la ultima escalada de Alex honnold
- la ultima escalada de Alex honnold U n blanco infinito hace destellar la luz en contraste con el mar, los icebergs y la dura pared de roca gris de un monolito jamás conquistado. A lo lejos, un grupo de escaladores de renombre internacional y una científica cuelgan de la placa vertical, afirmados solo por cuerdas. Alrededor hay 6 grados Celsius bajo cero y el viento arrasa con violencia cuando, de pronto, comienzan a desprenderse afilados pedazos de hielo de la cima.
Inmediatamente el equipo se cubre, pero no es suficiente: los pedazos caen con estruendo y hacen sangrar a uno de ellos. "Si hubiese sido una piedra, me quiebra la nariz y nadie podría venir a ayudarme", dice Alex Honnold, rockstar mundial de la escalada y líder de esta travesía en los confines de Groenlandia, ahora instalado junto al clóset de su casa en Las Vegas, Estados Unidos, desde donde responde a través de la pantalla del computador. Durante esa jornada, dadas las condiciones geográficas en que se encontraban, el desprendimiento de rocas superficiales del muro podría --además-haber dañado alguna de las cuerdas y hacer que cualquiera cayera irremediablemente al vacío. Pese a todo, el grupo resiste. Esa es la gracia de todo esto. Así comenzó el tramo decisivo de una de las últimas travesías de Alex Honnold frente a las aguas heladas del Nordvestfjord, un fiordo en la región groenlandesa de Scoresby Sund. Un viaje remoto, prácticamente imposible, en busca de una de las placas de roca más grandes del mundo.
Es lo que se despliega en detalle a lo largo de Artic Ascent, una serie documental de National Geographic que retrata la verdadera odisea de exploración y escalada que significó este viaje y que se estrenó esta semana a través del streaming Disney+. --¿ Por qué documentar este largo viaje en Groenlandia? --El Ártico se está calentando mucho más rápido que el resto del mundo y el aumento del nivel del mar en esa zona afecta a cientos de millones de personas. En Groenlandia, el derretimiento de la capa de hielo es el mayor contribuyente al aumento del nivel del océano fuera de la Antártica. Es un lugar muy importante para el clima del planeta, pero la mayor parte de la gente no sabe nada al respecto y nunca piensa en ello. Por eso decidimos comenzar este proyecto, porque combina paredes increíbles en un lugar que también es muy importante para el planeta y que la gente no conoce. Un hombre extremo El californiano Alex Honnold (38 años, casi dos metros de alto, delgado, de contextura extremadamente fibrosa) es posiblemente uno de los escaladores más importantes de todos los tiempos y una leyenda viva.
Su técnica destaca por la vel o c i d a d y p e r i c i a e n l a e s c a l a d a tradicional, pero sobre todo es conocido por sus hazañas en formato "libre y en solitario": subir interminables muros de roca vertical solo y sin nada. Es decir, una disciplina en que el escalador se enfrenta cara a cara contra el abismo y la roca sin más que su cuerpo. Una manera que más de alguno podría ver como una estúpida forma de arriesgar la vida, pero que en este mundo se entiende como, quizá, la escalada en su estado más puro. Honnold ha demostrado con su virtuosismo y perfeccionamiento deportivo que todo es posible. Eso lo ha llevado a romper récords en velocidad y distancia, consagrándose como toda una figura, pese a su bajo perfil y timidez. Algo que no ha impedido que sea portada en revistas de calibre internacional como National Geographic, Outside, Rock and Ice, Alone in the Wall, The New York Times Magazine y The Red Bulletin. También ha aparecido en comerciales, documentales y en televisión.
En dos oportunidades ganó el premio Golden Piton (algo así como los Oscar de la escalada), y finalmente está el hito que lo llevó a una fama más allá del mundo de los deportistas extremos: cuando subió los 880 metros (equivalente a tres veces el Costanera Center) de El Capitán, una pared vertical en el Parque Nacional Yosemite. Lo más impresionante de este hito es que lo hizo en formato libre en solitario: sin ningún tipo de agarre a la roca más que las yemas de sus dedos y sus pies. La hazaña la logró después de tres horas y 56 minutos, y quedó registrada en el adrenalínico largometraje Free Solo, que en 2018 ganó un Oscar en la categoría Mejor Documental. En términos estadísticos, la modalidad que realiza Alex es tan peligrosa que solo el uno por ciento de los escaladores la practica.
