Madres, guaguas y médicos hambrientos en el único hospital de Gaza que trata la desnutrición
El Hospital de la Sociedad Benéfica de Amigosdel Paciente de Ciudad de Gaza está atestado de madres ojerosas y niños con cuerpos demasiado pequeños; ojos hundidos, tripas hinchadas y brazos diminutos Esel único centro pediá trico que trata ladesnutrición en el norte de la Franja, donde la hambruna se cobra cada día más vidas, la mayoría de niños. “Mi hija estaba muy muy gordita y estaba bien, corría y jugaba, se movía. Pero ahora mi hija no puede moverse, no puede mantenerse en puede Efe Nura Hijazi, de 29 años, mientras sostiene en brazos a la bebé Aisha, de un año y ocho meses. La pequeña es una de tantos niñosque pasan porlas consultas del hospitalen busca denutrientes parasuplir lafalta de alimento y unos precios desorbitados. Una lata de leche puede costarle a Nura 200 séquel (unos 50 euros). “Cada vezque vamosaun hospital o a un lugar que reparte suplementos (nutricionales), tedicen:Se acabó, no hay más”, explica Hijazi. Los pasillos están plagados de niños conectados a sondas, en algunos casos sujetados porlas propias madres. En las consultas, las enfermeras miden los brazos de los bebés con un metro dividido en tres colores: verde, naranja, y rojo; los simbolizan el riesgo que sufre el menor. Cuando ciñen la cinta métrica al brazo de una niña el resultado son 11 centímetros. Al hacerlo en el de un bebé, nueve. Rojo en ambos casos. HAMBRE PROVOCADA El directordel hospital, el doctor Said Salah, lleva más de dos décadas dedicándose a pero nunca antes había visto algo como lo que está ocurriendo en Gaza. De África(las hambrunas) se deben a factores civiles, pero noa la guerra, a detener, a asediar la comida. Eso lo hace el ser humano, noes natural” denuncia. “Esto es un acto humano, es horrible, de personasno reciben comida desde hace 22 meses”, añade sobre la duración de la ofensiva israelí. Israel ha limitado la entrada de comida, medicinas y combustible contra Gaza en octubre de 2023, sometiendo a los palestinos a una hambruna progresiva. En marzo, el Ejército cerró totalmenteelacceso de ayuda a la Franja durante once semanas (hastael 18de mayo), disparando la crisis de malnutrición. Según la agencia de la ONU pa ra los refugiados palestinos, Unrwa, de marzo a junio las sultas de niños de cinco años por desnutriciónensus clínicasse duplicaron, con uno de cada diezniñossufriendo desnutrición.
Durante meses, la crisis alimentaria en Gaza era visible ya que su vefaobligada a comer sólo arroz, legumbres y pasta, así como alguna otra conservaen lata: hay arroz, ni lentejas, ni macarrones, ni harina, ninada”, la menta Hijazi. El doctor Salahrelataqueestaescasez en las calles hace que, aun que den dealtaa un paciente, vuelvaal cabo de cuatro o cinco días. El hambre, queacechabaala población desde hacemeses, ha pasadoacausarestragos en Gaza. El fin de semana pasado, 33 personas murieron por desnutrición en Gaza, según el Ministeriode enclave; doce de ellos niños. En total, desde el inicio de la ofensiva israclí y hasta el viernes deestasemana, unas 122 personas habían muerto a causade ladesnutrición y 83 eran niños. “Sé que todo mi personal está desnutrido” advierte Salah, que te me de un equipo agotado y hambriento.
El Proama Mundial de Alimentos inormó asucentrodeque podía proveerde una comidaa pero no alos trabajadores. "ES TODO LO QUE TENGO" Cuando Najah Abu Shahada (19 años) llevó a su bebé al hospital “erasólo piel y huesos”, El niño, de ojos hundidos, mira a su madre mientras ella explica que nació pesando 2,6 kilos y que ahora sólo pesa tres. Comida desde hace mucho tiempo. No hemos visto el panen los Esperamos comidas dela caridad. Si vienen, comemos. Si no, nos vamos a dormir con hambre. Lojuro, nohecomidonadaenunasemana. El doctorme dijo que amamantara a mi hijo pero no puedo”, añade. Hace una semana que la joven duerme en el hospital. No quiere hacerlo, pero tiene demasiado miedo de perderalbebé“Es todo lo que tengo”, sentencia con semblante serio. Su marido murió en un ataque israelí el pasado diciembre,