PABLO VIDOR: Referente de modernidad en la escena nacional
PABLO VIDOR: Referente de modernidad en la escena nacional Zapallar, 1945. Se fascinó con ese entorno de gran belleza y con sus diversas capas de lectura, y lo pinta desde fines de 1920 hasta su fin, en los años 90. RODIVOLBAP RODIVOLBAP SANTIAGO DE CHILE, DOMINGO 27 DE ABRIL DE 2025 ASOMBROSOS HALLAZGOS Exposiciones y libro sobre el artista húngaro PABLO VIDOR: Llegó a Chile en 1924. Tenía poco más de 30 años cuando desembarcó huyendo de la caída del Imperio austro-húngaro tras la Primera Guerra Mundial y ante la incipiente amenaza del nazismo. El artista de origen judío Pablo Vidor (1892-1991) había participado en el campo de batalla y fue herido gravemente en una pierna por una explosión de granadas. En 1917 lo condecoraron con la Cruz de Guerra. Partió a Francia, Italia y vivió un par de años en Berlín. Tomó contacto con diversas estéticas, pero lo suyo era lo que había aprendido y desarrollado en su Budapest natal. Una ciudad que ante el caos político y los nuevos aires amenazantes decide dejar. El hecho de que su hermano pianista y compositor, Emerich Vidor, se encontrara en Chile lo impulsó a establecerse aquí. Fue muy bien recibido por los artistas de la vanguardia como Luis Vargas Rosas y Enriqueta Petit.
“Su mirada moderna y pensamiento transversal lo llevaron a asumir en solo seis años la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes”, subraya el cocurador de la muestra en el Cultural de Las Condes, Pedro Maino. En su arte hacía retratos para familias, mientras en la revista Montparnasse donde estaba Neruda y sus amigos era reconocido por los incipientes movimientos de vanguardia. Y entre los que retrataba estaban el crítico Antonio Romera, Roque Esteban Scarpa, Eduardo Barrios o Maruja Vargas de Mori. En tanto, sus naturalezas muertas realizadas en Europa evocaban fuertemente a Cézanne como aquella de 1921, que ocupa la portada del catálogo. Pablo Vidor se transformó en un referente de modernidad y diversidad. Punto de encuentro de intelectuales y artistas Su casa y taller en Santiago funcionaban casi como una sede de intelectuales y artistas.
“Su presencia en la escena local fue clave en el pro ceso de renovación del arte chileno, especial mente en los años 30 y 40”, señala a Artes y Le tras la autora del nuevo libro “Artistas húnga ros en Chile”, Carla Badani. Vidor había llegado con una pintura moder na, pero más sombría, marcada por los aconteci mientos dramáticos en Europa. Pero aquí su pa leta se vuelve más luminosa, en particular en sus paisajes. Esa evolución plástica se despliega en el Centro Cultural Las Condes.
“Lo valioso es que hicimos junto a la cocuraduría y produc ción de Fernando Moya una selección extensa de obras por todo Chile, y se pudieron traer pie zas desde museos y colecciones privadas de ciu dades como Valparaíso, Concepción, Linares, Valdivia, además del Museo de Bellas Artes”, subraya Maino. Buscaron representar más de 70 años de desa rrollo con pinturas que van desde las que produjo en Hungría hasta recrea ciones de Zapallar, que pintó hasta 1990. Y están todas sus facetas: retrato, paisaje y naturalezas muertas.
“Su trayectoria es, además, una ven tana privilegiada para reflexionar sobre el impacto cultural de la migración cen troeuropea en el Chile del siglo XX”, precisa la académica de la Universidad de Chile y autora del libro, publicado por Pintura chilena, que se presenta el jueves en medio de la exposición en Las Condes. La Embajada de Hungría en Chile fue clave en todo ello y en particular su emROD bajadora Edith Bucsi-Szabó. AuspiciaIVO ron gran parte de la muestra y el libro en LBA el marco de los 100 años de relaciones P diplomáticas entre Chile y Hungría.
