Ana Estrada trabaja la tierra en armonía con su preservación
Ana Estrada trabaja la tierra en armonía con su preservación AGRICULTORA DE YUMBEL63años tiene la agricultora de Yumbel. En el sector de Huinanco, comuna de Yumbel, entre lomas teñidas de verde y caminos de tierra, vive Ana Estrada (63), quien, junto a su familia, trabaja día a día en la tierra.
Desde pequeña se ha dedicado a la agricultura y, hace tres años, que su labor se convirtió en un emprendimiento familiar, tanto para el propio consumo de su hogar como también para comercializar en la zona.
Cuenta con orgullo que, gracias a esa ardua tarea que realiza con quienes le ayudan, ha logrado sacar cerca de 300 lechugas en un día que provienen de su huerta, tres centenas de un producto orgánico, que es la base de las ensaladas en nuestro país.
“Tengo lechuga, la cebolla, espinaca, acelga, cebollín, pepinos, morrones, ajo, porro, todo lo que esel cilantro, el apio, tipo de verduras”, detalla Ana, al comienzo de su relato, para graficar la variedad de hortalizas que tiene en su terreno.
La tierra donde trabaja muestra dedicación en su trabajo y es que, dentro de los múltiples invernaderos que tiene, el verde es el color predominante entre las verduras que están listas para ser disfrutadas en cualquier casa.
Su aroma, color y aspecto son garantías de que es un producto totalmente de origen natural. -¿Cómo es su rutina de trabajo para obtener este tipo de verduras y frutas en su huerta? “Es complicado y requiere de mucho trabajo. A las siete de la mañana ya estamos tomando desayuno, y de inmediato salimos a trabajar la tierra.
Después, al mediodía me voy a hacer algo de al-ANA ESTRADA es una mujer agricultora que, con su ejemplo, visibiliza el cultivo amigable con el medioambiente. muerzo, almorzamos, descansamos un poquito y en la tarde salimos acá otra vez, para poder tener lo que se ve, pues, si no lo hi-ciéramos, no habría nada”. Su gran huerta se encuentra en plena colina. Aquello ha requerido un esfuerzo adicional para preparar de buena forma el terreno y también la ha llevado a nuevos métodos de cultivo, como lo es la elaboración de “terrazas” para sembrar.
Un punto que enfatiza Ana es que, si bien ha comenzado a producir hortalizas en mayores cantidades, para comercializar, hace tres años, su vida siempre ha estado ligada a la agricultura, desdeque salía cultivar junto con su madre cuando ella era una niña. “Cultivamos el cebollín, que uno le decía simplemente cebolla en ese tiempo. También teníamos tomates, todo lo que era más el ají, pero la arveja, el trigo, toda la lenteja, todas esas cosas, pero sembrando de forma simple. Después, con el pasar de los años, nos dedicamos solamente en los invernaderos. Pero toda la vida hemos estado en el campo, produciendo, trabajando la tierra”, cuenta, respectocho esto de cultivar”. La comercialización es otro aspecto clave del trabajo que lleva a cabo Ana con su familia. Su alta producción de verduras y frutas se vende en distintos puntos de la Región, principalmente en comunas colindantes con Yumbel. Es así como sus productos se venden en Cabrero, Hualqui, Concepción, entre otros lugares, y además ha desarrollado un sistema de envíos a otras comunas con la ayuda de su hijo. Además, puntualmente en Cabrero cuenta con un lugar establecido donde vende sus hortalizas. No obstante, la agricultora aclara que la actividad a la que se dedica no está exenta de problemas. El acceso al agua, recurso sumamente importante para que la tierra pueda producir hortalizas, es una de las complicaciones que enfrentan en Yumbel.
“Con el tema del agua a nosotros nos cuesta un poco más, porque en el terreno de nosotros hay agua, pero no en abundancia, por lo cual hemos tenido que explorar distintos mecanismos”, contó Ana, agregando que “hemos tenido que emplear el riego a goteo, lo que también ha significado una inversión grande. FRUTILLAS también son parte de los productos que cultiva Anencuentra su terreno. De la misma forma, una de las preocupaciones que tiene la yumbelina es que la agricultura, como actividad, pueda desaparecer. Esto lo ha visto en que muy pocos vecinos se dedican a los cultivos y también con el aumento de “segundas viviendas” en el sector.
