TRANSMUTADORES DEL ARTE LOCAL
TRANSMUTADORES DEL ARTE LOCAL "Taller de los Alquimistas", en Valparaíso En una casona del siglo XIX, ubicada en calle Lautaro Rosas del Cerro Alegre, funciona desde hace 23 años un espacio para la creación, exhibición y venta de grabados, pinturas y dibujos de los artistas Herna Freiberg y Jorge Martínez, y que también ha sido un importante enclave para la formación de destacados grabadores locales y nacionales. T EXTO : M ARCELO M ACELLARI C.
F OTOS : C EDIDAS TRANSMUTADORES DEL ARTE LOCAL. 16 CASAetc ARTE D esde ya hace 23 años el grabado, la pintura y el dibujo en Valparaíso tienen uno de sus principales enclaves en el "Taller de los Alquimistas", a cargo de los artistas Herna Freiberg y Jorge Martínez.
El nombre del lugar surgió de una exposición de aguafuertes que Martínez hizo en la Sala Viña, en 1998, que llevaba por título "Grabados del Alquimista", a partir del texto curatorial que escribió el historiador de arte Jorge Salomó. "A él le llamó la atención cómo yo trabajaba con los metales y lo asoció con la alquimia.
Justo en ese tiempo estábamos abriendo este espacio, así que lo bautizamos como `Taller del Alquimista' y, al incorporarse Herna a tiempo completo, quedó en plural", cuenta el artista y académico, quien es uno de los referentes del grabado local y nacional. Herne Freiberg, su esposa, comenta que "no deja ser interesante la relación en que los alquimistas pretendían transforman los metales comunes en oro y nosotros transformamos el metal en obras de arte. Es una transmutación". Y Jorge Martínez agrega que "de hecho, muchas de las planchas que uso para hacer grabado las encontré en la basura.
Es decir, reciclas y tras una serie de pasos mágicos le das un valor a algo que no lo tenía". El "Taller de los Alquimistas", ubicado en calle Lautaro Rosas 330, en el Cerro Alegre, abrió oficialmente sus puertas el 8 de enero de 2000 y la pareja de artistas, quienes además son filósofos, lo definen como un taller-galería. "A la entrada está la galería donde exhibimos nuestras obras y donde las vendemos también. En la parte de atrás está la creación, a un lado mi taller y en el otro el de Jorge. Exhibimos obras de otros artistas, pero un número menor, porque no es fácil conciliar nuestros intereses y sus exigencias", explica Herna.
Si bien el taller se conoce principalmente por los grabados, la artista advierte que "tratamos de que sea más o menos equilibrado, pero como la pintura es un proceso más lento tenemos menos obras en esta técnica que los grabados expuestos, ya que el grabado es una matriz de la que se puede sacar más copias, entonces siempre va a haber un ejemplar para exponer. Y, por ejemplo, Jorge se ha demorado más de 10 años en acabar una pintura y las mías más o menos un año, dependiendo del tamaño.
Por eso da la impresión de que nos dedicamos más al grabado". El objetivo de este espacio es difundir el trabajo de ambos artistas, además que durante muchos años se dedicaron a la enseñanza de las técnicas del grabado calcográfico. "Partimos teniendo las prensas en el que hoy es el espacio de exposición explica Herna Freiberg-, de manera que cuando llegaban las personas podían ver el proceso de impresión y de creación del grabado. Ahora tenemos las prensas en la parte de atrás de la casa, que está restaurada y es donde pusimos los talleres, porque se oxidaban mucho. De todas maneras, si a alguna persona le interesa, le mostramos el taller y si coincide que cuando llega estamos imprimiendo un grabado, la invitamos a que se quede a ver el proceso.
O si hay grupos de turistas que quieren ver el taller, deben agendar con tiempo y nosotros preparamos el espacio para mostrarles el proceso". RUTA A LA ABSTRACCIÓN A la hora de definir su trabajo, Jorge Martínez, especialista en grabado en metal, explica que "estoy pasando por una transición que lleva ya 20 años, lo cual no deja de ser un paso lento, pero paso al fin, de la figuración a la abstracción, en el límite de la no figuración. Estoy pasando de las imágenes que representan cosas a imágenes que tienen sentido en sí mismas. En ese sentido, me muevo en el límite de lo orgánico o natural y lo inorgánico. En ese límite estoy, planteando la idea de un arte menos narrativo y de un simbolismo más complejo, donde la obra está abierta a la lectura del espectador.
