Autor: DANIELA SEPÚLVEDA Directora Centro de Estudios Nueva Política Exterior
Un puente entre generaciones
Señor Director: En una columna publicada por Daniel Mansuy el pasado 16 de junio, este califica duramente la gestión del ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren. Quisiera abordar algunos de sus dichos en esta contestación.
La política exterior de Chile, la reputación de nuestro país y el reconocimiento de nuestro actuar internacional no es algo que debe tomarse a la ligera, mediante apreciaciones personales que rozan de forma extravagante la falta de entendimiento sobre estos asuntos. Las instituciones son forjadas por el trabajo y la experiencia de personas que, en este caso, han dedicado su vida profesional y académica a la política exterior. Van Klaveren ocupa un lugar de transversal reconocimiento político, defendiendo sin fatiga los intereses de Chile. Junto con ello, ha sido un formador, un puente entre generaciones. Son incontables los internacionalistas que reconocemos su contribución al pensamiento crítico y al desarrollo de una política exterior guiada por la ética. A pesar de toda esta experiencia, Mansuy caricaturiza erradamente a Van Klaveren como un líder obsoleto y nostálgico en medio de una juventud turbulenta. Nuestro canciller, al contrario de lo insinuado, ha demostrado una admirable capacidad para adaptarse a los desafíos contemporáneos. Su labor ha sido fundamental para mantener la estabilidad de nuestra política exterior, basándose en principios de derechos humanos, democracia y cooperación internacional. La idea de que su experiencia previa no posee vínculo con su desempeño actual subestima la riqueza de conocimientos que aporta y cómo estos benefician al país en el escenario global actual. En este contexto, la implementación de la política exterior feminista y la política exterior turquesa nos hablan de una Cancillería que propone, articula e innova, atendiendo las urgencias propias de los tiempos que vivimos. A eso se suma el seguimiento proactivo de nuestras delicadas relaciones vecinales. Ejemplo de ello es la robusta respuesta que el Presidente Boric mostró ante la intromisión de Argentina de construir una infraestructura en una zona de la región chilena de Magallanes. La política exterior está en constante perfeccionamiento. Sin embargo, Chile, a diferencia de muchos países de nuestra región, transmite seriedad y certidumbre en tiempos tumultuosos. Este es un patrimonio de nuestra diplomacia, del que todos los chilenos y chilenas debemos sentirnos muy orgullosos.