Autor: OSVALDO ARTAZA Decano Facultad de Salud y Ciencias Sociales Universidad de las Américas
Anatomía de una verguenza
Señor Director: Quedan cortos los adjetivos para describir lo que las personas sintieron al recibir la comunicación sobre la restitución asociada a la Ley Corta. Pocos hechos han generado tal nivel de unanimidad en la sociedad chilena.
Legisladores y Ejecutivo saben que hubo un fuerte lobby de la industria, un legítimo temor a un descalabro que afectaría a muchas personas y que no hubo capacidad, dado el correlato de fuerzas, para consensuar una mejor fórmula. Lo que no se previó, es que muchas isapres tuvieran tamaña despreocupación por los efectos en su ya dañada legitimidad social. Echarse la culpa unos a otros en nada contribuye, tampoco a hacer creer que se pueda con éxito volver a legislar sobre ello.
A estas alturas solo cabe esperar que la presión ciudadana consiga imponer el sentido común y que todas las isapres se allanen a acortar plazos y a establecer mecanismos aprobados en la ley como pago adelantado y el bono deuda.
Asimismo, Fonasa tendrá la responsabilidad de implementar la cobertura complementaria, ya que cuando el afiliado al que le han subido ya el valor de su plan vea cada mes su vergonzosa devolución, volverá a mirar hacia la protección del Fondo Nacional de Salud.