Me gusta que la gente vea cosas en lo que hago, como en el Test de Rorschach, porque para mí el arte es como un catalizador de energía que provoca respuesta". El artista detalla que "he ido pasando de las temáticas más tradicionales, como una obra sobre el paisaje de Machu Picchu o un árbol, a un trabajo que es más ritmo de líneas, texturas y formas, para que la gente componga su historia. Lo mismo me está pasando en pintura, porque yo trabajo cuatro áreas: grabado, monotipia, pintura y dibujo. En las todas hay el mismo feeling y en todo este cambio hay una constante, que es que todas confluyen en la misma idea, ya que antes iban por caminos distintos. Es orgánico-vegetal, pero de líneas más bien abstractas.
Tiendo a la abstracción, pero en el límite, porque nunca voy a poder hacer una obra completamente abstracta, pues mi trabajo siempre necesita un anclaje en cierto nivel de representación, aunque sea muy etérea". SÍMBOLOS Y SUEÑOS Por su parte, Herna Freiberg señala que el dibujo es la técnica que más le gusta: "Quisiera dedicarme solo a ella, pero lamentablemente no se aprecia tanto el dibujo. Es una obra única, a la cual yo le dedico mucho tiempo. Sin embargo, creo que en algún momento el dibujo va a adquirir la misma importancia que ha adquirido el grabado.
Obviamente, para ser un buen grabador y un buen pintor, la base es el dibujo". "A mí me gusta mucho vincular mi arte detalla-, con un aspecto de la sicología jungiana, todo lo que es el estudio de los símbolos y el análisis de los sueños. A través de los grabados que hago trato de profundizar en los sueños que yo tengo, siempre desde esta perspectiva sicológica. La casa es un elemento recurrente en mis sueños, lo mismo que árboles y lagos. Además me nutro mucho de la literatura, sobre todo la literatura de tipo místico. Me interesa particularmente el misticismo judío y lo trato de llevar a las imágenes que hago, siempre relacionado con el análisis jungiano.
Me atrae también el estudio de las religiones, que es un aspecto de la filosofía que todavía perdura en mí". DE QUITO A VALPARAÍSO La historia personal y artística de esta pareja de creadores comenzó en Quito, donde Jorge llegó a estudiar Filosofía en la Universidad Católica del Ecuador, carrera en la que fue compañero de quien sería su futura colega y esposa, quien es ecuatoriana nacionalizada chilena. "Nos conocimos en 1982 y desde entonces estamos juntos", cuenta Martínez, quien a instancias de su pareja comenzó a estudiar grabado. "Herna -relatame contactó con unos L A PAREJA DE ARTISTAS CREADORA DE ESTE ESPACIO, QUIENES ADEMÁS SON FILÓSOFOS, LO DEFINE COMO UN TALLER GALERÍA. TRANSMUTADORES DEL ARTE LOCAL. grabadores del taller de la `Casa de la Cultura Ecuatoriana', que abría un curso de grabado y lo impartía un pintor y grabador llamado Carlos Viver.
Fue mi primer profesor y estuve en ese taller hasta 1985 y al año siguiente hice un curso de grabado con Luciano Mogollón, quien después va a ser mi maestro y me lleva a un taller llamado `Grafi-K', para dar clases de grabado abiertas al público". El artista detalla que "aprendí las técnicas más antiguas de la calcografía, porque hay cuatro familias clásicas de grabado.
La más antigua es la xilografía (grabado en madera), que es en la que se ha especializado Herna; después viene la calcografía o grabado en metal, la cuales mi especialidad, que corresponde a fines del siglo XIV y principios del siglo XV.
De ahí viene la litografía, que es a fines del siglo XVIII, y finalmente la serigrafía, que es de fines del XIX y principios del XX". Respecto al paso de la filosofía al arte, para Herna Freiberg fue algo natural, porque "desde que yo era pequeña siempre dibujaba en los márgenes de los cuadernos, sin tener una idea muy concreta de que me iba a dedicar al arte.
Era un impulso simplemente y cuando conocí a Jorge él ya había tomado clases de pastel y me empezó explicar las técnicas, así que ahí me di cuenta que sí podía estructurar la idea del arte. Hasta ese momento era para mí sólo el impulso de dibujar, pero aprendí que podía seguir ciertas normas, reglas y principios para hacer arte de oficio y de calidad.
Fue un poco por la influencia de Jorge que me dediqué a esto oficialmente". Su pareja en tanto comenta que "me interesaba mucho la física y las matemáticas, así que de ahí pasé a la filosofía como una comprensión más general del saber y del pensamiento.
Sin embargo, de pronto me di cuenta que la filosofía, sobre todo la filosofía moderna o contemporánea era más bien crítica de los límites de la realidad; entonces no era un sistema para explicar las cosas, sino para cuestionarlas, entonces tenía otro sentido estudiar filosofía.
Consideraba que eso estaba bien, pero que a mí lo que me interesaba era construir mundos más personales e intuitivos, y que de pronto la dimensión racional o matemática de la realidad tenía su importancia, pero también la tenía la parte más emocional y expresiva.