Un apoyo que incluye también a esa pequeña colonia de artistas húngaros que llegaron al país, entre ellos el genial pintor Ladislao Cheney (cuya famosa pintura de una niñita es la portada del libro); Ernesto Wünsch, autor de la escultura del Cristo que está en la fachada de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica; Rudolf Pintye eslabón en su relación con el pueblo mapuche; Josef Menich, el pintor cantante, y el profesor y artista Lajos Jánosa.
Judío ¡ prologado por un nazi! Y entre los hallazgos más sustanciosos sobre los orígenes de Vidor, la investigadora y doctora en ciencia cuenta: “El registro oficial del cambio de apellido familiar de Weiner a Vidor realizado por su padre en 1905, en un contexto posiblemente marcado por el antisemitismo. Ese dato añade capas significativas a su biografía: Sugiere una estrategia de integración en un contexto europeo hostil hacia las comunidades judías. Sitúa a Vidor dentro de un mundo intelectual y religioso profundamente influenciado por la tradición judía centroeuropea.
Ese trasfondo ayuda a entender su interés también por temas espirituales y su conocimiento del arte El pintor que integró la diáspora húngara en la primera mitad del siglo XX tuvo un rol clave en el proceso de renovación del arte. Y fue elegido, al poco tiempo de llegar a Chile, director del Museo de Bellas Artes. Una gran exposición en el Cultural de Las Condes y un libro sobre artistas húngaros de su época dibujan un certero panorama de su arte y entregan reveladores hallazgos de su biografía. Mientras, una muestra en Zapallar habla de ese paisaje que lo sedujo durante 70 años. RODIVOLBAP. EC t e. r A. n l. a R.. c L d u.
A. a i. n. m B c. bio de apellido sitúa a Vidor mundo influenciado por la ión judía”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . ADANI “En el balcón”, 1944.
Estaba muy relacionado con las vanguardias. quietud, a que el espectador se interne en su evolución desde esa paleta sombría hasta una más luminosa; desde sus primeros cuadros que hizo en Budapest hasta las últimas obras sobre Zapallar: con la playa rotunda, casi desierta, las vistas del campo, espacios de jardines y del mar. También está la ciudad de Valdivia donde estuvo, nocturnos y otros paisajes que atrapa. Pero es en sus retratos donde puede reconstruirse gran parte de su biografía en Chile, sostiene Maino. “Están desde su novia, pasando por su mujer y amigos. Permiten hacer una cartografía de sus relaciones.
Da cuenta de ese conjunto de artistas y personajes con los que se rodeó”. Al curador le interesa particularmente el retrato de Romera por su actitud, pose, esas manos... ”. Badani subraya “la lucidez de los escritos de Romera en la revista Atenea, donde analiza los retratos, paisajes y exposiciones”. Vidor tuvo tres mujeres, pero un solo hijo. “Fue muy valioso poder contar con la obras que conserva su nieto, reconoce Maino.
Se expone, por ejemplo, un autorretrato casi inédito y de especial interés, pues permite apreciar esa autopercepción de sus inicios”. Pero también hay ausencias: los investigadores Maino y Wenceslao Díaz tienen un pendiente y hacen aquí un llamado de ayuda patrimonial: “No hemos podido dar con los retratos de Ximena Morla de Subercaseaux y el de Isidora Tupper de Huneeus.
Ambos fueron reproducidos en un artículo en 1929”. Mientras tanto, con la curaduría de María Isabel Ringeling, se inauguró en el Teatro de Zapallar una exposición con cerca de 35 pinturas de Vidor relacionadas con ese paisaje a través del tiempo, desde la década de 1920 hasta los años 90, organizada por Fundación Lustro y CEPA de la Universidad Adolfo Ibáñez. La curadora advierte el interés en “un biombo de gran formato muy sintético que reviste una gran modernidad. Y otras obras como la que pintó a los 98 años... ”. Los homenajes a Vidor parecen seguir, junto a sus compatriotas. La segunda parada sería ¡ llevar a Hungría esas obras! o al menos una parte de ellas.
