La batalla en contra de la mosca de la fruta
La batalla en contra de la mosca de la fruta L levan casi dos años t r a b a j a n d o e n l a s sombras. Rara vez se dejan ver en las fiscalizaciones que hacen sus colegas del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en Arica. Sin embargo, la media docena de funcionarios del Equipo de Ingreso Clandestino del SAG en esa ciudad han sido gestores de los principales golpes al contrabando de alimentos desde Perú y Bolivia. Se trata de camiones con frutas, huevos, hortalizas y plantas. Quebradas en el altiplano que sirven como punto de acopio para traficantes que buscan llegar a Arica y de ahí partir a la zona central de Chile. Los hallazgos suman y siguen.
Cuando reúnen suficientes datos, los integrantes del Equipo de Ingreso Clandestino informan a los inspectores del SAG en dónde y cuándo efectuar un control sorpresivo en la carretera o las coordenadas para llegar a un oculto centro de acopio de contrabando. Todas las acciones de control se realizan con el apoyo de Carabineros. Los montos son importantes. El año pasado, gracias a esa información de inteligencia, se detectó en uno solo de los camiones fiscalizados por el SAG el equivalente a 300 millones de pesos en papas. Sin embargo, las eventuales ganancias palidecen frente al potencial daño que puede producir el ingreso de plagas en frutas o verduras desde países fronterizos.
Solo la industria de la fruta fresca exporta más de US$ 7.000 millones por temporada, un freno de esos envíos, producto de la detección de un insecto, golpearía la economía rural de buena parte del país. "Cuidar la frontera y evitar el ingreso de plagas es clave para la seguridad nacional", sentencia Manuel Vergara, jefe de la Oficina de Arica del SAG y de quien depende el Equipo de Ingreso Clandestino. La unidad tiene a varios grupos de contrabandistas identificados, así como sus modos de operación y la tecnología que usan, que incluye desde el servicio de escoltas hasta drones para advertir si son vigilados. En todo caso, el gran enemigo de los funcionarios del SAG de Arica no tiene una mente criminal. Es diminuto y tiene alas: la mosca de la fruta.
El insecto, muy presente en Bolivia y Perú, pone sus huevos en frutas y su aparición obliga a establecer cuarentenas en extensas zonas. "En países con presencia de la mosca, esta puede ocasionar cerca del 80% de pérdidas en frutas y hortalizas, generando un problema en la red alimentaria", advierte José Guajardo, director nacional del SAG. La llegada de una importante cantidad de migrantes de áreas tropicales a Chile provocó un salto en la detección de contrabando de frutas de clima cálido, como el mango y el guayabo. Redes de transporte que pueden atravesar varios países terminan en verdulerías, ferias o en puestos de jugos de Santiago. Cada producto que elude el control sanitario en la frontera norte trae consigo el riesgo de ingreso de plagas como la mosca de la fruta. "Hemos podido constatar un cambio de paradigma.
En el pasado eran las personas quienes ingresaban productos alimenticios prohibidos, como frutas, para su autoconsumo, pero hoy nos encontramos con un comercio ilícito de productos que alerta sobre la necesidad de una nueva estrategia y acción de las autoridades. Son bandas delictuales que buscan ingresar al país productos de manera ilícita, por pasos ilegales, sin certificación fitosanitaria, que acredite que no vienen contaminados.
Este tráfico pone en riesgo no solo las exportaciones de frutas, que generan al país un importante aporte económico y de empleos, sino que también son un riesgo para el patrimonio fito y zoosanitario de Chile, el cierre de mercados y, finalmente, para la propia economía del país", afirma Miguel Canala-Echeverría, gerente general de Frutas de Chile, ex Asoex. Es en la frontera norte donde se realiza la mayor parte del combate contra la mosca de la fruta.
Es un pequeño ejército que incluye desde funcionarios que estudian las bandas de contrabandistas de alimentos, hasta quienes revisan maletas y fiscalizan la carga de camiones en el control del Cuya, a un centenar de kilómetros al sur de Arica, pasando por técnicos que "fabrican" miles de moscas de la fruta estériles en el valle de Lluta para controlar los focos de la plaga. INNOVACIÓN EN LLUTA La mosca de la fruta, también conocida como mosca del Mediterráneo, llegó a Chile en los años 60. Con el desarrollo de la industria exportadora de fruta fresca el control de la plaga fue tomando una mayor importancia en la agenda.
En 1993 se dio un paso importante con la creación del Centro de ProEn Arica, un pequeño ejército de funcionarios del SAG, con el apoyo de Carabineros, da golpes al contrabando de alimentos desde Perú y Bolivia y detiene el ingreso y avances de la mosca de la fruta.
En el valle de Lluta un centro tecnológico produjo 1.291 millones de moscas estériles en 2023 y en Cuya, a una hora y media al sur de Arica, un nuevo sitio de control desalienta el paso de alimentos que pueden transportar larvas. EDUARDO MORAGA VÁSQUEZ EDUARDO MORAGA En Cuya, al sur de Arica, se controlan todos los vehículos. SAG Las intercepciones subieron gracias al seguimiento a las bandas de contrabandistas. EDUARDO MORAGA Las pupas estériles de mosca de la fruta se pintan.. La batalla en contra de la mosca de la fruta ducción de Insectos Estériles del SAG. En el gobierno de Patricio Aylwin se decidió ubicarlo en el kilómetro 15 del valle de Lluta, en la ruta que va de Arica a altiplano, a no mucha distancia de la frontera con Perú. En su localización primó la lejanía de cultivos frutícolas y su condición limítrofe. Durante esa década los técnicos dieron con la fórmula para criar de manera masiva machos y esterilizarlos. El objetivo es que actúen como competencia a los ejemplares silvestres fértiles en la fecundación de las hembras. Hoy esta liberación es una de las principales herramientas de control contra la plaga que tiene Chile. El centro del valle d e L l u t a g e n e r ó 1.291 millones de moscas estériles en 2023. Es decir, casi 66 ejemplares por cada persona que habita el país. Llegar a esa producción requirió un largo trabajo.
