CARTAS: Corte
Corte Señora Directora: El reciente apagón eléctrico que afectó a millones de personas en España, Portugal, Andorra y el sur de Francia -sumado al presentado el pasado 25 de febrero en Chileexpone en general nuestra extrema dependencia de la tecnología para realizar pagos. Sin electricidad, en los casos de Chile y España, millones de personas se encontraron con dinero en sus cuentas, pero sin posibilidad de usarlo. En este contexto, el efectivo demostró ser más que un método tradicional: fue una herramienta de resiliencia que no necesita conexión, señal ni batería. Su vigencia no es un retroceso, sino una garantía de continuidad ante situaciones de crisis, como catástrofes naturales o fallas técnicas masivas. Frente al avance digital, es urgente mantener un equilibrio. Para muchos —adultos mayores, comunidades rurales o personas sin acceso a tecnología— el efectivo no es una alternativa, sino una necesidad. Excluirlo significa dejar atrás a sectores vulnerables de la población. No se trata de frenar la innovación, sino de construir un sistema de pagos más inclusivo y robusto, donde lo digital y lo físico coexistan para protegernos mejor cuando el sistema falla. Mauricio Goncalves Prosegur Cash en Chile