Al respecto, la agricultora angelina dijo que “acá en Huinanco son pocas las personas o vecinos que se dedican a esto, ya, prácticamente, están buscándole otro destino a su tierra que no sea que no sea la agricultura. Falta esa costumbre que hace que nos dediquemos más a esto. Se ha ido perdiendo mu-VISTA AÉREA del terreno de la agricultora de Yumbel. de la herencia que le entregó su madre sobre cultivar la tierra y vivir de ella. “Desde chiquitita nosotros anduvimos con ella, a la siga de ella, y aprendimos a hacer todo”, añadió con un timbre de voz entrecortado. En base a esos mismos recuerdos es que para Ana es fundamental cuidar la tierra y el medioambiente. En esa línea, la agricultora, en su huerta, hace uso de fertilizantes orgánicos para no contaminar sus cultivos. “Empezamos trabajando con la tierra de hoja, con los abonos. Ahora ya usamos fertilizantes, con guano y todas esas cosas. Le damos dedicación y cuidado a la tierra, ya está en nuestra rutina. No queremos contaminar”, puntualizó. -¿Qué es lo que más se necesita para dedicarse a la agricultura con enfoque sustentable? “Mucho tiempo. Mucho tiempo, como digo, porque hay que dedicarse todos los días. Una tiene que estar dedicada a la tierra, las plantas, sobre todo ahora mismo con el tiempo del verano, por el calor, hay que estar más atenta a los riegos, todas esas cosas”, señaló. Además, la agricultora complementó que “eso es lo que más tratamos de evitar, porque sin los productos químicos va como más limpiecita la verdura, sin esos fertilizantes. Así que nosotros, como digo, tratamos de hacer lo más sano que se pueda vender, para que vaya más natural la verdura y a la mesa de cada cliente. Que todo esté libre de químicos”. En un principio, ¿aquello costó? “De primera costó bastante, pero ya después que uno ya le llevó el ritmo, ya se hace un poco más fácil. Y aquello se ve también en la producción que se va obteniendo, construyendo también los espacios necesarios como los invernaderos.
Yo empecé con uno pequeñito y ahora ya están los invernaderos inmensos”. Ana reconoce que, para trabajar en los cultivos, además de trabajo y dedicación, también se requiere una inversión en temas de infraestructura para huertas. Aquello también se ve reflejado en su hogar con los cinco invernaderos que tiene y con las terrazas que ha construido para poder sembrar y cosechar en la colina en la que se. Con técnicas aprendidas desde pequeña, yumbelina suma varias décadas de ardua labor en el cultivo de hortalizas. Ella cuida el medioambiente y sus productos son apetecidos por ser “libre de químicos”, al utilizar solo abono orgánico en su crecimiento. AGRICULTORA DE YUMBEL FOTOS: CAROLINA ECHAGÜE M. FOTO: CAROLINA ECHAGÜE M. a Estrada. AGRICULTORA DE YUMBEL FOTOS: CAROLINA ECHAGÜE M. FOTO: CAROLINA ECHAGÜE M. a Estrada. Ana Estrada trabaja la tierra en armonía con su preservación AGRICULTORA DE YUMBEL63años tiene la agricultora de Yumbel. En el sector de Huinanco, comuna de Yumbel, entre lomas teñidas de verde y caminos de tierra, vive Ana Estrada (63), quien, junto a su familia, trabaja día a día en la tierra.
Desde pequeña se ha dedicado a la agricultura y, hace tres años, que su labor se convirtió en un emprendimiento familiar, tanto para el propio consumo de su hogar como también para comercializar en la zona.
Cuenta con orgullo que, gracias a esa ardua tarea que realiza con quienes le ayudan, ha logrado sacar cerca de 300 lechugas en un día que provienen de su huerta, tres centenas de un producto orgánico, que es la base de las ensaladas en nuestro país.
“Tengo lechuga, la cebolla, espinaca, acelga, cebollín, pepinos, morrones, ajo, porro, todo lo que esel cilantro, el apio, tipo de verduras”, detalla Ana, al comienzo de su relato, para graficar la variedad de hortalizas que tiene en su terreno.
La tierra donde trabaja muestra dedicación en su trabajo y es que, dentro de los múltiples invernaderos que tiene, el verde es el color predominante entre las verduras que están listas para ser disfrutadas en cualquier casa.
Su aroma, color y aspecto son garantías de que es un producto totalmente de origen natural. -¿Cómo es su rutina de trabajo para obtener este tipo de verduras y frutas en su huerta? “Es complicado y requiere de mucho trabajo. A las siete de la mañana ya estamos tomando desayuno, y de inmediato salimos a trabajar la tierra.
Después, al mediodía me voy a hacer algo de al-ANA ESTRADA es una mujer agricultora que, con su ejemplo, visibiliza el cultivo amigable con el medioambiente. muerzo, almorzamos, descansamos un poquito y en la tarde salimos acá otra vez, para poder tener lo que se ve, pues, si no lo hi-ciéramos, no habría nada”. Su gran huerta se encuentra en plena colina. Aquello ha requerido un esfuerzo adicional para preparar de buena forma el terreno y también la ha llevado a nuevos métodos de cultivo, como lo es la elaboración de “terrazas” para sembrar.
