Prosperan las revistas sobre actividades al aire libre
Prosperan las revistas sobre actividades al aire libre Por JOHN LtRANCH En un edificio industrial en el Condado de Orange, California, una máquina, decasi3o metros de largo, cobró vida con estrépito. Fajos Fajos de coloridas páginas de revista, revista, impresas una semana antes, iniciaron un recorrido, vía túneles y rampas, que duró unos minutos. Los fajos fueron cortados y compaginados. compaginados. El borde de cada nuevo fajo de 130 páginas era sumergido en pegamento y luego dejado caer en una cubierta en forma de U. Cerca de allí, Stephen Casimiro sostenía uno de los 7 mil 200 ejemplares. ejemplares. Ex editor de Powder y de National Geographic Adventure, Casimiro es el fundador y editor de Adventure Jou mal, una revista analógica al meollo de una tendencia tendencia de la vieja escuela. “La gente tendrá esto en sus manos, manos, en su mesa de café”, dijo Casimiro, Casimiro, de 62 años, quien comenzó a publicar la revista trimestral en el 2016. “Esa era La idea. Todos estamos estamos agotados de nuestras pantallas. pantallas. Queremos algo qué saborear”. Hay brotes de vida, incluso de rentabilidad, en revistas y medios impresos, devastados por el bombardeo bombardeo pixelado de la era digital.
Están apareciendo publicaciones periódicas de nicho de alto nivel, pero la tendencia podría ser más evidente en un estallido de revistas revistas independientes y de tiraje pequeño pequeño sobre actividades al aire libre como Adventure Journal, Mountain Gazette, Summit JournalyOri. JournalyOri. Para estas revistas la calidad es clave, la publicidad es mínima y los suscriptores son fieles. La mayoría no publica su contenido en línea; este es periodismo para hojearse. Las revistas a veces son de formato grande y cada vez más tienen acabados mate, llenas de fotografías de borde a borde y pesos pesos tipo tomo. Cada ejemplar puede puede costar 25 dólares o más. Están diseñados para ser coleccionables, no desechables. “La experiencia dela pantalla es muy reduccionista”, dijo Casimiro.
“Simplemente aplana elmundo, de modo que una historia ganadora del Premio Pulitzer se siente como spam”. En Seattle, Washington, Kade Krichko, el fundador de Ori, lo llamó llamó el “movimiento de lectura lenta”. lenta”. Cerca del Lago Tahoe, cerca de la frontera estatal entre California y Nevada, Mike Rogge, propietariodel propietariodel Mountain Gazette, cree que “fuimos demasiado lejos en el ámbito ámbito digital y ahora nos estamos replegando”. Si la nueva generación de revi 5tas al aire libre tuviera un árbol genealógico, The Surfers Journal Journal podría ser el padre. Con sede en San Clemente, California, fue publicado por primera vez en 1992 por la pareja casada Steve y Debbee Pezman.
Exiliados de la revista Surfer, donde él fue director director editorial y presidente durante mucho tiempo y ella fue directora de mercadotecnia, la pareja veía principalmente revistas de surf léase y tírese dirigidas a adolescentes. adolescentes. Sintieron un vacío por algo para adultos como ellos. Historias profundas, fotografías hermosas.
El Surfers Journal persiste, ahora con alrededor de 28 mil suscriptores suscriptores (seis números al año por 84 dólares, o 25 dólares por uno) y ocho “patrocinadores” (cada uno paga 70 mil dólares al año). Se venden venden miles de copias adicionales en tiendas de surf y librerías. La empresa se ha expandido a libros, un podc ast y otra revista, The Golfers Golfers Journal, y tiene alrededor de dos docenas de empleados.
La encuesta de lectores más reciente reciente del Surfers Journal balló que un tercio de los suscriptores son menores de 45 años una generación generación que en gran medida no recuerda los días previos al conAdventure. lournal (sup. ), lanzado en el 2016, es parte de una serie de revistas independientes sobre actividades al aire libre que gozan éxito analógico. Otros incluyen Mountain Gazettc. tenido digital. Lo que quieren los lectores, cree Debbee Pezman, no tiene sus raíces en la nostalgia por lo impreso. Se basa en aspectos como como la postura y el pulso. El contenido digital te obliga a inclinarte, dijo. “Castiga más a mis ojos y mi cuerpo.
Un libro impreso impreso involucra recostarse en el sofá, abrirlo y relaja rse”. Thembi Hanify y Mariah Ernst, veteranas de los medios y la mercadotecnia mercadotecnia del surf. fundaron la revista revista Emocean después de ver, de primera mano, un mundo del surf dominado por hombres blancos. Emocean ha impreso siete números, números, aproximadamente dos veces al año. La revista se inclina hacia las mujeres, personas de color color y comunidades LGBTQ. “Hay una sed de poder simplemente simplemente estar presente con algo frente a ti”, dijo Ernst. “No es agradable agradable desplazarse por En stagram”. Con Ori, Krichko ha lanzado un nuevo tipo de revista de viajes. En lugar de enviar reporteros por todo el mundo, solicita contribuciones de escritores, fotógrafos y artistas locales. Su primer número en otoño pasado incluyó artículos de México (arte de comida callejera), Nigeria (música), Colombia (tareo), España España (remo) y Hawai (agricultura regenerativa), entre otros. “Ori se creó como el antídoto al algoritmo”, dijo Krichko, de 35 años. “Leer despacio, desplazarse menos es algo que decimos”. (.ARRIELLA ANC. O1TIJONES rARA THE NEW YORK TIMES Prosperan las revistas sobre actividades al aire libre C:IIANLIJ LNhSHL1JNK.