Autor: Por Juan Toro. Fotografías: Paz Vásquez. Asistente de foto: Liset Montoya. Producción de moda: Esteban Aparicio, Asistente de moda: Sofía Ordenes. Maquillaje y pelo: Alexandra Cancino. Agradecimientos: Hotel Marriot y Versus Management.
EMILIA DAIBER "La televisión que Conociamos está obsoleta"
“¿ LA CONDUCTORA DE “EL DISCÍPULO DEL CHEF” EN CHV ASEGURA ES VIVIENDO SU SUENO PROFESIONAL Y RECONOCE QUE EL CONTEXTO ACTUAL CAMBIO DRÁSTICAMENTE EL TRABAJO EN TV.
“LOS FORMATOS SE TIENEN QUE TRANSFORMAR, SER CONTINGENTES Y QUIENES ESTÁN EN ELLA TIENEN Q ER UNA SENSIBILIDAD DISTINTA!. Emilia Daiber (30) sale del estudio del programa “El Discípulo del Chef” en las oficinas de Chilevisión (CHV) en el centro de Santiago. Es mediodía, está peinada, vestida y maquillada, con un abrigo sobre la ropa que está utilizando en la grabación del capítulo de esta semana. Mientras los participantes cocinan, tiene una hora libre. Las grabaciones siguen hasta la noche y el horario de la conductora del estelar de cocina está copado. —Soy una agradecida de que mi oficio sea mi hobby. Cuando suena el despertador todos los días pienso en que voy a hacer algo que me motiva, que me hace vibrar.
También agradezco que en el tiempo de pandemia tuve la oportunidad de trabajar, y en algo que me gusta —dice Daiber a través de una videollamada mientras enciende un cigarrillo, un hábito que asegura retomó tras una pausa de tres años y que planea dejar pronto. Para Emilia Daiber el día ya lleva varias horas. A las seis de la mañana la pasan a buscar a su casa en Vitacura para llevaria al canal. El camino toma cerca de 25 minutos y llega directo a peluquería y maquillaje, mientras repasa el libreto.
Las grabaciones pueden extenderse hasta después de las ocho de la noche, pero suele llegar antes de las nueve a su casa, donde la esperan su hijo de dos años, Baltazar, y su esposo, el ingeniero comercial Axel Reichhard. —llego y cruzo los dedos porque mi hijo esté despierto para poder verlo, regalonear y ver a mi pareja. La intensidad del horario no la ha dejado indiferente. — Cuando me canso intento tomar conciencia de que me gusta lo que hago. Hago el ejercicio de decir que tengo a mi marido que adoro y mi hijo, que están sanos. No quiero sonar evangelizadora, pero así lo siento. Intento estar en una tónica más de agradecimiento que de queja. El tiempo se puede aprovechar y tiene que ver más con la calidad que con la cantidad. No había pasado antes en más de 200 capítulos. Pero esa tarde de diciembre en 2015, Juan Carlos “Pollo” Valdivia se enfermó y dejó el set de su programa de entrevistas “Algo Personal" en el canal UCV. El invitado, el actor Julio Jung, llegaría pronto y no se podía cancelar. Quien lo cubrió entonces fue Emilia Daiber, de 25 años, que trabajaba desde hace unos meses como co-conductora. —Me fui media hora antes del programa, ella no estaba preparada. Así es la tele, te toca entrar a jugar sin preparación. Pero ella lo hizo increíble —recuerda Valdivia. Y asegura que ese día Dalber demostró que no necesitaba ayuda para estar en televisión. La llegada de Emilia Daiber a “Algo Personal” había ocurrido ese mismo año. Juan Carlos Valdivia la contactó tras verla como parte del equipo de prensa de "TODOS QUIENES TRABAJAMOS EN LA TV HACEMOS EL EJERCICIO DE SUBIRNOS A ESTE BARCO, A CAMBIAR LAS COSAS.
LOS FORMATOS SE TIENEN QUE TRANSFORMAR". canal 13 a finales de 2014, el primer trabajo que tomó tras terminar la carrera de Periodismo en la Universidad Adolfo — Cuando llegó le dije que no estaría más de un año conmigo, se lo aposté. Sabía que se la llevarían de algún canal porque ven estos programas (como “Algo Personal”) para descubrir talentos —asegura Valdivia, a quien Daiber apunta como su mentor. Pero Emilia Daiber rechazó la primera oferta de trabajo que recibió de parte de Valdivia para participar en su programa “Toc Show”, de corte menos serio: —Tenía recelo del mundo de la televisión. Yo pensaba que debía hacer periodismo, eso estudié y creía que eso debía hacer. Le dije al Pollo que quería partir haciendo ese tipo de cosas —recuerda Daiber. Me costó enfrentar que a mí lo que me gustaba era la entretención. —Suele ser catalogada como rostro televisivo, ¿le gusta esa descripción? —No. Me suena a televisión de los 90, que ya no es la de hoy. Con las redes sociales la información hoy es bidireccional. Esas personas que aparecían en la tele y se veían intocables ya no lo son. Además yo soy periodista, no me siento un rostro. — ¿ Es muy superficial? —Lo dice la palabra. Es tu cara. Le quita todo el trabajo que hay detrás, el recorrido.
