Legado cultural
Legado cultural 6 H ace algunos meses se anunció el cierre definitivo de la histórica planta de la Fábrica Nacional de Loza, Fanaloza, ubicada en Penco, Región del Biobío; localidad que por décadas se identificó con sus productos de cerámica utilitarios y decorativos, cuyo término no solo acarreará el consabido perjuicio económico y social para el lugar y sus habitantes, sino que también una eventual e irreparable pérdida patrimonial para la ciudad, región y país.
Por un lado, con su clausura, los bienes inmuebles asociados a la empresa como bodegas y espacios construidos para los operarios que llegaron a ser más de tres mil en los años 90 corren el riesgo de desaparecer si no son resguardados; por otro, está el inminente peligro de que la tradición y oficio alfarero de un territorio rico en yacimientos de arcilla y caolín arcilla blanca se extingan. Es lo que teme Boris Márquez, historiador nacido en la zona y amplio conocedor del tema. "Penco está a punto de que el oficio con el que ha sido reconocido por décadas se pierda.
Sin la industria, no hay forma de traspasarlo; urge buscar el modo de hacerlo a las nuevas generaciones", dice, relevando el valor histórico, social, artístico, urbano, patrimonial de la fábrica cuyos orígenes se remontan a los pueblos originarios y siguió con la llegada de los españoles para posteriormente asentarse y dar vida a diversos talleres y negocios que comenzaron a producir y comercializar sus piezas dentro y fuera de Chile.
Pero no fue hasta las primeras décadas del siglo XX cuando un grupo de empresarios y técnicos formó la Industria Nacional de Loza Penco luego llamada Fábrica Nacional de Loza de Penco, Fanaloza, que transformó Legado cultural Forman parte de la identidad e imaginario de un zona que por décadas se reconoció en ellos. Son los objetos de cerámica decorativos y utilitarios producidos por la histórica planta de Penco, Región del Biobío, de la Fábrica Nacional de Loza, Fanaloza, que el año pasado cerró definitivamente sus operaciones. Una herencia que habla del Chile de la época, de patrimonio y de un oficio que urge preservar. Texto, Claudia Pérez Fuentes. Fotografías, José Luis Rissetti. Rosa pálido, Verde menta, Diaguita y Sol son algunas de las colecciones compuestas por piezas de líneas más económicas y otras más lujosas que forman parte del patrimonio cultural de Chile. Pintados a mano y sometidos a un estricto control de calidad, los diseños solían inspirarse y seguir tendencias europeas. PATRIMONIO.
Legado cultural El simbólico plato Willow inspirado en un patrón de loza inglés que a su vez evocaba la porcelana china de la dinastía Ming, fue diseñado por el escultor Roberto Benavente, quien fue presidente del departamento de decoración de la empresa.
“Están en nuestro imaginario”, imaginario”, dice Saúl Pérez (@lamesadesaul), (@lamesadesaul), coleccionista de las piezas fotografiadas. no sólo la vida de sus habitantes, sino también la fisonomía del asentamiento que comenzó a desarrollarse económica, urbana y socialmente en torno a la planta, “Somos de Penco, del Biobío, somos loceros”, cuenta Márquez a propósito del sentimiento local en torno a la industria que incluso llegó a tener un equipo de fútbol profesional. Además, agrega, “permitió que la mesa de todos los chilenos se elevara con productos bellos y de calidad.
Para un país que no era tan rico, facilitó el acceso a artículos de gran valor estético”. Esto ya que, en los años 60, y como una manera de competir de mejor manera en un mercado cuya demanda nacional e internacional internacional aumentaba y se hacía más exigente, los dueños de Fanaloza decidieron reforzar y mejorar el aspecto estético de las piezas utilitarias utilitarias y decorativas, para lo cual se desarrolló un área dedicada especialmente a este ámbito, ámbito, formada por artistas que dieron vida a colecciones colecciones como la reconocida vajilla Willow. Saúl Pérez, admirador y coleccionista de estos estos objetos, señala: “Se trata de una loza que tiene memoria, sentido de identidad y del valor valor de lo hecho en Chile.
Tiene alma, por eso es de gran relevancia que tenga continuidad, que no se pierda el oficio ni su historia”. VD 1 Esta loza ha estado en la mayoría de las mesas chilenas, con recetas como esta de Anabella Grunfeld (cocinartechile. cl).. .