"En Ecuador viví persecución, ser gay era ilegal"
ROBERTO IZURIETA, EMBAJADOR DE ECUADOR EN CHILE P or un ascensor se ingresa directo al imponente departamento de Roberto Izurieta en el Cerro San Luis, Las Condes. El embajador de Ecuador en Chile espera a la entrada sonriente. A los pocos minutos hace la sesión de fotos. Tira bromas y posa entre risas en medio de su colección de obras de artistas de su país. En una pared destaca un enorme cuadro con platería que ha estado 80 años en su familia. Cerca, se ve el libro «20 poemas de amor y una canción desesperada»: "Esta es una edición especial de gran tamaño firmada por Neruda en 1972. Él no es solo parte de la historia de Chile sino de su paisaje", comenta.
Antes de radicarse en Santiago, Izurieta residió por más de quince años en Washington, donde se desempeñó como académico en la escuela de consultoría política de la Universidad George Washington (desde 2001 hasta 2022) Hoy hace clases online en ese plantel. "Esta es mi primera misión diplomática", dice. --¿ Cómo tomó esta designación? --Esta oportunidad me llenó de optimismo. Cuando aterricé en Chile en diciembre vi sus valles y la cordillera de Los Andes. Acá se imponen majestuosamente y me emocioné. Continúa: "El Ecuador tiene enormes oportunidades para este país por la fortaleza de su histórica relación. Porque somos una nación megadiversa con costa, sierra, oriente (selva) y Galápagos.
Con una autopista que nos une con el Océano Pacífico". "Mi nombramiento no ha sido solo porque soy amigo del presidente" Excomentarista político de CNN en español (entre 2001 y 2022), también ha participado en varias campañas electorales a lo largo de América Latina.
Fue asesor comunicacional de los expresidentes Jamil Mahuad (Ecuador), Alejandro Toledo (Perú), Álvaro Colón (Guatemala) y Vicente Fox (México). Además, es cercano al actual mandatario ecuatoriano Guillermo Lasso, con quien trabajó en sus dos campañas presidenciales. "Mi nombre siempre sonó para embajador. Soy un personaje mediático, conozco a casi todos los líderes políticos del Ecuador y muchísimos del continente. Al enviar alguien con una visibilidad internacional en la academia, era un mensaje de que Chile es importante para el Ecuador. Le agradezco a mi marido, porque dejó su trabajo en la ONU.
Ambos recibimos el pedido del presidente Lasso, lo queremos mucho a él y a su familia". Pero agrega: "Mi nombramiento no ha sido solo porque soy amigo del presidente, sino porque he tenido una trayectoria pública en el Ecuador y en la región que ha sido reconocida" --¿ Qué pasará con su cargo siendo que fue designado por el presidente Lasso y este año habrá nuevas elecciones presidenciales? --Yo estoy tranquilo en estas funciones, soy un poco existencialista, vivo el día a día. ¿Qué sucederá dentro de seis meses? lo vamos a ir viendo, pero mientras tanto seguimos, como dicen en el Ecuador, a full. --En mayo, el presidente Lasso decidió disolver la Asamblea (Congreso) convocando a elecciones anticipadas.
La llamada "muerte cruzada", lo que Roberto Izurieta, embajador de Ecuador en Chile: "En Ecuador viví persecución, ser gay era ilegal" A seis meses de su llegada a Santiago el representante aborda su juventud en Quito, su relación con Chile y la crisis política que vive su país. "Hemos pasado años de inestabilidad, pero a pesar de eso, los diez últimos meses han sido alentadores". F O T OGR AFIA : CL A UDIO COR TE S Por Carolina Méndez "En Ecuador viví persecución, ser gay era ilegal". nunca se había aplicado en Ecuador. ¿Ha conversado con el mandatario estos días? --Poco, porque quiero ser muy respetuoso. Él tiene la mayor información de los hechos y además yo soy embajador en Chile. El presidente Lasso desea que yo continúe siendo su embajador y no su asesor.