Hasta el momento, Honnold ha realizado más de mil ascensos en este formato, un registro que más de alguno vincula a simple locura, insensatez o un inexplicable desprecio por la vida (propia). Una situación que hasta ha llamado la atención de centros de estudio neurológico en Estados Unidos, que han analizado la actividad cerebral de este escalador frente a estímulos potencialmente peligrosos. Y los resultados indican que su sistema regulatorio del miedo está extremadamente bien gestionado.
Para Alex, la explicación es aún más sencilla: "Todo se trata de ensayo constante y concentración", dice. "La preparación para una escalada libre en solitario es lo que hace que el miedo no aparezca", dijo sobre los ocho años que estuvo entrenando y diseñando la ruta para subir El Capitán.
En el documental Free Solo también aborda el punto: "Todo el mundo podría morir en cualquier momento (... ). Usualmente no me doy cuenta de que estoy haciendo algo tan riesgoso hasta que me asomo al precipicio; es lo que me gusta, hacer que algo difícil y peligroso parezca seguro". Más allá de eso, Alex Honnold es un tipo extremadamente sobrio. Hijo de padre asperger, siempre supo que quería dedicarse a escalar. De hecho, hasta que conoció a Sanni McCandless, su esposa actual, también escaladora, prácticamente había dejado toda vida sentimental para dedicarse por completo a las paredes de roca. Profundamente estudioso, lector ávido, vegano comprometido, apasionado por la lucha contra el cambio climático, es justamente a este último tema que ha dedicado buena parte de sus energías después del ascenso a El Capitán. Según dice, porque es difícil ser escalador y no preocuparse por el medioambiente: "Pasas todo tu tiempo al aire libre y ves el mundo cambiar tan rápidamente. Ves los glaciares retrocediendo. Ves los incendios forestales todos los veranos. Probablemente estoy más afectado por el cambio climático y por el medioambiente que una persona promedio.
Pero sé que tengo que preocuparme porque simplemente noto la naturaleza mucho más". Rumbo a Ingmikortilaq Un imponente monolito que se eleva sobre las aguas congeladas de Nordvestfjord, en el este de Groenlandia, conocido como Ingmikortilaq ("el separado", en groenlandés), es uno de los acantilados marinos no escalados más altos del mundo y un sitio prácticamente virgen. Esta pared era el objetivo para la expedición de Honnold.
Para llegar, "literalmente nos salimos del borde del mapa", dice el escalador, refiriéndose a las cartas náuticas que el equipo siguió para llegar. "Definitivamente es uno de los ascensos más grandes que he hecho y uno de los más estresantes debido a lo peligroso que fue". Organizar la travesía, en cambio, fue simple. Aparte de Alex, el equipo incluyó a los escaladores profesionales Hazel Findlay y Mikey Schaefer. Como además tenían otro propósito, también contó con la glacióloga francesa Heidi Sevestre, del Programa de Evaluación y Monitoreo del Ártico. La idea era apoyarla para que accediera a glaciares, fiordos y a la capa de hielo de Renland, una zona intacta ubicada en una meseta de alta montaña en Scoresby Sund.
