EL TUPUNGATO ya está a la vista
EL TUPUNGATO ya está a la vista E l dinero no hace la felicidad, pero un buen helicóptero a veces sí.
Sobre todo si uno pretende llegar rápido y sin mayores esfuerzos a uno de los lugares de Santiago que, a estas alturas, se ha convertido en un auténtico mito viajero: el valle del volcán Tupungato, la mayor cumbre de la Región Metropolitana y la más alta al sur del Aconcagua, con 6.570 metros. "Operar aquí realmente es un desafío, porque estamos en el límite con Argentina, es realmente dentro de la cordillera", dice Francisco Fluxá, dueño de la empresa Rotortec y uno de los pilotos del Airbus H-125, hoy considerado el mejor para volar en alta montaña: de hecho, logró aterrizar en la cima del Everest.
Es una soleada mañana de noviembre y Francisco, el Lobo del Aire chileno, se acaba de bajar de su helicóptero y --tras un vuelo de poco más de 30 minutos desde el Helipuerto de Santiago, en Ciudad Empresarial-ahora está sentado sobre una roca observando el espectáculo que lo rodea: un anfiteatro de enormes montañas nevadas y rocosas de cinco y seis mil metros de altura. Si hubiésemos venido caminando hasta acá, nos habríamos demorado dos días. Pero ahora, sin transpirar una sola gota, tenemos los pies en el escenario: al frente, con su cumbre nevada, está el Tupungato. Escondido por un valle hacia la derecha, el Tupungatito. Un poco más allá, el Sierra Bella. A la izquierda, el cerro Gran Bizcocho, con su impresionante muralla triangular como enterrada en el suelo. Al otro costado, hacia arriba, unas torres de piedra que en este momento nadie recuerda sus nombres, pero que les dicen "las torres del Maipo", porque es lo más lógico. Y hacia atrás, el enorme valle del río Colorado y otras cimas nevadas como la del Polleras y el Polleritas, solo por mencionar dos de las que sobresalen en el horizonte.
El lugar al que acabamos de llegar se llama Aguas Azules, está a 3.160 metros de altura y es el sitio exacto donde por estos días se termina de construir el refugio del Tupungato, el segundo --después del que se levantó el año pasado en el volcán Calbuco-de "Los 16 de Chile", el proyecto que soñara el fallecido montañista Juan Pablo Mohr tendiente a crear 16 refugios de montaña en las cumbres más altas o emblemáticas de cada región de Chile, y que hoy es ejecutado por la Fundación Deporte Libre.
Francisco Fluxá está a cargo de una de las tareas más complejas de esta obra: transportar en helicóptero 35 mil kilos de materiales --de paneles de madera y sacos de cemento a tornillos y golillas-hasta el lugar donde se construye el refugio.
Los vuelos son cortos --duran siete minutos desde el sector de Chacayar, que está mil metros más abajo--, pero son unos 30 por día: el helicóptero puede llevar hasta 700 kilos y, además, se debe revisar constantemente las condiciones meteorológicas, que pueden cambiar en cualquier momento. "Este es un lugar que muy poca gente conoce, pero sin duda es muy espectacular por la cantidad de cumbres sobre cinco mil metros que hay.
Una zona súper inexplorada", explica Francisco Fluxá, quien lleva años volando sobre los Andes. "Además, yo fui compañero de curso de universidad con Juan Pablo, así que para mí es un honor apoyar esta iniciativa". El largo camino a la cumbre Esta es una de las zonas de mayor importancia hídrica para la Región Metropolitana, así que la analogía funciona especialmente bien: tuvo que pasar mucha agua bajo el puente para lograr la construcción de este refugio. Primero que todo, había que encontrar un lugar, lo que se determinó en febrero del año pasado, durante una expedición organizada por la Fundación Deporte Libre a esta cumbre.
El sitio elegido fue el sector de Aguas Azules, una parada histórica de arrieros en esta ruta que, además, está justo en la divisoria de los valles del Tupungato y el Tupungatito (y tiene una vista de frente al volcán). En ese viaje participó el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, un apasionado por la montaña que, pese a no alcanzar la cumbre del Tupungato aquella vez, quedó fascinado con la experiencia: no solo se tatuó el volcán en el brazo izquierdo, sino que además comprometió el financiamiento para la obra, con 380 millones de pesos (además aportan las empresas privadas The North Face y Rotortec). Aparte del dinero, también había que tener los permisos necesarios para construir en esta zona, que en rigor es territorio fiscal, pero con acceso restringido: para entrar, primero se debe solicitar un permiso en el sitio web del Ministerio de Bienes Nacionales, el cual debe ser presentado en la portería que la empresa hidroeléctrica AES Andes tiene en el sector de El Alfalfal.
