia. De acuerdo a la descripción que hace Anderson de sus encuentros con el Presidente, “en casa de Fernández, Boric vestía su atuendo habitual de jeans, botas gastadas y una camisa de franela a cuadros. Había llevado pisco y Coca-Cola, y rellenaba periódicamente un vaso de plástico rojo.
Envió a sus guardaespaldas presidenciales a comprar carne de res, y luego dio vueltas alrededor de una parrilla en el jardín”. En la semblanza titulada “¿ Puede el joven Presidente de Chile reimaginar la izquierda latinoamericana?”, Anderson describe también el contexto histórico de nuestro país y desmenuza la amistad que hay entre Boric y Fernández. Además de política, el Mandatario le explicó, por ejemplo, el origen de sus tatuajes. Extremo sigilo En los primeros meses de gobierno, Boric recibió varias visitas en la residencia presidencial del Barrio Yungay, en la comuna de Santiago. Las convocatorias eran amplias y bien seguidas, pero poco a poco se fueron “achicando”, entre otras razones, porque había que cuidar las filtraciones a la prensa. De acuerdo a cuatro fuentes consultadas por La Segunda, que confirman las reuniones y los lugares, Boric ha pedido sigilo a quienes asisten y a quienes organizan. Las mismas fuentes enumeran a algunos de los asistentes a las convocatorias. No se menciona a su ministra del Interior, Izkia Siches. Pero sí a su amigo y ministro de Economía Nicolás Grau, al ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) Giorgio Jackson y a algunas asesoras y asesores de Palacio. También personalidades políticas como el exministro Jorge Arrate Mac Niven, quien se excusó de opinar para esta nota y con quien conversa habitualmente por teléfono. En las reuniones en Yungay, una propiedad antigua de 500 m2, los temas eran variados y no siempre se hablaba de política. También conversaban sobre literatura, series de ficción en plataformas digitales y libros. En el último tiempo, Boric les ha puesto atención a escritores chilenos como Alejandro Zambra y Paulina Flores. Algunos vecinos comentan que el Presidente sale a caminar en el barrio, a veces a almorzar o a comprar pan. Se da el tiempo de conversar con ellos y escucha opiniones con especial atención. No ha dejado la costumbre de ir a comprar vinilos a la tienda de “Vinilos Brieba” de Eduardo Brieba, quien suele enviar sus novedades vía whatsapp. Tampoco ha dejado de ir a su barbería y otras veces su barbero ha ido a Palacio.
La “moda” de la llegada de Boric al barrio ha ido pasando como todas las modas, comentan en el sector, y la casa de Yungay ha dejado de ser la preferida del La casona presidencial, ubicada en pleno barrio Yungay. Cómo se desconectaban Lagos y Bachelet Cuando la expresidenta Michelle Bachelet quería un momento de calma y desconexión, se refugiaba en su cabaña en Caburgua, en La Araucanía.
Según el libro “Bachelet, la historia no oficial”, de los periodistas Andrea Insunza y Javier Ortega, la doctora compró el terreno a mediados de los 80 junto a sus amigas conocidas como las “bachemelenas”. En ese grupo, que se encontró en la Fundación para la Protección de la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia (PIDEE) en dictadura, veraneaban la periodista María Rosa Verdejo, la parvularia Sandra Correa, la madre de su amiga Estela Ortiz, María Eugenia Rojas, la misma Ortiz y la madre de Bachelet, Ángela Jeria. También la famosa actriz de teleseries de la época Sonia Viveros, además del sociólogo Francisco Sabatini. “Está llena de peñascos, pero es un lugar muy bonito”, les dijo Jeria, quien se encargó de conocer el lugar antes de adquirirlo. Desde 1988, la mayoría de los veranos de Bachelet junto a sus hijos fueron en Caburgua. Luego que su nombre comenzara a sonar como candidata presidencial, en 2004 fue el espacio donde la expresidenta descansó y se reunió con sus más cercanos para pensar su decisión, que se concretaría después.
En el caso del expresidente Ricardo Lagos Escobar, en una entrevista con Carolina Delpiano reconocía: “Echo de menos partir en patota al teatro, llegar de improviso a un restorán, más tiempo para estar con los amigos echando un poquitito el pelo y también ir a tomarme un café al Haití”. Lagos solía reunirse en su casa en Caleu (comuna de Til Til) con sus amigos, a quienes -igual que Boric y Bacheletles confió cargos importantes.
Aunque Lagos no los dejó en La Moneda: Marco Colodro (expresidente del directorio de TVN), Fernando Bustamante (expresidente de Metro), y con el secretario ejecutivo de la Comisión Reforma de la Salud (más conocido como el “padre” del Plan Auge), Hernán Sandoval. Sobre la soledad del poder, Lagos decía que “te das cuenta de que estas paredes (las de La Moneda) son anchas y estás un poco solo.
No físicamente, sino que hay cosas que no se le dicen al Presidente, los conflictos no deben llegar al Presidente, el Presidente tiene que estar tranquilo y aunque uno diga: “eso no debe ser así”, sucede... entonces la soledad es también una soledad del contacto cotidiano con la gente. Y cuando me siento solo me vuelco a la familia. También está la soledad de ver menos a los amigos, en fin... es complicado”. mandatario para compartir y despejarse del trabajo. Los alrededores de la residencia son permanentemente observados.
