Sobrevivientes acusan “abandono” seis meses después del megaincendio en la Región de Valparaíso
Sobrevivientes acusan “abandono” seis meses después del megaincendio en la Región de Valparaíso Hace ya seis meses, el cruce de las calles Pablo Neruda con Gabriela Mistral en Villa Independencia, zona alta de Viña del Mar, se convirtió en el punto en que el megaincendio se cobró más vidas: allí, el viernes 2 de febrero, una fila de vehículos quedó carbonizada cuando sus ocupantes trataban de huir. "Afuera de mi casa, había cuatro personas muertas, con la ropa incrustada en la piel", recuerda Álex Ugarte, cuya propiedad --que hoy reconstruye con recursos propios y de amigos-estaba justo en esa esquina, de la que esa noche escapó como pudo junto a su familia en medio de un ambiente que compara con el de "un Hiroshima". Huyó a pie, hasta que quedó en una plaza rodeado de "alamedas de fuego". Un video lo atestigua.
En él se despide de los fieles de la Iglesia Evangélica Bautista, de la que es pastor, con una frase ante las llamas: "Nos vemos en el cielo". Pero se salvó. "Lentitud" en la reconstrucción Hoy, el sector presenta un aspecto un poco menos triste. Ya no se ven sitios vacíos consumidos por el fuego. En todas partes hay casas de material ligero --en su mayoría viviendas de emergencia entregadas por el Gobierno-y la escuela del mismo nombre de la población luce recién pintada. La vida de barrio volvió a resurgir.
Ugarte recibe a "El Mercurio" en lo que queda de su templo "Jesús, Esperanza Viva" ubicado justo frente a su domicilio: las bancas están sobre un radier desnudo, sin muros ni techos, ni púlpitos ni altares. La reconstrucción, se queja, no está pensada para la infraestructura religiosa, pese a su rol articulador --junto a capillas católicas y de otras confesiones que siguen en el suelo-de la vida en comunidad, alega. Cuenta que, pese a su actual estado, sigue siendo espacio para una olla común que atiende a más de cien comensales al día, en su mayor parte, damnificados. Al lado de su casa, Fabiana Ballesteros ya logró reconstruir su inmueble y la amasandería, que era su emprendimiento. Todo ello, sin mayor apoyo del Estado que los bonos iniciales, afirma.
La vivienda original fue consumida por las llamas justo después de que logró a duras penas subir a una silla de ruedas a su madre con alzhéimer y escapar con ella y una sobrina con síndrome de Down.
Su padrastro quedó rezagado y su cuerpo apareció en la calle dos días después. "Debí encalillarme en $36 millones", dice la mujer acerca del gasto incurrido para levantar su vivienda, aunque confía en que pueda recuperarlos mediante subsidios. El horno y la amasadora de su microempresa le fueron donados por Desafío Levantemos Chile.
A Ugarte y Ballesteros les preocupa "la lentitud" en la reconstrucción, la incertidumbre de muchos de sus vecinos sobre si podrán o no recibir los subsidios y que no se vea una planificación que busque mitigar los riesgos ante la próxima temporada de incendios forestales que se avecina. "Hay que rediseñar el barrio con vías de evacuación, zonas de seguridad, programas de mitigación y capacitar a la población ante emergencias. Si no, volveremos a llorar muchas muertes", dice el pastor. Más tajante aún es Carlos Orellana, quien perdió a su hija Anastasia, de 14 años, y a su exesposa Elizabeth en Pompeya Sur, en Quilpué, donde primero ingresó el incendio. Él mismo dio con el cuerpo de su exmujer en la madrugada del 3 de febrero cuando fue al sector, apenas se enteró de que la población había sido arrasada. El de la adolescente, que se bajó del vehículo para rescatar a su mascota, fue hallado días después. "Estamos en el abandono", sentencia. "A mí me llamaron para revisarme la parte psicológica. Pero ¿ cuántos de los 16 mil damnificados o deudos de 137 muertos cuentan con apoyo psiquiátrico?", cuestiona.
Y critica, además, que las autoridades que, a su juicio, fracasaron en proteger a la población no se hayan hecho responsables. "No hubo un mando que restringiera a tiempo las carreteras a vehículos de emergencia ni hubo suficientes cortafuegos", dice.
Testimonios de familiares de víctimas fatales: Sobrevivientes acusan "abandono" seis meses después del megaincendio en la Región de Valparaíso En Villa Independencia, un pastor evangélico, una emprendedora y el padre de una menor fallecida rememoran lo ocurrido y hablan de su duro presente. MAURICIO SILVA SOLO RADIER Y BANCAS. -En lo que queda de su templo, el pastor evangélico lamenta que el plan del Gobierno no apoye reconstruir la infraestructura religiosa arrasada. Ello, pese a su rol en el tejido social local, alega. JONATHAN MANCILLA Apoyo. Donaciones recibidas de fundaciones privadas han permitido a Fabiana Ballesteros volver a poner en marcha la amasandería que quemó el megaincendio. En la tragedia perdió, además, a su padrastro y su casa. JONATHAN MANCILLA Carlos Orellana aspira a que una ley, que lleve el nombre de Anastasia, su hija fallecida, corrija las debilidades que el Estado evidenció al prevenir, reaccionar y combatir el gigantesco incendio. JONATHAN MANCILLA `` Están detenidos los que supuestamente iniciaron el fuego.
Hay que establecer, porque las hay, responsabilidades de todas las entidades que forman el Estado".. ............................................................... CARLOS ORELLANA PADRE DE NIÑA FALLECIDA `` Si no se rediseña el barrio con vías de evacuación, zonas de seguridad, programas de mitigación y de capacitación, volveremos a llorar muertes".. ............................................................... ÁLEX UGARTE PERDIÓ A SU SUEGRO `` A la gente no le han dado su dignidad. Murió mucha gente y otra, personas mayores, está terminando su vida indignamente, porque no tienen qué comer".. ....................................................................................................................................... FABIANA BALLESTEROS COLABORA EN OLLA COMÚN. - - -