Tras el comienzo en UCV, Emilia Daiber pasó a TVN en 2016 donde tras cinco meses de ser notera se convirtió en la conductora de su primer programa, “La Juguera”. En 2017 se cambió a CHV a participar del matinal del canal y más adelante conducir los programas de cocina “El Discípulo del chef" y “Oye al Chef". A finales de los 90, “Pase lo que Pase”, conducido por Felipe Camiroaga y Karen Doggenweiler, se transmitía en las tardes por TVN.
Con menos de diez años, ese fue el primer programa que marcó el futuro de Emilia Daiber: —Recuerdo textual haber pensado “Qué entretenido que tu trabajo sea esto”. Pero ¿ Cómo llega uno a eso? No lo imaginaba como algo realista, siempre pensé que era un sueño. —¿ Entonces hoy vive un sueño? —Me carga decirlo porque suena a un cliché. Pero sí. El sueño, más allá de las cámaras, es sentir que trabajar es un placer absoluto.
Para Emilia Daiber, hija del arquitecto y escultor Iván Daiber y la música Jacqueline Vuillemin, el llamado por las comunicaciones es algo que hoy le parece estuvo claro desde la infancia. —Yo era de hacer show, bailaba Britney Spears en los almuerzos familiares. Lo mío tenían que ser las comunicaciones —recuerda Daiber. Pero asegura que también disfrutaba de bajar al taller de su padre en la casa de Quinchamalí donde vivía con sus dos hermanas mayores, Francisca y Antonia. Pero el camino hacia las comunicaciones se perdió en algún momento de su educación en el Liceo Alianza Francesa. Antes de entrar a Periodismo estudió un año de Derecho en la Universidad Diego Portales. —A los 18 cuesta tomar una decisión clara sobre el futuro laboral. Desde mi ingenuidad, Derecho parecía Una carrera más seria —recuerda Dalber.
Hoy, vive en Vitacura, es vecina de su hermana mayor y sus tres sobrinos, y asegura que aprovecha toda oportunidad para escapar de la ciudad a la casa de sus abuelos en Panguipulli junto a sus padres. —Somos muy apegados, de almuerzos familiares y vernos al menos tres veces a la semana. Hablamos todos los días. —¿ Cómo enfrentaron las cuarentenas? —Fue duro, pero al mismo tiempo sentía que tenía un salvavidas afectivo que me sostenía. Aunque fuese solo llamar por teléfono, ayuda mucho. Además, sabía que mucha gente lo estaba pasando infinitamente peor. Cuando empiezas a hundirte, ampliar la vida un poco ayuda. El nacimiento de Baltazar, el hijo de Emilia Daiber, en febrero de 2019, la obligó a tomar una pausa de la televisión. Pero seis meses después, durante un almuerzo junto a su esposo, Axel Reichhard, una llamada telefónica la trajo de regreso para conducir “El Discípulo del Chef”. —Pegué un grito y salté de la silla. Me estaban ofreciendo un casting para un estelar de cocina. El mundo de la gastronomía es parte de mí —recuerda Daiber. Y agrega que desde la infancia, la cocina ha sido parte importante de su vida familiar. También ha tomado cursos para ir mejorando. Pero conducir un programa hoy en día, asegura Daiber, es un desafío por los cambios que ha sufrido el medio y el contexto social. —La televisión que conocíamos está obsoleta. Pero todos quienes trabajamos en ella hacemos el ejercicio de subirnos a este barco, a cambiar las cosas.