Al igual que Herna, yo tenía intereses artísticos desde muy chico, porque mi mamá pintaba y yo metía la cuchara, así que poco a poco, cuando estaba estudiando Filosofía, decidí dedicarme al arte de manera más profesional y permanente, porque no me satisfacían las matemáticas y la ciencia completamente, sino que necesitaba esta otra dimensión más expresiva y emocional". "El arte profundizapara mí no es cuestionamiento, aunque mucha gente lo vea así y es súper legítimo, sino que expresión y descubrimiento de nuevos mundos. Ese es mi enfoque del arte. La filosofía es más bien un pensamiento analítico y de juicio, sobre todo post Kant, con esa finalidad tan moderna de poner todo en cuestionamiento.
Para mí el arte es un viaje de descubrimiento más que una crítica de lo que ya se conoce". "TALLER 99" Al volver a Chile, en febrero de 1992, tras ser parte de la "Casa de la Cultura Ecuatoriana" y el "Taller Grafi-K", Jorge Martínez quiso continuar con sus estudios de grabado, porque si bien hacía también pintura y dibujo, estaba muy interesado en esta técnica: "Pregunté cuál era el taller más profesional que había en Chile y gracias a un contacto me presenté en `Taller 99', en Santiago.
Fui aceptado y entré a trabajar cuando todavía estaba vivo Nemesio Antúnez". Sobre la experiencia en este espacio clave del arte nacional, dice que "me permitió entender cuál era el estado del grabado chileno, introducirme un poco en el medio, porque no lo conocía, ya que al formarme en Ecuador necesitaba contactarme con el medio y conocer galeristas, artistas, críticos y coleccionistas, para ver cómo se movía el mundo del grabado nacional.
Desde el punto de vista creativo fue muy importante mí el intercambio con Nemesio Antúnez y Rafael Munita, porque ellos me ayudaron a complementar mi formación como grabador, porque sobre todo habían ciertas técnicas que no conocía.
Así completé mi formación como grabador y, a la vez, al dar clases en Valparaíso, pude aplicar eso en la docencia, empezando a formar generaciones de grabadores". CASA PERFECTA Por temas familiares, la pareja volvió a la región en 1997 y Jorge Martínez consiguió trabajo en la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha, porque la profesora que estaba a cargo del ramo avanzado de grabado, Pilar Domínguez, se fue a vivir a Italia. "De esa manera yo pude dedicarme acá al grabado, tanto en la parte docente como creativa", cuenta el también académico.
Poco tiempo después, la dupla de artistas encontraría en Cerro Alegre su casa y futura sede del "Taller de los Alquimistas". "Fue un hecho muy fortuito cuenta Herna Freiberg-. Un 10 de julio de 1998, cuando estábamos de aniversario, vinimos a pasear a Valparaíso, porque nos gustaba mucho. Bajamos por Miramar y cuando entramos por un pasaje que está atrás, vimos el patio de la casa y la parte de la edificación que se proyectaba hacía allá.
Jorge la vio y me dijo `mira, esa casa sería genial para vivir y tener los talleres ahí en la parte del patio'. Dimos la vuelta y nos encontramos con que la casa se vendía". La propiedad se encontraba en buenas condiciones, pero estaba dividida. D URANTE VARIOS AÑOS J ORGE M ARTÍNEZ Y H ERNA F REIBERG SE DEDICARON A LA ENSEÑANZA DE LAS TÉCNICAS DEL GRABADO CALCOGRÁFICO. TRANSMUTADORES DEL ARTE LOCAL. Arriba tenía un departamento y abajo otro. Tenía cocina y baño en cada piso, así que lo que se hizo fue dejar el primer piso como taller y galería, mientras que el segundo se destinó a vivienda. Además, unieron el primer y segundo piso para comunicarlos.
La parte de atrás del primer piso, que correspondía a la cocina original, la restauraron para instalar los talleres. "Por lo que hemos podido averiguar dice Freiberg-, la edificación data de alrededor de 1870 y corresponde a las primeras casas que se construyeron en esta línea, porque las de al frente se edificaron posteriormente.
Creemos que es cierto lo de la fecha, porque esta casa es de adobe tendido y no tiene travesaños entre medio, a diferencia de las casa del frente, que sí tienen travesaño y un adobe más angosto, lo cual da cuenta de una construcción posterior". La artista explica que "pensamos que era un buen lugar para instalar aquí el taller y la idea original era tener alumnos para dar clases, pero a medida que nos fuimos dando cuenta que en Valparaíso había mucho turista, se nos ocurrió abrir las puertas y efectivamente entraban y se interesaban por el trabajo. Así nació la idea de tener la galería junto con el taller.
