Uso de RR.SS. .: ¿prohibir o educar?
Cristina Cid Fundación Kodea ecientemente, Australia aprobó una ley que prohibe el uso de redes sociales a los menores de 16 años, con el objetivo de prevenir los efectos perjudiciales como el ciberacoso, la exposición a contenido dañino, el contacto con acosadores en línea y el impacto negativo en la salud mental y el desarrollo. Esta prohibición es un ejemplo del debate generado a nivel mundial sobre el uso del celular en niños, niñas y adolescentes y su impacto en los resultados de aprendizaje y bienestar. Lamentablemente, la discusión es tecnocentrista, cuando lo importante es analizar si estamos enseñando a hacer un uso seguro —y productivo— de las tecnologías digitales. La clave es empoderar digitalmente a los jóvenes para que comprendan los riesgos y beneficios de estas plataformas y puedan manejarla de manera crítica y responsable; como ciudadanos digitales competentes. Esto requiere una educación digital transversal que abarque tanto el ámbito escolar como el hogar. Se deben implementar programas de formación para la comunidad educativa (apoderados, docentes, directores, psicólogos, trabajadores sociales) para educar en ciudadania digital y en el uso responsable del celular. Nuestra experiencia de10 años en progra'mas de educación digital nos ha mostrado que los estudiantes con buenas competencias digitales son menos propensos a sufrir ciberacoso, problema en alza. Según el estudio de Acción Colectiva, “Estado de la convivencia escolar entrando al último trimestre de 2024”, las denuncias de ciberacoso aumentaron en un 15,5 % respecto de 2023. En este sentido, la edad mínima para usar redes sociales efectivamente bordea los 16 años, ya que en ese periodo el cerebro está más desarrollado en aspectos emocionales. Esto no significa esperar sin hacer nada; es necesario trabajar desde antes en educación socioemocional para fortalecer la capacidad de los niños y niñas de enfrentar los desafios del mundo digital. En un mundo lleno de información e incentivos, incorporar valores como respeto, privacidad, responsabilidad y empatía desde la infancia es crucial.
Si logramos integrar la educación digital en la etapa de la adolescencia, estaremos preparando mejor a los jóvenes para tomar decisiones informadas, ser críticos de lo que ven en redes sociales y ejercer su libertad de manera informada y consciente.