Un punto que enfatiza Ana es que, si bien ha comenzado a producir hortalizas en mayores cantidades, para comercializar, hace tres años, su vida siempre ha estado ligada a la agricultura, desdeque salía cultivar junto con su madre cuando ella era una niña. “Cultivamos el cebollín, que uno le decía simplemente cebolla en ese tiempo. También teníamos tomates, todo lo que era más el ají, pero la arveja, el trigo, toda la lenteja, todas esas cosas, pero sembrando de forma simple. Después, con el pasar de los años, nos dedicamos solamente en los invernaderos. Pero toda la vida hemos estado en el campo, produciendo, trabajando la tierra”, cuenta, respectocho esto de cultivar”. La comercialización es otro aspecto clave del trabajo que lleva a cabo Ana con su familia. Su alta producción de verduras y frutas se vende en distintos puntos de la Región, principalmente en comunas colindantes con Yumbel. Es así como sus productos se venden en Cabrero, Hualqui, Concepción, entre otros lugares, y además ha desarrollado un sistema de envíos a otras comunas con la ayuda de su hijo. Además, puntualmente en Cabrero cuenta con un lugar establecido donde vende sus hortalizas. No obstante, la agricultora aclara que la actividad a la que se dedica no está exenta de problemas. El acceso al agua, recurso sumamente importante para que la tierra pueda producir hortalizas, es una de las complicaciones que enfrentan en Yumbel.
“Con el tema del agua a nosotros nos cuesta un poco más, porque en el terreno de nosotros hay agua, pero no en abundancia, por lo cual hemos tenido que explorar distintos mecanismos”, contó Ana, agregando que “hemos tenido que emplear el riego a goteo, lo que también ha significado una inversión grande. FRUTILLAS también son parte de los productos que cultiva Anencuentra su terreno. De la misma forma, una de las preocupaciones que tiene la yumbelina es que la agricultura, como actividad, pueda desaparecer. Esto lo ha visto en que muy pocos vecinos se dedican a los cultivos y también con el aumento de “segundas viviendas” en el sector.
Al respecto, la agricultora angelina dijo que “acá en Huinanco son pocas las personas o vecinos que se dedican a esto, ya, prácticamente, están buscándole otro destino a su tierra que no sea que no sea la agricultura. Falta esa costumbre que hace que nos dediquemos más a esto. Se ha ido perdiendo mu-VISTA AÉREA del terreno de la agricultora de Yumbel. de la herencia que le entregó su madre sobre cultivar la tierra y vivir de ella. “Desde chiquitita nosotros anduvimos con ella, a la siga de ella, y aprendimos a hacer todo”, añadió con un timbre de voz entrecortado. En base a esos mismos recuerdos es que para Ana es fundamental cuidar la tierra y el medioambiente. En esa línea, la agricultora, en su huerta, hace uso de fertilizantes orgánicos para no contaminar sus cultivos. “Empezamos trabajando con la tierra de hoja, con los abonos. Ahora ya usamos fertilizantes, con guano y todas esas cosas. Le damos dedicación y cuidado a la tierra, ya está en nuestra rutina. No queremos contaminar”, puntualizó. -¿Qué es lo que más se necesita para dedicarse a la agricultura con enfoque sustentable? “Mucho tiempo. Mucho tiempo, como digo, porque hay que dedicarse todos los días. Una tiene que estar dedicada a la tierra, las plantas, sobre todo ahora mismo con el tiempo del verano, por el calor, hay que estar más atenta a los riegos, todas esas cosas”, señaló. Además, la agricultora complementó que “eso es lo que más tratamos de evitar, porque sin los productos químicos va como más limpiecita la verdura, sin esos fertilizantes. Así que nosotros, como digo, tratamos de hacer lo más sano que se pueda vender, para que vaya más natural la verdura y a la mesa de cada cliente. Que todo esté libre de químicos”. En un principio, ¿aquello costó? “De primera costó bastante, pero ya después que uno ya le llevó el ritmo, ya se hace un poco más fácil. Y aquello se ve también en la producción que se va obteniendo, construyendo también los espacios necesarios como los invernaderos.
Yo empecé con uno pequeñito y ahora ya están los invernaderos inmensos”. Ana reconoce que, para trabajar en los cultivos, además de trabajo y dedicación, también se requiere una inversión en temas de infraestructura para huertas. Aquello también se ve reflejado en su hogar con los cinco invernaderos que tiene y con las terrazas que ha construido para poder sembrar y cosechar en la colina en la que se. Con técnicas aprendidas desde pequeña, yumbelina suma varias décadas de ardua labor en el cultivo de hortalizas. Ella cuida el medioambiente y sus productos son apetecidos por ser “libre de químicos”, al utilizar solo abono orgánico en su crecimiento.