Paisaje urbano
8A las puertas de una nueva elección presidencial y legislativa, urge que ciudadanía y candidaturas pongan el paisaje urbano en el centro del debate.
No se trata de embellecer nuestras ciudades, sino de transformarlas desde sus cimientos: con más justicia, más comunidad y mayor resiliencia frente al cambio climático, El paisaje urbano -lo que vemos, transitamos y habitamos-revela cómo se reparte la dignidad en la ciudad y condiciona nuestra capacidad de adaptación climática. Donde hay inversión pública, planificación equitativa y participación ciudadana, florecen barrios seguros, cohesionados y resilientes. La infraestructura verde -parques, corredores biológicos y soluciones basadas en la naturalezamitiga olas de calor, retiene aguas lluvias y mejora lasalud colectiva. Pero donde el Estado se ausenta, O cede el territorio a las presiones inmobiliariassin planificación, emergen barrios fragmentados, estigmatizados y vulnerables. El deterioro del paisaje urbano noes casual: es consecuencia directa de políticas ausentes y autoridadescomplacientes con intereses privados. La corrupción también se expresa en la degradación de nuestras calles y en la desigualdad del entomo que habitamos. Poreso, estas elecciones deben ser una oportunidad para exigir compromisosreales: planificación urbana con enfoque territorial frente al cambio climático, recuperación del espacio públieo y acceso equitativo a infraestructura verde. La democracia también se vive en calles seguras, plazas dignas y entornos habitables. La ciudad no puedeseguir siendo un privilegio; el paisaje urbano debe convertirse en un derecho para las grandes mayorías. Miguel García Corrales