De esta manera, Heidi Sevestre esperaba conocer el verdadero estado del derretimiento glaciar de Groenlandia, que disLA ÚLTIMA ESCALADA DE Alex Honnold Seis semanas en zonas inexploradas de Groenlandia, y la conquista de un monolito aparentemente imposible, congelado y salvaje, de más de 1.200 metros. Así fue la última expedición documentada de esta superestrella de la escalada. Una que implicó luchar contra un clima y geografía indómitos no solo por el logro deportivo, sino también para ayudar a la ciencia a estudiar en terreno el cambio climático. En esta exclusiva, el estadounidense habla de viajes, de su nueva perspectiva y de sus próximos retos. POR Marcela Saavedra Araya. MISIÓN. Alex Honnold escala aquí la pared Ingmikortilaq con seis grados bajo cero alrededor. NA TIONAL GE OGRAPHIC / P ABL O DURANA PRÍSTINO. Alex Honnold (izquierda) y Hazel Findlay siguen un río de agua de deshielo hasta el glaciar Edward Bailey. NA TIONAL GE OGRAPHIC / JJ KELLEY EQUIPO. Desde la izquierda, Aldo Kane, Adam Mike Jeldsen, Mikey Schaefer, Heidi Sevestre, Hazel Findlay y Alex Honnold. NA TIONAL GE OGRAPHIC / JJ KELLEY SALVAJE. Esta región de Groenlandia está lleno de sitios inexplorados. NA TIONAL GE OGRAPHIC / MIKEY SCHAEFER PAUSA. Alex Honnold y Hazel Findlay descansan antes de subir Pool Wall. NA TIONAL GE OGRAPHIC / M A T T P Y C R OFT HIELO. Durante el cruce de un tramo de glaciar en el este de Groenlandia. NA TIONAL GE OGRAPHIC / P ABL O DURANA. la ultima escalada de Alex honnold minuye a un ritmo alarmante y, con ello, conocer el avance real de la crisis climática en el planeta.
Para los científicos, usualmente es casi imposible acceder a sitios como este, en las zonas más accidentadas de la región. "El este de Groenlandia es una de las partes más remotas y menos estudiadas del Ártico. De ahí que necesitamos desesperadamente datos científicos de esta región", dijo Sevestre en el documental Artic Ascent, al tiempo que explica que nunca antes había escalado. Para Honnold, este nuevo objetivo fue como ver la luz en medio de la oscuridad. Antes, dice, llevaba mucho tiempo buscando un destino que le hiciera sentido y que, a la vez, fuera un aporte.
Con Ingmikortilaq, "las piezas comenzaron a encajar, porque es una pared increíble". El reto del Ártico Artic Ascent permite ver paso a paso cómo Ingmikortilaq se transforma en una prueba desafiante, más peligrosa de lo previsto. Producto de los deshielos, la roca --de tres millones de años-está suelta por todas partes fruto de la erosión y al ciclo de hielo y deshielo. Al escalarla, los agarres se rompen y la superficie de la pared es tan resbaladiza como el mármol. Así, constantemente enfrentaron caídas potencialmente muy peligrosas. Ingmikortilaq es un atractivo reto para la escalada. Se trata de un acantilado escarpado, enorme, que requiere varios días para ser superado. La dificultad adicional en Groenlandia es que, además, no existe posibilidad de rescate.
El bloque vertical groenlandés es uno de los más altos del mundo, comparable con la Gran Torre Trango (1.341metros) en Pakistán; o con Polar Sun Spire, de la isla canadiense de Baffin (1.158 metros), o el monte Thor, también en Baffin (1.097 metros). Aquí son 1.143 metros, en medio de un clima altamente exigente. Solo para cumplir su objetivo, Alex cuenta que la expedición tardó seis semanas. Tuvieron dos semanas de caminata en glaciar, una de escalada en la pared y otra de travesía en esquí. Después pasaron unos días navegando y dos semanas escalando. "Estábamos constantemente moviéndonos por el paisaje, ya sea esquiando o caminando o llevando mochilas pesadas y escalando paredes. Sentimos que nos estábamos moviendo todos los días y siempre era difícil", recuerda. Además, "cuando llegas a Groenlandia, las montañas son más grandes de lo que parecen; las distancias son más largas de lo que parecen; los glaciares son más grandes de lo que parecen.. todo es gigantesco. Allí no hay árboles en absoluto. Por lo tanto, nunca hay un marco de referencia.
