EXPOSICIÓN PARISINA DE HORTICULTURA
EXPOSICIÓN PARISINA DE HORTICULTURA Columnista Espacío de Opinión;0] OBRAS COMPLETAS DE GABRIELA MISTRAL Cuaderno VI NATURALEZA TRASCENDENTE Corpome EXPOSICIÓN PARISINA DE HORTICULTURA “La bien cultinada llama un español a la tierra francesa y apellido justamente.
Su honra campesina se cuenta entre las primeras de sos honras, su calidad de guardadora, de vigilante de un generoso suelo de llanura, Mató a tiempo el latifundio, enemigo del justo aprovechamiento, creó la pamela, multiplicó la granja, educó la mano para el abono, la poda y las defensas vegetales mano de hoe, bre y de mujer por ual). Así se ha micho, por leen mgada y bien rívelada, la cabalmente cabalmente aprovechada El pabellón espacioso del Coars la Reine (Corazón de la Pelta) se diside en so cuadro central de legumbres legumbres y llores, y dos costados de frutas caeaoeameote ejemplares. De las legumbres un cronista cursi no querria ocaparse. ocaparse. Yo afronto con gusto la prueba.
Yo, vegetariana cuando puede, que cuento cesen los placeres de mi ojo la peinadora donosa de una hortaliza, su geometria en amarillos, en rojos, en morados, cuando la zanahorias, cuando las betanagas desenterradas Y los ajies maduros.
Aqoi en la eoposición agricola, más noble que el pobre salen de otoño de este año, hacen presencia la granja nonssanda, el huerto jugoso de los Pirineos, el más provenzal, que ño bien conozco, porque me tengo caminada a mi Prancia agraria, con apasionada hambre de francés rural.
Coliftoms Y coles de oasnto de nifes disparatadamente grandes, rebosan las lineas rigurosas del cuadro cerrado, con su corazón blanco p esrcesioo; en las coles nsoradas caben bien unos niños escondidos de Grimm; las rizadas tienen no sé qué cosa de sidos de alboroto.
Unas veinte familias azafranadas de zanahorias, en huso, en fons, a de muslo frutal, en aspiración redondeada de fruto, muestran sus nombres diferenciados como los Guisas o los Aostas o los Bortones, nombres que yo repetiré para olódarte luego... Los rabanños rpios, con toda su gracia de dedos de duende, los rabanrios aplastados sobre los cuales se ha sentado el elfo, Y los alargados en cola de rata roja, de rata del diablo. Están derramados sobre las verduras para dar so grito de color entre ue círculo de coliflores y otro concéntrico de papas lechosas, y otro de cebollas de bronce.
Las calabazas ornamentales, be que decoran en una fuente de cristal de roca el consedor de más estilo, hacen hacen el encaje en toreo de lo pesadez de las berenjenas; corren frisos de calabazas doradas, blancas, jaspeadas, a lo largo de los rombos p los triángulos de leguminosas. Las hay tan maravillosas de color y dureza como las mejores conchas marinas. Los melones errormes, casi insolentes de abarcadores, han recibido categorla de contra en todos los cuadros.
Las pobres cebollas, con no sé qué lujo de lazo de tafefta tafefta dura; la remolacha morada que alcanza parentesco con la baena pórpura de Cadonsagno; las achicorias, las lechugas, el perejil y be cilantros, en ángulos y circules cobistas, ovan un conjunto de tapireria regetal, los gobelinos gobelinos de legumbres ideados por Picasso... Mirando estos pabellones frutales, de una opulencia que revive a Canaán, se enhendee los mitos de todas be latitudes. Las Ceres y las Pnnsonas se hacen visas en estas especies de mapas frutales, por los cuales viaja el ojo desde usos septentriones de manzanas a unos capricornbe tenebrosos de usas grasas.
Los agrónomos han ordenado sos cuadros corno ti modisto de la Rut de la Pum sas vitrinas, a golpes gozosos de color Aquí como en todo, el francés es el que hace, pero sobre todo el que presenta. Costeando be pabellones de frutas, yo la tentación anotar nombres de especies ilustres me gana. Ilustres. (tité genuinas me aparecen estas aristocracias uegetabe, manifestadas en ramazones duras, en coloraciones fre néticas de Delacrobç en formas mucho más clasicas por la armonla inaudita que be Jusos.
Jusos de los granjas nonmondas son, por ejemplo, estas peras Codos Ereesto, blancas y duras; alguna cosa de oscilado Venas se goza en esto otra, llamado la mosteqdllodo, que es larga y elegante como el mango.
Las rsonzasas han edrado tantas especies y ovado tal nóreem de tribus absolutamente diferenciadas desde los das de Ena, que esta se desorientaría edrando la pequeria y roja, cari un granate, que llaman Sibela y que rozo los mofletes insolentes de luque llaman giganta: bloequirrra, casi un continente, de pulpa, y pasando be ojos desde esta gris, con no sé qué de sayo penriente en el color desabrido, o la que apellidan negra, porque tiene como varios paños rojos superpuestos que le haces la piel.
Yo veo o fuerzo de pasión el otoño de un huerto de Bretaña, cae los manzanos cargados de estas aristócratas, aristócratas, Han de decirse de un árbol al de enfrente apodos eopresiues, que yo querría aprender tan irrdiuidualizodos has llegado o ser que ya tienen derecho o bifrircarse en castas ya olabarse y desconocerse, desde uno ola otra be chotnias, coloreadas, con los bódiras, tradócidos... En urna, más que en vitrina, corno las joyas, están be unas próceres, y mi paladar be recuerdo es sos sabores yo bies aprendidos: las clsasselas de Fontainebleou, no asomos corno gajos fabulosos; sos naturales coreo lo perfecto en su color de ola de abajo; la Alfonso Lasollée, negra y enorme, asusta o su vecina y bocio ella sos los eoclareociunes de los visitantes que en todo euposidón no gozan riso o los morsstraos: la Napoleón blanca pesa lo que su cepo; su racimo es lo mono ha de sesñrse corno el grave corazón de lo tierno; la de Mirante, negra y mediana, abre mi sonrisa con el eomnrbre español y yo casi la señoló como prima al grupo de las señoras; los moscatel de lo Provenza, las que el rey René levanta en so mono en el monumento de Ab, como auno hijo, hoy modurado casi o mi costado en este verano de Aviñón, y yo les pongo un gesto de carnorada de sol, que los ha visto un sres dorarse quietamente. “Hoy que elegir el lugar y el tiempo para las beenos cosas”, dice el proverbio árabe. En este hn de otoño cae bien semejante convocación de botos que se boceo los provincias agrarios rapitanos: la Provenza, el Perigael, lo Normoedla, el Rosellón. Y el lugar os Poro. Salirnos Al brete está el salón de otoño queso bede o seda contenido como estos pobellones, rito o liebre ultra posado y que hace votteor los generosos sentidos provenzales, olas chilenos que son míos. Testo Gobrielo MritroL Obra Reunido. Toreo Vil Prosa. Ediciones Ediciones Biblioteca Nacional. ____ L. -, tta t ____.