Todo este valle --y su vecino valle del río Olivares-ha hecho noticia en los últimos años por ser el sitio donde la campaña ciudadana Queremos Parque --hoy renombrada como Queremos Tupungato-EL TUPUNGATO ya está a la vista Si todo continúa según lo planificado, a mediados de diciembre se terminará de construir el refugio en el volcán Tupungato, parte del proyecto que soñara el fallecido montañista Juan Pablo Mohr y que aspira a convertir a este lugar en uno de los atractivos turísticos más potentes de la Región Metropolitana. Estuvimos allí para ver cómo avanzaban las obras y hablamos con sus protagonistas. POR Sebastián Montalva Wainer. LOCACIÓN. El refugio está a 3.160 metros de altura, en el sector de Agua Azul, frente al Tupungato. La inauguración se estima para el 10 de enero. MA TÍAS DONOSO CRIS TIAN FIOL ACCESO. A pie se llega en dos días. En helicóptero, en poco más de media hora. MA TIAS DONOSO LABOR. Cinco obreros están viviendo y trabajan aquí desde el 4 de noviembre. SEBAS TIÁN MONT AL V A W.. EL TUPUNGATO ya está a la vista busca la creación de un gran parque nacional para Santiago.
Esto se logró, pero a medias: en marzo de 2022, justo a fines de su mandato, el entonces presidente Sebastián Piñera decretó la creación del nuevo Parque Nacional Glaciares de Santiago, pero los territorios protegidos son solo desde 3.600 metros hacia arriba.
Es decir, donde prácticamente no hay flora ni fauna, pues esta vive más abajo, en los valles, los cuales además siguen estando amenazados por diversas concesiones de explotación y exploración minera ya entregadas en esta zona.
Mientras esto ocurría, la Fundación Deporte Libre consiguió que Bienes Nacionales le entregara en concesión por cinco años una hectárea de terreno en el valle del Colorado, justamente para construir este refugio y comenzar a abrir definitivamente esta sendero para el turismo. "Lo que queremos es posicionar esta ruta y convertirla en una de los atractivos más potentes de la Región Metropolitana", explica Enrique Luco, director del proyecto "Los 16 de Chile". Por estos días, la fundación está diseñando un modelo de gestión y operación del refugio, que incluye a las agrupaciones sociales de Los Maitenes y El Alfalfal, el municipio de San José de Maipo, el programa Andes Santiago de Corfo y el gobierno de Santiago. Entre otras cosas, el objetivo --agrega Luco-es tener un sistema que permita reservar el refugio de manera online, el cual en principio estará a cargo de la propia fundación.
Todavía no se ha decidido si su uso será gratuito. "El proyecto contempla una segunda etapa, para la cual están buscando financiamiento", explica Luco. "La idea es tener a dos `refugieros' 24/7 en el lugar, porque hay un espacio habilitado en el segundo piso para eso", agrega. "Además, queremos construir dos refugios más: uno en la parte baja del valle, y otro a 4.200 metros de altura, previo a la cumbre del Tupungato". Efectivamente, la ruta para llegar hoy al refugio del Tupungato no cuenta prácticamente con ninguna señalética ni mantención.
Además, es un trekking exigente: desde el sector donde se deja el auto, en la entrada del valle, hay 22 kilómetros de distancia hasta el refugio, un trayecto que se cubre en dos días, acampando una noche (a menos que uno sea deportista o camine muy rápido y sin peso). Como sea, en la fundación esperan que el avance del proyecto vaya resolviendo estos problemas.
Además, están convencidos de que solo el llegar al refugio será un atractivo en sí mismo, por todo lo que se puede ver durante la ruta: altas cumbres, formaciones geológicas, pozos termales, cascadas, flora y fauna cordillerana, y la posibilidad de conocer de cerca la cultura arriera, típica de esta zona.
Una vez en el refugio, plantean, los que quieran --y puedan-intentarán subir la cumbre del Tupungato o el Tupungatito, pero claramente esa no será la única razón para venir a este sitio. "El refugio está en un lugar de ensueño, donde te puedes instalar para ver la montaña o las estrellas", dice Luco y se entusiasma: "Ahora lo que hay que hacer es articular el turismo para llevar esta ruta al nivel de las Torres del Paine". Alto estándar Materializar la construcción de un refugio a tres mil metros de altura, y muy adentro en la cordillera, es una tarea ciertamente compleja.