Cuando estás mirando montañas, es imposible saber si son 1.000 o 2.000 metros, porque no hay vegetación; no hay nada para comparar visualmente". Así, la escalada misma --en este caso, con cuerdas y agarres-fue todo un desafío. "Es difícil decir si estás viendo una grieta o si estás viendo una chimenea gigante o un barranco. Es difícil planificar una ruta, porque estás buscando grietas, cosas que puedes escalar, y a la vez tratas de evitar gigantescos agujeros en la montaña que están llenos de rocas, hielo y nieve. Todo es terrible y desafiante". Y está el clima, que se suma a las condiciones geográficas. "Fueron semanas de esfuerzo físico intenso, donde estás siempre al límite de lo que puedes hacer. Seis semanas es mucho tiempo para estar esforzándote al máximo". --¿ Qué fue lo que más te sorprendió de lo que viste? --Lo más inspirador fueron todos los icebergs. Nunca había estado rodeado de ellos todo el tiempo. Fue realmente hermoso, pero también preocupante, porque vimos el aumento del nivel del mar. Y básicamente eso es lo que estábamos estudiando y aprendiendo allí. Algunos icebergs son del tamaño de pequeños pueblos, como pequeñas ciudades que están flotando hacia el mar. Podrías vivir en uno de ellos durante bastante tiempo hasta que eventualmente termines en el Atlántico Norte y el iceberg se derrita. Es deprimente, pero también increíble. Los próximos pasos Tras el fin de la postproducción de Artic Ascent, Alex Honnold está lleno de proyectos e ideas que va anotando en su libreta constantemente, al tiempo que realiza sus entrenamientos diarios.
Sigue motivado con escalar porque es lo que ama, pero también busca iniciativas que tengan más sentido para otros. "Arctic Ascent fue un proyecto ideal, porque pude combinar la escalada, que me apasiona, con algo que es realmente valioso. Hacer una gran escalada en paredes gigantes que nadie ha escalado antes es espectacular.
Pero, además, hacerlo en un lugar que es increíblemente importante par a l a c i e n c i a c l i m á t i c a y p a r a l a humanidad, me inspira", dice. Como sea, apenas volvió de Groenlandia se propuso una gran travesía en Red Rock Canyon, en el estado de Nevada, Estados Unidos. Dice que volvió tan motivado del Ártico que pasó seis semanas más o menos trabajando en esta nueva aventura, donde combinó escalada clásica y el estilo libre en solitario. El año pasado además subió el monte Vinson, en la Antártica, donde diseñó una nueva ruta. Y luego viajó a Alaska para una nueva serie de National Geographic. "Para mí, escalar es una constante: siempre lo estoy haciendo", dice, como si fuese necesario. Sin embargo, algo ha cambiado. Alex Honnold asegura que ahora también quiere estar en casa.
Sus prioridades también han cambiado de otra forma: espera pasar tiempo con su esposa, que está embarazada de su segunda hija. --Ahora que eres papá, ¿ves distinto la escalada, los riesgos? --Creo que el cambio más grande está en cómo elijo mi trabajo, en términos de las expediciones en las que estoy dispuesto a gastar mi tiempo, porque creo que con mi gestión del riesgo es muy similar.
Siempre trato de manejarlo de la manera más cuidadosa posible, pero ahora, con la familia, estoy mucho más atraído a proyectos como Arctic Ascent, donde puedo hacer algo de escalada de la que estoy orgulloso, pero también puedo hacer otro trabajo que me inspira y compartirlo con un amplio público de una manera que importa. Proyectos que son visualmente hermosos y que tienen un contenido importante. Hoy no quiero estar lejos de mi familia por tanto tiempo, y si lo hago, quiero que ese tiempo cuente. D FREE SOLO. Se entrena y prepara largamente las rutas antes de escalarlas en la modalidad libre y en solitario. En Groenlandia todo fue distinto. EL MER CURIO RECONOCIDOS. Mikey Schaefer y Hazel Finlay sobre la pared de Ingmikortilag. NA TIONAL GE OGRAPHIC / P ABL O DURANA EXTENUANTE. El californiano lideró la expedición por Renland, en el este de Groenlandia. En total fueron seis semanas de escalada, trekking con crampones, navegación y esquí en esta zona prístina. NA TIONAL GE OGRAPHIC / P ABL O DURANA GLACIAR. El equipo de Honnold hizo varios descensos en grietas congeladas como esta (aquí, él mismo). NA TIONAL GE OGRAPHIC / P ABL O DURANA INGMIKORTILAG. En plena escalada, en un paisaje marcado por la presencia de estos pequeños icebergs. NA TIONAL GE OGRAPHIC / P ABL O DURANA.