Editorial: Mal ejemplo de las autoridades
0EditorialChile vive hace años _ desencuentros y un nivel de violencia verbal que son el 5 síntoma de nada bueno. Pocos ceden y demasiados imponen y 'octk1 diputado Johannes Káiser llamando “diputado Schneider” a la diputada Emilia Schneider y esta última respondiendo “diputada Káiser” al primero. La escena parece una comedia -pésima, por cierto-, pero ocurrió en el Congreso. Ambos fueron sancionados.
Poco antes, el Presidente Gabriel Boric se entrometió innecesariamente en el caso Audios tras la prisión preventiva del penalista Luis Hermosilla, contaminando un momento difícil, careciendo de toda lainformación y sobre todo del proceso inicial y nosancionado que registra el caso. Esto es muy lamentable, pero Boric permanentemente rompe -en función de sus audiencias el silencio que debe guardar la Jefatura de Estado. Con horas de diferencia, el exministro Jaime Mañalich planteó que los embarazos de la ministra Camila ao. Vallejo y la diputada Kar¡ a Cariola, sería concertada y usada políticamente. Una historia bizarra por la que poco después pidió disculpas. Meses antes, el gobernadorRicardo Díaz peló una cebolla para referirse al caso Convenios, cuando el gobierno prevocileran. sentaba el Royalty Minero, una de los escasos lo-gros que podrá mostrar en cuatro años. Las formas, mensajes, pudor y sentido común, extraviados en todos los casos.
El enojo en las autoridadesno todos, por supuestoes evidente y parece permeado por la irracionalidad de la conveniencia parti cular, del deseo, la irritación y hasta la violencia, propia de los tiempos agitados que se viven. ¿Qué diferencia hay entre lo anterior y aquel que estaciona su automóvil en la vereda, aquel que insulta cuando se enfrenta con un tercero que le incomoda o al que se salta las reglas para beneficio propio.
Vivimos tiempos en que -sobre todo las autoridadessolo parecen investidas del cargo, pero no siempre son un ejemplo con la práctica y su comportamiento.. Decir o hacer, sin mayor meditación, lo que se piensa, es algo que debiera estar impedido para quienes ejercen cargos de poder. Se exige un comportamiento ad-hoc. Editorial