De hecho, han circulado videos en redes sociales, sobre todo en Tik Tok, que muestran la cápsula presidencial que pasa por Plaza Brasil cuando va camino a La Moneda y lo increpan indicando la hora en la que sale a trabajar. Sea temprano o tarde, siempre las críticas afloran. La casona de Yungay, además, tiene un patio pequeño, que no acompaña para los asados, una de las comidas favoritas del Mandatario. La parrilla con amigos y ministros en Ñuñoa El historiador de la Universidad de Chile, Emiliano Salvo, comparte una historia política con Boric en su partido (Convergencia Social) y en el Frente Amplio. El Presidente lo escucha y siente confianza y complicidad. Hoy es pieza importante del equipo de Avanzada Presidencial que dirige otro de sus amigos, el músico Nelson Alveal. Salvo no es de los nombres que más resaltan como amigo del Mandatario cuando se consulta a excompañeros de la Universidad de Chile o en el FA. “El Emi”, como le dice el Presidente, conserva un bajo perfil. No es un tuitero fanático como otros de su generación, pero es de la primera línea de sus amistades y en quien confía en política junto a su jefe de gabinete Matías Meza-Lopehandía, entre otros. Por esa razón, varias veces el antiguo departamento de la Villa Frei de Emiliano Salvo, ubicado en Ñuñoa, ha sido el lugar escogido por Boric para reunirse con amigas y amigos cercanos de CS.
Quienes han asistido a los encuentros cuentan que a esas juntas llegan la exconvencional Constanza Schónhaut (cercana a Boric), la ministra Antonia Orellana, el ministro Segpres, Giorgio Jackson, el diputado Gonzalo Winter (CS) e Irina Karamanos. También participan sus amigos magallánicos Mario Sillard y Felipe Valenzuela, quien se hace cargo de la organización y la logística. Ambos son funcionarios de La Moneda.
Pese a la contingencia y al día a día, se hacen esfuerzos para mantener estos encuentros, aunque una vez que asumió la Presidencia tuvieron que cambiar la locación: por seguridad y para contar con una parrilla para asar las carnes de cordero que suelen comer, se trasladaron a la casa del padre de Emiliano Salvo, en la misma comuna de Nuñoa. En abril pasado, cuando el dirigente español Pablo Iglesias estuvo en Chile, a pesar de que fue una visita corta, habría compartido en uno de esos encuentros en la casa del padre de Salvo. El día de la visita, el diputado Winter lo acompañó a la entrevista que le concedió al periodista Fernando Paulsen en CNN.
Consultado por La Segunda, Winter confirmó que compartió con Iglesias, pero que sobre los “lugares de eventos privados del Presidente de la República o míos, prefiero no pronunciarme”. La relación del fundador de Podemos con el FA es cercana. Tras sus fracasos políticos y sus denuncias en contra del establishment, Iglesias está dedicado a las comunicaciones y las hace de entrevistador y comentarista de otros medios de comunicación, sobre todo en Latinoamérica. El sillón de “Pato” Fernández en Pedro de Valdivia Norte Lo mismo ha ocurrido, en varias ocasiones, en casa del exconvencional Patricio Fernández, en la comuna de Providencia. A su hogar han sido invitados ministras y ministros (convoca Boric personalmente). La amistad con Fernández viene de los tiempos en que era dirigente estudiantil y luego diputado. El fundador de The Clinic fue uno de los que primero empujó la candidatura de Giorgio Jackson a diputado por Santiago, y estrechó lazos con los dirigentes del movimiento estudiantil. En los momentos duros del 2011, la revista ubicada en el Barrio Bellas Artes fue un lugar para guarecerse. La primera entrevista de la vocera Camila Vallejo en un medio masivo como dirigenta estudiantil, fue justamente en la versión papel de The Clinic.
En aquellos tiempos, Fernández se las ingenió para citar a todos los expresidentes de la FECH, de la FEUC y de otros planteles en el Bar The Clinic en la calle Monjitas, donde se discutió la posibilidad de que ellos se hicieran cargo de unas de las ediciones de la revista política para que fuera dedicada a la educación, el tema que cruzaba en ese tiempo la agenda noticiosa. En esa oportunidad, asistieron la vocera de gobierno Camila Vallejo, la diputada Karol Cariola y otros dirigentes. Eran los tiempos en que Fernández era uno de sus dueños y directorjunto a su socio, el exgerente general de Random House Mondadori y MAPU, Pablo Dittborn. La idea fracasó cuando el escritor y amigo de Fernández, Rafael Gumucio, sugirió que Giorgio y Camila salieran desnudos en la portada. Boric es un habitual de la casa de Fernández. También han compartido asado magallánico, es decir, un cordero al palo, uno de los platos favoritos del Presidente. Hasta abril se reunían también para intercambiar lecturas, y habían formado un “club” que, producto del trabajo y las giras, ha quedado de lado. Ambos son buenos lectores.
En las últimas semanas, y a 13 días del plebiscito de salida donde se juega una de las pruebas más difíciles para el Mandatario, Boric contó en una entrevista en Chilevisión que sostenía conversaciones con la exministra Carolina Tohá y con Alvaro Elizalde. También hablaba con Luis Maira, sobre todo en el periodo en que formó su gabinete. “Creo que es bueno que haya un diálogo generacional, que durante años no se hizo en Chile”, dijo en ChV. Patricio Fernández, en una actividad de escritores por Boric, realizada el 7 de diciembre de 2021 en medio de la campaña.