Nuestras comunicaciones en estos temas son solamente expresiones de solidaridad, de fuerzas de ánimo. --En el juicio político de censura que se le siguió a Lasso, el pleno de la Asamblea de mayoría opositora debía decidir si él continuaba en el cargo. Usted siempre consideró absurdas estas acusaciones. --Dieron paso a un juicio político que, en realidad, a las pocas semanas, frente a los sectores informados era casi un absurdo. Lo acusaron de haber firmado un contrato (de transporte de crudo) que él no firmó, lo hizo el gobierno anterior, ni siquiera el expresidente (Rafael) Correa. Fue el gerente de una compañía.
Entonces, ¿si en cualquier gobierno hay una agencia que comete algo incorrecto el presidente es el responsable? Y añade: "De la información que tengo, Lasso tenía los votos para no ser destituido, pero eso no resolvía el problema". --Si era tan absurda la acusación, ¿por qué Lasso disolvió la Asamblea y no aceptó el resultado del juicio que podía serle favorable? --La primera reacción del gobierno fue: "Rompamos el contrato", pero la contraloría de la nación estipuló que no se podía, porque la compañía podía demandar al Estado. Había que pedir los correctivos. Se implementaron y ese contrato, que perdía como sesenta millones de dólares al año, comenzó a ganar unos ciento cuarenta millones.
Para no exponernos, el presidente tomó una decisión arriesgada que nunca se había utilizado, la "muerte cruzada". Lasso prefirió plantear: "Señores, si esto no lo resuelve la Asamblea, que no lo solucione la calle tirándose piedras, que lo resuelvan las elecciones". --Igualmente en su país han tenido años de mucha inestabilidad. --Sí, eso lastimosamente, como pasa muchas veces históricamente, se resolvió con el gobierno autoritario de Correa que duró diez años. Eran los tiempos en que Ecuador tenía muchos recursos; los que no venían del resultado de sus políticas económicas, sino de los precios de las materias primas y del petróleo. Hemos pasado años de inestabilidad, resultado de la pandemia, la crisis económica y de años de gobierno autoritario. Han sido tiempos difíciles, pero a pesar de eso, los diez últimos meses han sido bastante alentadores. Esto nos da la esperanza de que tenemos un camino para salir de la crisis sin un endeudamiento irresponsable. "Chile va a encontrar su camino" El diplomático ofrece café y galletas.
Y luego toma el libro «Breve historia de Chile» del escritor y periodista Alfredo Sepúlveda, que tiene en una mesa lateral del living. "Los chilenos cómo pueden hacer este relato, que dicen es corto, pero tiene 600 páginas... ¡cómo será la obra completa! ", comenta entre risas. --¿ Cómo han sido sus días en Chile? --Conozco mucho este país. La primera vez que lo visité fue en 1972. Tenía nueve años. Mi padre tenía muchos amigos en el Gobierno de la Unidad Popular. Y también apoyaba a los exiliados que llegaban a Ecuador. Cuando vine por tercera vez eran los tiempos de Pinochet y fui ayudarle a un amigo que era voluntario en uno de los campamentos donde había ollas comunes. Además, como profesor universitario, siempre di charlas a empresarios y universidades chilenas. --Acá la gente anda asustada por la inseguridad. Hay portonazos. --¿ Eso significa, que entren a tu casa? Lo escuché aquí la primera vez y me quedé sorprendido. En Ecuador hemos sido sumamente golpeados por la inseguridad. Allá trágicamente se da más comúnmente el sicariato, el cobro de cuentas. Esto, mucho más en zonas cercanas a puertos y en la zona norte fronteriza con Colombia. Lamentablemente los índices indican que Ecuador está más peligroso. Lo que más preocupa ahora es el tráfico automovilístico, ya que se ha vuelto también muy agresivo en todas partes. Lo que le pide el gobierno de Lasso a la región, es que este tema sea el primer punto de la agenda.
Porque hay un crimen organizado que sobrepasa las fronteras. --Como analista político, ¿cuál es su mirada a los cambios que ha enfrentado nuestro país después del estallido social? --Estoy convencido de que Chile va a encontrar su camino. Su historia ha sido difícil, pero es una historia que lo ha hecho un gran país. Hoy están viviendo un proceso rico. Que después de una experiencia constitucional, que no fue la esperada por la ciudadanía, haya habido una suerte de reflexión y de meas culpas, es valioso. Como también que vuelvan a tener otro proceso y que lleguen a un acuerdo mínimo de doce puntos. Eso es bello, trascendente. --También, hemos pasamos por un estado de desequilibrio social y político. --Pero no todas las historias son lineales.
