COLUMNAS DE OPINIÓN: Nuestra salud también depende de la salud de la Tierra
COLUMNAS DE OPINIÓN: Nuestra salud también depende de la salud de la Tierra Con la reciente conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, Ambiente, no solo conviene hablar del planeta, es importante hablar de nosotros.
La salud humana, como se ha hecho cada vez más evidente, no empieza ni termina en el cuerpo, cuerpo, sino que afuera, en la tierra que pisamos, en el agua que bebemos, bebemos, en el aire que respiramos y en los alimentos que cultivamos. Esta idea, que durante años fue vista como una mirada alternativa o ambientalista, hoy tiene nombre propio y reconocimiento global: One Health o Una Salud. Bajo este enfoque, la salud humana, animal y ambiental no se entienden entienden como unidades discretas, sino como partes de un mismo sistema interrelacionado. Si una de ellas se “enferma”, todo se resiente. En Chile, donde convivimos con sequías prolongadas, pérdida de biodiversidad, suelos degradados degradados y ciudades ciudades en expansión, expansión, este enfoque cobra una urgencia particular.
La aparición de enfermedades transmitidas por vectores, la resistencia antimicrobiana antimicrobiana asociada al uso excesivo de antibióticos antibióticos en la producción animal animal o los problemas respiratorios vinculados a la mala calidad del aire, no son fenómenos aislados, son señales y consecuencias de un entorno que ha dejado de estar “sano Y no se trata de dejar de producir, producir, de consumir o de desarrollarse, desarrollarse, sino de hacerlo mejor. Se refiere a asumir que nuestras decisiones individuales y colectivas colectivas como país, comunidades y ciudadanos, tienen efectos que van más allá de nuestras fronteras fronteras físicas. Un río contaminado, un bosque talado o un ecosistema desequilibrado terminan, tarde o temprano, incrementando el gasto gasto público y pasando la cuenta en hospitales, sistemas de salud y calidad calidad de vida. Adoptar el enfoque One Health como línea base para el uso del medio medio ambiente no es solo una forma de pensar, es una manera de planificar planificar el futuro.
Implica diseñar políticas que consideren los impactos cruzados cruzados entre salud, ambiente y producción; producción; formar profesionales que trabajen en conjunto desde la medicina, la ecología y la economía; economía; e invertir en ciencia aplicada aplicada que permita permita prevenir, no solo reaccionar. Porque, en el fondo, cuidar el medio medio ambiente no es un acto altruista, altruista, es un acto de supervivencia inteligente. Si no hay ecosistemas sanos, no habrá cuerpos sanos, ni animales, ni humanos, ni futuro. Nuestra salud también depende de la salud de la Tierra DR.
LEONARDO FERNÁNDEZ Académico Núcleo de Investigación en Sustentabilidad Agroambiental (NISUA) Universidad de Las Américas En Chile, donde convivimos con sequías prolongadas, pérdida de biodiversidad, suelos degradados y ciudades en expansión, este enfoque cobra una urgencia particular. ;1] Estimadas lectores, pueden enviarnos sus cartas al directorales siguientes correos: directordiariolaprensa. eJ edimdaprensa®gmacom los cartas enviadas a esta sección deben ser cortas, no exceder de un músxmo de 350 palabras y conssgnar la mdxssdnal, zacxón completo del rermteote, mcluveado so númem telefómcav la d, recc, ón se eeseeva el derecho de seleccxonae, extractar, resonar y tssilar las cartas, sustrayéndose a cualquier debate con sus corresponsales. No se devuelven las cartas que no son publicadas. ;1].