Seguridad en los valles
Seguridad en los valles EDITORIALa aprobación de la L instalación de 120 cámaras comunitarias en el Valle de Lluta es un avance importante en la mejora de la seguridad en una de las zonas agrícolas más relevantes de la región. Con una inversión de más de 77 millones de pesos, este proyecto responde aunanecesidad urgente de los habitantes y agricultores del sector, quienes han visto amenazada su tranquilidad por diversos hechos delictuales. Sin embargo, esta medida debe ser el comienzo de un esfuerzo más amplio y sostenido para garantizar la seguridad en todos los valles de Arica y Parinacota. El Valle de Azapa, por ejemplo, ha sido escenario de casos policiales lamentables, lo que deja en evidencia la necesidad de replicar este tipo de iniciativas enel sector. No se trata solo de vigilar, sino de actuar con rapidez y eficacia.
El monitoreo de cámaras debe ir acompañado deuna respuesta inmediata por parte de los organismos de orden y seguridad, pues de nada sirve registrar un delito si no se dispone de los recursos para prevenirlo o reaccionarésLa seguridad no debe ser vista como un privilegio de las zonas urbanas”. oportunamente. La seguridad en comunidades alejadas del radio urbano requiere estrategias integrales que combinen tecnología, mayor dotación policial y planes de acción concretos. El crecimiento dela población y la expansión de la actividadagrícola hacen que la protección de estos territorios sea cada vez más crucial.
Las cámaras de vigilancia son un avance, pero el verdadero desafío es garantizar que la sensación de seguridad se traduzca en hechos concretos: presencia policial efectiva, coordinación con las comunidades y un sistema de respuesta ágil ante emergencias. La seguridad no debe ser vista como un privilegio de las zonas urbanas. Los valles de Lluta, Azapa y también Chaca son fundamentales para la economía y el desarrollo de Arica y Parinacota, y sus habitantes merecen la misma protección que cualquier ciudadano de la ciudad.
Es imperativo que este tipo de se proyectos continúe y amplíe, asegurando que las comunidades rurales puedan vivir y trabajar con tranquilidad, sin que la distancia de los centros urbanos se convierta en un obstáculo para su bienestar.. EDITORIAL