Si tú quieres verlo como un creyente, yo le tengo una fe enorme a Chile y a sus procesos. "Nunca me interesó ser político" El último de ocho hermanos, Izurieta cuenta que fue educado en "manada". "Nunca fui mimado. Si me perdía, seguramente se daban cuenta después de dos semanas". Después comenta quién es el hombre rubio que aparece en una fotografía del living. "Él es Paul, mi marido oriundo de Oklahoma. Llevamos 22 años juntos.
Le agradezco el compromiso de haberse venido conmigo a Chile, pues dejó su trabajo en comunicaciones de salud pública en la ONU". Y prosigue con entusiasmo: "Imagínate que nos hemos casado unas cuatro veces" --¿ Cómo es eso de casarse varias veces? -(Ríe). Claro, cada vez que había una oportunidad hacíamos fiesta. Nos casamos en el Ecuador en 2010, pero como no lo quisieron validar el matrimonio en el Registro Civil nos volvimos a casar en Quito el año pasado. También nos casamos en Washington en 2010. Esa fue la primera vez que estuvimos formalmente casados. Con eso el proceso fue automático.
Esto quiere decir que en todos los estados, como Virginia, donde vivíamos y no se reconocía nuestro matrimonio, debían aceptarlo. --¿ Nunca quiso ser político? --A mí siempre me interesó la política desde analizar las campañas electorales antes que fueran sujeto de estudio. No milito en ningún partido y para serte franco no me identifico con la izquierda ni con la derecha. Sí, creo que es fundamental que la sociedad luche para que exista menos pobreza. Esas oportunidades se dan mucho más cuando existen empleos; el mayor generador de ocupaciones es el sector privado. "Nunca me interesó ser político. Primero, porque yo he sido gay out, salido del closet desde los 19 años. Entonces durante muchos años tenía muy claro que yo no estaba en el menú". --Además, debe haber sido complicado para usted siendo que la homosexualidad recién se despenalizó en Ecuador en 1997. --Sí, claro. En Ecuador viví momentos de persecución, ser gay era ilegal. Era penado con seis meses de cárcel. Recuerdo que cuando joven íbamos a bares y llegaba repentinamente la policía. Ponían un camión y escogían a quienes percibían que podían sacarle más plata. También había corrupción. Si te veían más o menos vestido o con ciertas características decían: "A este le podemos sacar 100 dólares". --Pasó susto. --Siempre estuve al filo. Creo que el término gay tiene algo de válido en que somos alegres. En el fondo, me divertí con esas anécdotas. Aunque no quiero decir que estos procedimientos no significaron injusticia. Pero seguí viviendo y seguí siendo yo mismo.
Como soy bajito, siempre estaba atento a mi entorno y si sentía la más mínima señal de algo raro, sabía dónde estaba la puerta de escape. ¿Cuántas veces debí salir por la ventana del baño cuando llegaba la policía por la puerta principal? Por lo menos unas cinco veces. --¿ Y cómo tomó su familia conservadora su homosexualidad? --Se dio de manera natural. Mi madre católica, miembro de Acción Católica, siempre creyó que nadie podía juzgar a nadie.
Cuando yo tenía 20 años y llegó el primer chico a la casa con el que salí mi mamá me dijo: "Conocí a tu amigo Fausto y si yo tuviera tu edad me casaría con él". Con eso lo dijo todo. Lo que más preocupa ahora es el tráfico automovilístico. Lo que le pide el gobierno de Lasso a la región, es que este tema sea el primer punto de la agenda.
Porque hay un crimen organizado que sobrepasa las fronteras". ¿Cuántas veces debí salir por la ventana del baño cuando llegaba la policía por la puerta principal? Por lo menos unas cinco veces". "En Ecuador viví persecución, ser gay era ilegal".