Autor: JUAN IGNACIO SOZA Gerente general de Reconsa
“Decir la verdad”
Señor Director: Lamento tener que volver a usar esta tribuna para responder al señor Jorge Yarur, quien reitera (carta de ayer) sus acusaciones falsas.
Es curioso que parta su carta criticando a "la élite que tiene el poder de hacer lo que quiere”, cuando él es parte de la familia propietaria de uno de los mayores bancos del país y heredó una residencia edificada encima del campo dunar de Reñaca. Señala que los colectores involucrados en los socavones "fueron parte directa o indirecta de urbanizaciones de Reconsa" y acusa que el MOP está "regalando dineros públicos a Reconsa". Esto se contradice con la realidad. Reconsa contribuyó al financiamiento de los colectores de sus urbanizaciones, como exige la ley, los que fueron aprobados y recibidos por el MOP, pasando a ser bienes nacionales de uso público. Es, por tanto, el MOP el que debe encargarse de su mantención.
Como concluyó la propia comisión investigadora de la Cámara de Diputados, la única responsabilidad del primer socavón es del MOP, por falta de mantención. señala que el campo dunar "se redujo a solo 30 hectáreas” producto del lobby. Eso también es falso. Las 30 hectáreas fueron resultado de tres líneas de base coincidentes: del ministerio de Medioambiente, del Municipio de Concón y de Reconsa. Finalmente afirma que Reconsa "quiere construir más de 20 nuevas torres arriba de las dunas”. Esta es otra mentira. Nuestra empresa no tiene ningún proyecto ni permiso de edificación vigente en esa zona, ni podría tenerlo, ya que el Plan Regulador no lo permite.
El Estudio de Impacto Ambiental que realizamos corresponde a una escalera peatonal de 214 peldaños y una calle mirador de menos de 200 metros, todo lo cual ya está terminado en un 90%. Respecto del Estudio de Impacto Ambiental (ETA), que fue aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental y rechazado por los seremis, hemos presentado una denuncia para que se investigue penalmente esta situación, ya que todos los informes técnicos previos de las seremías eran también favorables. Basta de mentiras.