El factor iraní
El factor iraní El asesinato de Haniyeh en Teherán, después de las ceremonias de asunción al cargo del nuevo Presidente iraní, Masoud Pezeshkian, atribuido pero no reconocido por Israel, archienemigo de los ayatolás, fue una dura humillación para Irán y demostró las debilidades de sus fuerzas de seguridad, incapaces de proteger a un invitado y aliado en su territorio. Esta muerte se suma a la de Fuad Shukr, asesor del líder de Hezbolá, otra milicia proiraní, hace una semana, en un ataque aéreo en Líbano. La presencia de Hezbolá en este último país, con sus enormes arsenales de misiles y cohetes, y miles de combatientes, ha sido un desafío permanente para Israel en su frontera norte. Desde Líbano, se lanzan constantes ataques contra localidades israelíes, los que se intensificaron desde las operaciones en Gaza, en solidaridad con los palestinos. En esta situación, en ambos lados se ha evacuado a decenas de miles de habitantes hacia zonas más seguras.
El asesinato de Shukr fue en represalia por la muerte de 12 niños drusos israelíes en las Alturas del Golán, en un ataque que Hezbolá trató de desmentir cuando se supo la identidad de los menores: en Líbano, los drusos son aliados suyos.
Para Irán, el apoyo a los palestinos y otros grupos militantes que luchan contra Israel es parte de la política que los ayatolás implementan desde la revolución islámica de 1979, y se enmarca en su posición de no reconocimiento del derecho de Israel a existir como Estado. Para Teherán, Israel es un poder imperial asentado en el Medio Oriente, una avanzada militar de Estados Unidos que ha ocupado territorio que no le pertenece, por lo que es lícito buscar su eliminación.
El apoyo irrestricto de Washington a la defensa de Israel hace difícil que este objetivo sea logrado, pero la enemistad entre los dos países es lo que mantiene tan inestable la región, creando condiciones para que se produzca un conflicto de mayor alcance y se expanda a las naciones vecinas. El líder supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei, ya habría ordenado una represalia contra Israel, la que debe ser muy bien calculada por el gobierno de Pezeshkian, si quiere evitar que escale en una guerra regional.
Quizás la respuesta sea similar a la de abril, cuando --tras el ataque que cobró la vida de varios oficiales iraníes en Damasco-Irán lanzó una masiva, si bien poco efectiva, ofensiva con misiles y drones contra territorio israelí. Si ahora fuera más contundente, las probabilidades de escalamiento serían altas y las esperanzas de una pronta solución a la guerra de Gaza se esfumarían.. - -