Chile y Argentina: no hay otro camino que el diálogo y la integración
Chile y Argentina: no hay otro camino que el diálogo y la integración Altjaudwo KLla, too, k, Sacador por Magallanes Se Se cumplieron 40 años de La firma del Tratado de Paz y Amistad PA1 cnt re Chile y Argentina, calificado por fuentes eicpertas como La piedra angular de la relación moderna entre Chile y Argentina. Un tratado que sobrevivió al anonimato político al que lo condenaron sucesivos gobiernos Iras la recuperación democrática, ya que al igual que la Constitución vigente, lleva el sello del gobierno militar. St reflotamiento político no sólo tiene que ver con sus 441 años de vida, sino a la clara convicción de su crucial importancia para las relaciones bilaterales.
Quienes crecimos y vivimos verdaderamente el conflicto de l97S en nuestra querida Región de Magallanes lo hicimos con tensión y preocupación, no sólo porque lo percibimos en nuestra vida cotidiana, sino porque de haber ocurrido se habria compromolido una vertebra fundamental de nuestra raíz magallánica: la “privada” de Milei a Chile, sus izscontinencias izscontinencias verbales, los cruces durante la reunión del G-20 en Brasil, Brasil, etc.. terminaron por cultivar un ambiente indecoroso, primero en el Vaticano ante Su Santidad y lue go en el canal Eeaglc. A estas alturas es evidente que las diplomacias de ambos Estados no estuvieron a la attura de lo que el grueso de ambos pueblos esperaba: simplemente recordar 1r vivir la paz. Asomó una rusticidad y una tosquedad desconocida en la relación relación bilateral, que fue acompañado por un tono grosero y agresivo que debe cesar.
Delante de nosotros tenemos desafíos que superan con creces las capacidades do paises periféricos como los nuestroa Un solo ejemplo, el mismo psis (Rusia) que dice haber hallado petróleo bajo la plataforma continental chilena (y que Argentina también reeLamaLy que mantiene una flota flota de una decena de rompehielos (varios de ellos nucleares), os el misma que quebranté el derecho internacional atacando a Ucrania, y que no trepidará en transgrcdirlo de nuevo para privilegiar sus ambiciones ambiciones en el continente blanco. Es sólo la punta del iceberg de un-a era con potencias más rapaces, más ambiciosas y agresivas ante lo que ofrece el extremo austral de ambos paises. Ante ello, no queda otro canstno que más diálogo y más integración entre nuestros das paises. Chile y Argentina: no hay otro camino que el diálogo y la integración profunda e histórica integración entre los pueblos patagónicos y fueguinos de nuestros dos países.
Así como en aquellos alicia, los bochornos bochornos de esta semana exponen la desorientación estratégica de am boa gobiernos en torno al papel central de [a australidad en oste nuevo orden global y nuestras debilidades como paises pcrifóricos. pcrifóricos.
La relación entre Chile y Argentina se fortalece a medida que laeordilLcra se adclgaza hacia el sur, y la paz austral constituye un patrimonio cultural y un bien ionsaterial del que ambas capitales (y gobiernos) debiesen ilustrarse mcforr ya que las controversias actuales no expresan la urgencia de apurar ci tranco de un diálogo estratégico de cara ales próximos 40 años. Las desavenencias entre los presidentes BoricyMilcise arrastran arrastran desde hace meses, cuando el nuestro protestó ante las seo saciones saciones del segundo por las supuestas operaciones del grupo terrorista Hezbollah en Chile. La misma sensibilidad surgió con el incidente de los paneles solares argentinos construidos en torritorio chileno, habitado desde hace décadas por destacamentos de ambas Arrasadas, que no tenían claro la frontera en eso lugar. La deausada reacción de nuestra rnirtistra de Defensa ante la presencia de aviones desconocidos desconocidos sobrevolando el estrecho de Magallanes, la impropia visita.