Y exhibirlas en la histórica ciudad imperial de Budapest, una de las más lindas de Europa, rodeada de castillos y ejemplos extraordinarios de arquitectura, pero también con ese duro pasado nazi (conservan un escalofriante gueto, cerrado al público), y con esos años más recientes de la represión del comunismo soviético.
Hechos que hablan de un país de Europa Central, casi borrado, en sus momentos críticos del siglo XX y que tan bien refleja Milan Kundera en su ensayo “Un Occidente secuestrado”. Un pasado que marca a muchos húngaros hoy con una democracia liberal en esa fineza y personalidades más silentes como fue, a su manera, Pablo Vidor, quien vivió los inicios del “secuestro” de Europa Central y que plasmó en su pintura sombría. RODIVOLBAP artista. Aquí su retrato. La exposición con un cuidadoso montaje transita por los géneros y tiempos del artista y del personaje. Y de los otros creadores húngaros se exhiben algunas obras emblemáticas. “Todos integran la diáspora húngara provocada por la desintegración del Imperio austrohúngaro, luego de la Primera Guerra Mundial, y por los contextos adversos de la Segunda Guerra Mundial, afirma la escritora. Desde Romera a las Morla.
Zapallar El camino del cocurador y editor Pedro Maino (articulador de todo el proyecto) tras los pasos de Pablo Vidor se inició con el encuentro de un retrato que el pintor hizo al escritor Eduardo Barrios, “cuando este era director de la Biblioteca Nacional. Luego, durante la investigación, llegó al artista como director del museo: había realizado la compra de esculturas africanas de Vicente Huidobro. Demostró tener una visión muy moderna de las colecciones de un museo.
Y empezó a celebrar exposiciones de colecciones privadas”. Maino comparte en que sobreChile”, de Carla Badani, se presenta el jueves en Las Condes. salen el logro y atmósferas de sus paisajes, en especial los de Zapallar, uno de los puntos altos en lo pictórico. La muestra invita, con música y. SP d t. r E. u i. D a r.
R. n e. m O. c s.. M c v. irada moderna y pensamiento ersal lo llevaron a asumir la ión del museo”... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . AINO calle Hernando de Aguirre, en Providencia. antiguo, como queda reflejado en su texto “Doce capítulos del Génesis”, publicado por la Editorial Universitaria en 1949”. Otro hallazgo muy llamativo pero perturbador fue la inclusión de Carlos Keller como prologuista de la serie de Vidor de 16 litografías sobre Santiago de Chile, publicadas por Deutsch-Chilenischer Bund. “Esto podría parecer contradictorio dada la trayectoria política de Keller como ideólogo del Movimiento Nacional-Socialista en Chile.
Sin embargo, hacia la década de 1940, Keller se había distanciado de la política activa, centrando su quehacer en la docencia y en la producción intelectual dentro de un ambiente cultural heterogéneo y complejo”, indica Carla Badani Schoneweg. En su arte, Vidor mantuvo una evolución clara en su lenguaje pictórico. “Resalta su fidelidad a lo esencial, su capacidad de síntesis y una influencia directa de Cézanne, aunque reinterpretada con una mirada propia.
Y a mi parecer dice Badani, creo que no solo era un artista visual, sino un verdadero pensador del arte, algo que se refleja tanto en su obra como en su escritura”. Referente de modernidad en la escena nacional. Vista desde la ventana de su taller El libro “Artistas húngaros en Pablo Vidor (1892-1991). No solo fue pintor: reunía en su casa a la intelectualidad Como Cézanne. Esta naturaleza muerta de 1921, que trajo a Chile, remec El crítico de arte Antonio Romera