Autor: Gabriela Saldías, académica
Cuidado de los árboles en las ciudades
Producto de las recientes caídas de árboles en Santiago y regiones, y los daños generados en la infraestructura, personas, actividades y pérdida de los mismos árboles, surgen muchas preguntas y cuestionamientos del tipo ¿ cómo se está manejando el arbolado en las ciudades del país?. Se trata de un tema complejo, ya que es difícil compatibilizar el funcionamiento urbano con el crecimiento y buen desarrollo de los árboles.
Son múltiples los conflictos que se generan a causa de los cables, ductos subterráneos, suelos compactados, paso de vehículos, estrés hídrico, contaminación del aire, seguridad vial y vandalismo, lo que va asociado estrechamente a que el personal que maneja los árboles en muchos casos no tiene las competencias requeridas para hacerlo con profesionalismo.
Para lograr un buen diagnóstico de la situación, es fundamental comprender que los árboles son seres vivos que tienen un ciclo de vida con diversas etapas, desde el estado juvenil, de madurez, vejez o deterioro, hasta llegar a la muerte. Estas últimas etapas pueden ser mucho más intensas y anticipadas en condiciones estresantes, como las presentes en las ciudades, incluyendo las aberrantes podas. Por ello resulta indispensable contar con un catastro actualizado de los árboles existentes, su estado, identificando los que están en riesgo y deben ser reemplazados.
Se ha podido apreciar durante el transcurso del año que hay una serie de parámetros climáticos que han variado e intensificado; y uno de ellos, que ha sorprendido bastante, es el viento, alcanzando niveles mucho más allá de lo que se pudo anticipar, lo que provocó las múltiples caídas de árboles.
Se logró identificar que algunas especies claramente no son recomendables para la ciudad, como pinos y eucaliptos; otros que por su mala distribución del ramaje estaban desequilibrados; y aquellos que estaban débilmente arraigados por factores edáficos y de riego. Todos vulnerables a caer.
Es importante destacar el enorme aporte que realizan los árboles en la calidad de vida de las ciudades, al ayudar a regular el ciclo hídrico y la temperatura, mejorar el suelo, conservar la biodiversidad, acercar la naturaleza y embellecer las urbes, entre otros aspectos.
Resulta esencial destinar un mayor esfuerzo económico para formar equipos de profesionales en el manejo del arbolado urbano, capaces de crear un plan con directrices y acciones a realizar dentro de los próximos 5,10, 15 y más años, que permita conservar los árboles en buen estado.. OPINIÓN