En el 2000, cuando Jorge empezó a trabajar en la Upla, la universidad no tenía talleres de grabado, entonces los alumnos venían a recibir las clases acá". Martínez señala que "además nosotros abrimos el taller a otros artistas y durante muchos años trabajamos dando clases, de técnicas de calcografía, lo cual también fue bueno, porque me permitió relacionarme no solo con estudiantes, sino con artistas ya más profesionales". Entre los artistas que pasaron por el taller figuran Luis "Beto" Martínez, Claudio Francia, Juan Subercaseaux, Gabriela Robin y Virginia Maluk, junto a artistas de Ecuador, Estados Unidos e Irlanda. "La formación del grabado es continua y siempre alguien aporta algo", dice la artista, mientras Jorge Martínez agrega que "eso es lo bonito de dar clases, porque te mantiene activo y vigente. Y el intercambio con los artistas es permanente. Además, la enseñanza del grabado es persona a persona, lo cual hace que uno tenga que plantearse los desafíos de las obras de los otros como propias, entonces siempre hay conversaciones interesantes.
Sin embargo, desde el año pasado dejamos de dar clases acá, para dedicarnos a nuestras obras". ECLOSIÓN DEL GRABADO Desde que en 2000 se instaló el "Taller de los Alquimistas", Valparaíso ha sido testigo de una eclosión del grabado, con el Museo Universitario del Grabado (MUG) instalado a metros de este espacio, "Casaplan" y la Fundación "Santos Chávez", entre otras instancias. Respecto a este fenómeno, Herna Freiberg señala que "desde el punto de vista de galerista, puedo decir que al principio las personas entraban acá, miraban los grabados y preguntaban si eran fotografías, dibujos o fotocopias. No conocían la técnica del grabado y ahora es increíble, porque distinguen entre un aguafuerte o una punta seca. Junto a la eclosión de grabadores también hay un conocimiento sobre la técnica y las personas valoran el trabajo. Al principio, en cambio, solo preguntaban por óleos.
Ahora saben que un grabado es valioso y que el papel no se va a deteriorar, así que compran las obras con seguridad". Mientras que Jorge Martínez destaca que "tuve la fortuna de ser parte de la formación del Museo del Grabado y soy el conservador de este espacio.
Y fui representante de la Upla, desde que entré a la Facultad de Arte, en el Fondo de las Artes, que era la colección que se estaba formando con la donación de obras de Carlos Hermosilla y otros grabadores.
Así que he ido viendo el desarrollo de este espacio, lo mismo que de `Casaplan', cuya directora, Javiera Moreira, que era colega y amiga del `Taller 99', cuando llegó acá me pidió que hiciera la curatoría de la primera exposición, dedicada a grabadores locales, donde yo seleccioné a los que creía que eran los más representativos del momento, entre ellos Roberto Acosta, quien pasó a formar parte del equipo de `Casaplan'", "De alguna manera -agregahemos tenido la suerte de estar en los momentos clave y situaciones importantes para desarrollar el grabado. Hemos podido hacer esa labor, porque después de la muerte de Carlos Hermosilla el grabado a nivel local queda un poco desarticulado, porque él era quien conectaba todo esto. Ahí surge el nombre de Pilar Domínguez, quien forma varios talleres y es una de las fundadoras del Centro de Grabado Valparaíso.
Fue muy importante su labor, pero ella se tiene que ir, por temas familiares, y yo ocupo un poco ese lugar, porque tenía el vínculo con el `Taller 99'. Y hasta el día de hoy en el ambiente de los grabadores nos conocemos todos, lo cual ha contribuido a estos vínculos". Además, destaca que "a nivel de público esto ha dado sus frutos, porque tanto las universidades, los talleres, las colecciones y los museos han ido dándole relevancia al grabado en la escena artística y ya no se ve como algo menor frente a la pintura. Hay más interés de los medios de comunicación y se da un desarrollo integral del tema, porque no ocurre por casualidad. Desde que yo hago clases en la Upla han pasado 23 años y son un total de mil alumnos con formación de grabado.
Si a eso uno le suma el taller del Bellas Artes de Valparaíso y el de Viña del Mar, `Casaplan' y otros talleres que han surgido, tenemos un desarrollo donde más que sumar hay que multiplicar". El "Taller de los Alquimistas" está abierto de jueves a lunes, de 11:00 a 19:00 horas. @hernafreiberg @jorgemartinezgarcia11 L A CASA FUE CONSTRUIDA EN LA DÉCADA DE 1870 Y ES DE ADOBE TENDIDO Y NO TIENE TRAVESAÑOS ENTRE MEDIO, A DIFERENCIA DE OTRAS CONSTRUIDAS POSTERIORMENTE EN EL SECTOR. TRANSMUTADORES DEL ARTE LOCAL.