Se tuvo que identificar la dieta ideal, incorporar nueva genética para facilitar la identificación de los machos, así como establecer condiciones ideales de humedad y temperatura en cada una de las etapas del ciclo de vida del insecto, especialmente cuando son larvas y luego pupas. En ese último estado son pintadas con un rojo fosforescente, lo que ayuda a su identificación cuando caen en trampas, y luego son irradiadas con cobalto 60 para que se vuelvan estériles. El último paso es colocarlas en recipientes en las que se incluye alimento para que lleguen sanas y fuertes a su estado adulto. Dos veces a la semana se envían cargamentos de pupas de moscas estériles a las zonas que lo requieran. En la actualidad se mandan cada semana 12 millones de pupas a Arica en bolsas de 5.000 ejemplares, aproximadamente. A Santiago se envían vía aérea semanalmente 11 millones de pupas y a Pica se van otros 1,2 millones de ejemplares. "La tecnología ha avanzado bastante. Antes se liberaban los dos sexos y las hembras a pesar de ser estériles igual dañaban el fruto, lo que disminuía su valor comercial. Nos hemos ido adaptando a las necesidades, tenemos la capacidad de aumentar la producción frente a una emergencia", afirma Carlos Sarabia, jefe del Centro de Producción de Insectos Estériles. MAYOR CONTROL CARRETERO Un par de restaurantes, una tenencia de Carabineros y no mucho más había en Cuya hasta hace unos meses. El poblado está a casi una hora y media al sur de Arica, en la Panamericana y conecta con la caleta Camarones. En noviembre del 2023 se instaló una barrera sanitaria permanente del SAG. Todos los vehículos son inspeccionados en busca de frutas y verduras prohibidas de salir de la Región de Arica y Parinacota. En amplios mesones los pasajeros de los buses deben mostrar el contenido de sus maletas.
Los inspectores también revisan el contenido de los camiones; chequean los permisos emitidos por los funcionarios del SAG del paso internacional de Chacalluta, si se trata de frutas o verduras que vienen desde Perú, y se aseguran de que las guías de despacho correspondan a lo transportado.
El control es permanente y los funcionarios del SAG trabajan en tres turnos de ocho horas. "Al principio quería que nos mantuviéramos enfocados en nuestras labores sin interactuar mucho, pero naturalmente se generó una relación de amistad entre los funcionarios y los carabineros. Ellos agradecieron mucho que llegara más gente acá, porque es muy solitario", explica René Ramírez, jefe del Control Oficial Cuya del SAG. En la mañana del mismo día de la entrevista, a fines de diciembre, la buena relación con Carabineros dio fruto. Un automóvil no paró en el control sanitario y los funcionarios avisaron a los policías, que raudos partieron tras el conductor. Tras alcanzarlo, pasarle una multa, lo obligaron a regresar al sitio de inspección. Ramírez explica que los viajeros inicialmente se mostraron molestos por el control carretero. A inicios de noviembre se llegó a requisar casi una tonelada diaria de alimentos prohibidos por ser posibles hospederos de la mosca de la fruta. A fines de diciembre, la cifra diaria rondaba los 200 kilos.
Miguel Canala-Echeverría argumenta que las barreras como la de Cuya fueron en el pasado parte fundamental para la erradicación de la mosca de la fruta de Chile. "El SAG tiene en vista habilitar cuatro nuevas barreras sanitarias en Loa, Quillagua, La Negra y Atacama, pero no se cuenta con los recursos para materializarlo. El costo para la operación de las barreras sería de aproximadamente $6.000 millones anuales.
Creemos que dado que estas barreras también facilitan el trabajo de la Policía de Investigaciones y Carabineros, por ejemplo, para controlar el ingreso de personas u otro tipo de productos ilícitos, los recursos podrían ser aportados desde el Ministerio del Interior, dentro de su estrategia de control fronterizo", sostiene Canala-Echeverría.
EXPORTADORES PIDEN MÁS APOYO PARA EL SAG "El SAG solo puede invertir recursos cuando alguna plaga o enfermedad está presente en el territorio, pero no tiene facultades, ni recursos, para hacer acciones preventivas, lo cual resulta un contrasentido, pues siempre será más costoso erradicar una plaga que prevenirla. Por lo tanto, hay que hacer una modificación legal que permita al SAG hacer prevención y con recursos acordes", sostiene Miguel Canala-Echeverría, gerente general de Frutas de Chile.
El ejecutivo cree que es necesario que se solicite un fiscal preferente de dedicación exclusiva para combatir el contrabando de productos hortofrutícolas, animales y otros. "Es necesario que no solo se busque la confiscación y destrucción de los productos ingresados ilegalmente, sino que también se persigan estos hechos de manera penal. Otro elemento fundamental es reactivar el Convenio entre Chile y Perú para el combate de la mosca de la fruta, que tan efectivo fue para erradicar este insecto del país en 1995. Se requiere de acciones en ambas fronteras y este acuerdo las permite", sentencia Canala-Echeverría. EDUARDO MORAGA Funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero informando al público del mercado agrícola de Arica sobre las medidas para controlar la mosca de la fruta. EDUARDO MORAGA Inspección de cítricos peruanos en el paso de Chacalluta. EDUARDO MORAGA Análisis de las moscas recolectadas en Arica para detectar ejemplares silvestres..