Autor: Gabriela Velásquez Figueroa
Un aniversario ignorado
40 años del Tratado de Paz y Amistad con Argentina, recordemos que la paz no es fruto del azar, sino del liderazgo responsable y de la búsqueda de consensos. Este acuerdo, logrado gracias a la mediación papal y al compromiso decidido de ambas naciones, demuestra que la diplomacia efectiva nose logra con retórica vacía, sino con acciones estratégicas y visión a largo plazo. Es un ejemplo de cómo resolver tensiones con altura y racionalidad. Es preocupante que este aniversario pase desapercibido, especialmente ante la falta de un liderazgo claro en nuestra política exterior y la notoria ausencia del canciller argentino en el Vaticano. Este episodio histórico nos recuerda que preservar la paz requiere no sólo decisiones acertadas en momentos críticos, sino también un compromiso constante para fortalecerla con el tiempo. Un Chile fortalecido debe apostar por una política exterior que priorice el diálogo y la cooperación, fundamentales para construir un futuro próspero y estable.