Los formatos se tienen que transformar, ser contingentes y quienes están en ella tienen que tener una sensibilidad distinta. —Entre la fuerza de las redes sociales y los problemas sociopolíticos, ¿se puede quedar atrás la TV? —Siempre está ese peligro. Pero hay grandes equipos y periodistas que hacen el ejercicio de ser la voz de todas esas personas que quieren decir algo. La gente siente que son su voz, que empatizan y creo que ese es el camino. Pero es lento, es una adaptación. — ¿ Saca lecciones de los antiguos rostros de la televisión o el nuevo contexto no lo permite? —Siempre se pueden sacar lecciones, pero a mi juicio. El contexto cambió radicalmente y hacer la vista gorda es imposible. Las redes sociales, destaca Emilia Daiber, han jugado un rol importante en recibir la opinión de la gente. Hoy en Instagram suma más de 80 mil seguidores y cinco mil en Twitter. —Me costó entender que Instagram es parte de mi trabajo. Pero en mi caso, lo es. Por otro lado, las redes sociales son un público distinto al de la televisión, no son necesariamente las mismas personas. Es un contenido diferente, pero aun así lo entiendo como trabajo. Las redes sociales para una figura de la televisión hoy van de la mano, hay que asumirlo. Axel Reichhard (33) va manejando, camino a dejar a su hijo Baltazar al jardín. Son las nueve y media de la mañana de un día martes, Emilia Daiber está hace más de tres horas trabajando en el canal. En estos días, Reichhard es quien se ocupa de su hijo. —EBl trabajo de Emilia tiene tiempos más libres y otros en que está a full. Yo trabajo independiente, así que me encargo de la casa, organizar y ver a Baltazar. Me he adaptado a lo que ella hace para que haga su pega tranquila —dice desde el otro lado del teléfono Axel Reichhard, mientras le habla a su hijo que comienza a llorar. Asegura que también reciben ayuda de una persona que trabaja en su casa para poder tomar sus reuniones de trabajo con fundaciones de turismo sostenible. Emilia Daiber y Axel Reichhard se conocieron en una fiesta en 2012. Eran compañeros de universidad. Ella lo vio en una fotografía de un amigo y pidió que los contactaran. —Me llamó mucho la atención que ella tomara la iniciativa. Eso es lo que yo buscaba, una mujer con esa apertura de mente, empoderada. Lo hemos pasado muy bien, los años han pasado tan rápido —asegura Reichhard. En febrero de 2018, la pareja se casó con una ceremonia en la casa de los abuelos de Emilia en Panguipulli. Y un año más tarde nació su hijo, Balta- — “LA CUARENTENA FUE UN TIEMPO DURO, PERO AL MISMO TIEMPO SENTÍA QUE TENIA UN SALVAVIDAS AFECTIVO QUE ME SOSTENÍA?. zar. En este tiempo, la carrera televisiva de Daiber, según su esposo, no ha sido un problema. —La familia y las relaciones personales son lo más importante para ella, siempre ha sido la misma. De hecho siempre hablamos las cosas y la asesoro. Somos un buen equipo —Asegura Reichhard. Durante la pandemia, Emilia Daiber pensó que la relación podía ponerse a prueba, pero no fue un problema, asegura: —Parte de las relaciones es el estímulo externo que se trae a la casa y compartes. Pero lo hicimos, con creces. Ahora tengo una sensación de amor y admiración profunda por mi pareja. Si pudimos con esto, podemos con todo. (... ) Me da pudor porque puede sonar a una negación. Pero en este momento, sí. Sentada en el patio de CHW, Emilia Daiber espera el llamado para volver a entrar a la grabación de su programa.
“Quedan 20 minutos”, según le avisa alguien que acaba de salir del estudio, y su cigarrillo todavía no se acaba. —La cocina tiene sus tiempos, así que los horarios siempre van variando un poco —dice entre risas a través de la pantalla.
Según el Anuario de Oferta y Consumo de Televisión 2020 del CNTV, el consumo televisivo el año pasado alcanzó cifras históricas con un promedio de seis horas y 22 minutos de consumo al día por persona.
Pero el mayor registro se da en personas mayores de 65 años, no tanto en los jóvenes. — ¿ Usted ve televisión abierta? —Hay que ver lo que está pasando con el contenido de mi canal y los otros para ir mejorando en el trabajo. Es importante ver qué está pasando. Siempre estoy leyendo en Twitter, pero las noticias se atacan desde otro foco ahí. Es un buen ejercicio para los periodistas estar viendo contenido nacional. —Si la TV es trabajo, ¿qué ve para entretenerse?—Programas de cocina en internet. Me vi todo lo que hay en Netflix. Soy una persona en ese sentido. — ¿ Dónde ves el futuro profesional? —Me dejo llevar con estas sorpresas que me entregó la vida. Mi meta es poder mantenerme y mejorar, aprender, probar formatos distintos.
Me gustaría volver a conectar con la gente, un programa recorriendo Chile y dando a conocer emprendimientos y la historia de nuestro país. —Muchas figuras aquí y en el extranjero han saltado a You Tube, Netflix o podcasts. —Creo que eventualmente haré eso. Estoy aprendiendo de a poco del mundo de las redes. Voy paso a paso. Pero parte importante del futuro está ahí. Es bueno no poner todos los huevos en la misma canasta. Eso dicen.
Resumen
Pero Emilia Daiber rechazó la primera oferta de trabajo que recibió de parte de Valdivia para participar en su programa “Toc Show”, de corte menos serio: —Tenía recelo del mundo de la televisión., Para Emilia Daiber, hija del arquitecto y escultor Iván Daiber y la música Jacqueline Vuillemin, el llamado por las comunicaciones es algo que hoy le parece estuvo claro desde la infancia., Durante la pandemia, Emilia Daiber pensó que la relación podía ponerse a prueba, pero no fue un problema, asegura: —Parte de las relaciones es el estímulo externo que se trae a la casa y compartes.
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