Autor: PorNataly Campusano Díaz Ex Consejera Regional , miembro del comité del Frente Amplio
Columnas de Opinión: Chile, país del Pacífico: un llamado al futuro desde la costa
Opinión Columnas de Opinión: Chile, país del Pacífico: un llamado al futuro desde la costa hile nació mirando al mar. Nuestro país nose entiende sin el Océano Pacífico: más de 4.000 kilómetros de costa abrazan la historia, la identidad y el porvenir de nuestranación. Desde el extremo norte hasta las gélidas aguas del sur, el Pacífico nosoJo moldeanuestra geografía: es labase de nuestra vida, cultura y proyección. Es, también, la frontera delos desafíos que debemos asumir con decisión, y elhorizonte delas oportunidadebemos construir des que con visión. El Estado debe ser claro: protegerel Pacifico es protegernos a nosotros mismos. La magnitud de nuestro martentitorialno essólo un dato geogrática y generacional. El cambio climático, la sobreexplotación pesquera y la contaminación son heridas abiertas que claman justicia, planificación y acción. Cuidar elocéano es cuidar nuestras comunidades costeras, nuestras especies marinas y nuestras posibilidades de desarrollosostenible comozona estratégica portuaria. La región de Valparaíso es clave enesta ecuación. Nosolo porsu historia, sino porsu presente estratégico. Los puertos de Valparaíso y San Antonio son pilares del comercio marítimo y puntos geopolíticos críticos en un mundo atravesado por tensiones entre potencias y redes globalizadas de intercambio. Nuestra ubicación, lejos deserun obstáculo, es una oportunidad histórica: podemos liderar una nueva era de desarrollo portuario sustentableenel Pacífico Sur. Pero para eso necesitamos definiciones claras y voluntad detransformación. Hoy, la ausencia de una autoridad portuaria nacional unificada impide una planificación coherente. La coexistencia demodelos estatalesy privados, sin coordinación efectiva, fragmenta la estrategiaynos debilita, Necesitamosuna mirada integral del tema portuario que nos permita avanzar hacia una infraestructuramoderna, conectada y amigable con las ciudades. Ferrocarriles, carreteras ynuevas tecnologías deben converger para que el desarrollo no se quede varadoen los puertos, si'noquefluya con equidad hacia todos losterritorios. El Pacífico no sólo es una plataforma logística. Es también un espacio de diplomacia, cultura y futuro. Que Valparaíso postula como sede del Acuerdo de Biodiversidad Marinaen Áreas Fuera de Jurisdicción Nacional (BBNJ) no es casualidad. Es una oportunidad histórica para queel sur global tenga voz. en los grandes deba tes del siglo XXI. Tener una sede de Naciones Unidas en América Latina, en nuestra costa, rompe con la centraliza ción del poder internacional y proyecta una visión descentralizada y más justa del mundo. Esta oportunidad también impulsa el turismo, la gastronomía local, la economía de servicios y las pymes que sostienen la empleabilidad en nuestras costas. Es la demostración concreta de que desarrollo económico, justicia ambiental y vocación territorial pueden ir dela mano. Porque si hablamos de justicia, no podemos olvidar nuestras caletas. Comunidades que han habitado el borde costero porgeneraciones, y quesiguen luchando por una ley de pesca justa, por equidad en el acceso alosrecursos naturales, por reconocimiento y dignidad. ElPacífico también ha sido testigo de esos dolores. Y lo más hermoso del mar es que no pertenecea nadie: es profundamente democrático. Nos desafía a construirun modelo deeconomía marítima querespetelanaturaleza, mejorela calidad de vida delos pescadores y ponga enel centro alas comunidades quevivendel y con el mar. Pero la mirada hacia el Pacífico también debe ser digital. Nuestra costa es un nodo de conectividad global: por ella pasan cables submarinos que nos enlazan al mundo. Valparaíso puede ser mucho más que un puerto fisico. Puede ser un puerto digital: una red de emprendimientos creativos, hubs tecnológicos, software y laboratorios ciudadanos que dialogan con el planeta desde nuestra singularidad. En este nuevosiglo, pensar en el Pacífico es pensar en los problemas que nos urgen, pero también en las oportunidades que nos convocan. Es proyectar a Chile no como unalarga y angosta faja de tierra, sino 'como un país oceánico, con vocación planetaria y responsabilidad local. Es mirar el mar no como frontera, sino como horizonte. Porque el futuro está en el Pacífico. Y Chile debe estara la altura deese llamado. 5 sis.