De hecho, el camión que llevó kilos y kilos de cemento y otros materiales hasta Chacayar, un sector de arrieros que se fijó como punto de acopio, apenas pudo llegar, por lo duro y empinado del camino. Las obras comenzaron el 4 de noviembre y está previsto que terminen a mediados de diciembre.
La inauguración oficial se anuncia para el próximo 10 de enero. "Lo que estamos haciendo aquí es prácticamente un hotel de montaña", dice Claudio Gómez, uno de los cinco obreros que se vinieron a vivir y a trabajar en el cerro por todo este tiempo: se quedan en una carpa-domo que instaló la fundación y que tiene comida para todos los días, agua embotellada (que también deben sacar y purificar desde la vertiente que corre en el lugar), colchones, sacos de dormir y hasta conexión a internet vía Starlink.
Gómez fue contratado no solo por ser buen soldador, sino porque además es andinista: es presidente de un club de montaña llamado Vinagre Andino, que está trabajando en la construcción de una nueva puerta para el refugio Plantat, en el volcán San José. "Yo practico este hermoso deporte desde los 16 años, cuando todavía era raro ver a alguien más en el cerro", cuenta Gómez, que ya había estado varias veces en este valle y ha hecho cumbre en el Tupungato. "Este refugio será de lujo y un gran incentivo para que el montañismo se masifique aún más. Ojalá que la gente sepa valorarlo y cuidarlo". El refugio del Tupungato tendrá 60 metros cuadrados de superficie y capacidad para hasta 25 personas.
Construido sobre pilares de acero para separarlo del suelo, constará de dos módulos conectados, los cuales tendrán un sector de cocina y estar, una zona separada para dormir en literas (y otra en el segundo piso), dos muros de escalada e incluso un panel solar para pequeñas cargas de celulares o GPS. Además, tendrá ventanales de termopanel con vista al Tupungato y otro en el techo para observar el cielo nocturno.
La obra está diseñada con paneles de CLT o madera contralaminada, la última tecnología en construcción. "Su fabricación es mucho sustentable que el hormigón y permite hacer diseños más desafiantes", explica el arquitecto Pedro Anguita, director de proyectos de la fundación. "Además, el refugio estará revestido con MESO o madera termomodificada de alta precisión, que fue donada por la empresa chilena WoodArch, y por fuera estará pintado con cuteck negro, el mejor impermeabilizante que existe.
El estándar del refugio es de nivel mundial". En torno al refugio se acaba de levantar una pirca de piedras, que fue hecha por estudiantes de la Universidad San Sebastián, que estaban de paso en una expedición al Tupungatito y se ofrecieron como voluntarios.
La pirca delimitará el espacio donde se podrán poner carpas alrededor del refugio, en caso de que esté completamente ocupado. "Si ellos no hubieran llegado, no hubiéramos podido levantar solos los paneles de CLT que dejó el helicóptero: lo tuvimos que hacer entre 17 personas", cuenta Anguita, celebrando lo que para él fue un milagro, y luego agrega: "A mí este proyecto me parece súper emocionante y tengo las expectativas muy altas por lo que pueda venir y cómo esto puede potenciar la cultura de montaña en Chile". Claudio Gómez, el experimentado montañista santiaguino y soldador de la obra, tiene una reflexión similar. "Para nosotros como andinistas este refugio es muy significativo y es bueno que todos sepan que se está trabajando a este nivel", dice Gómez, mientras el helicóptero se aleja en busca de una nueva carga. "Es una felicidad tremenda tener un lugar como este, al que se va a poder venir con la familia, incentivar el trabajo de los arrieros... Ojalá que nuestros hijos cuando estén grandes puedan venir acá y decir: `Oye, tremendo refugio'. Eso es lo que estamos haciendo, pero hago un llamado a la gente de montaña: cuidémoslo, porque esto va a ser para todos". D ESPACIO. El refugio tendrá capacidad para hasta 25 personas. MA TIAS DONOSO SEBAS TIÁN MONT AL V A W. OBRA. El equipo de construcción junto a estudiantes de la Universidad San Sebastián, que llegaron en una expedición y ayudaron con los trabajos. Al lado, el helicóptero de Rotortec llevando uno de los paneles de CLT. En total, transportó 35 mil kilos de materiales. MA TIAS DONOSO RUTA. Desde el refugio son tres días más hasta la cumbre del Tupungato. MA TIAS DONOSO PASOS. Lo que viene ahora es diseñar un modelo de gestión para el refugio. MA TÍAS DONOSO.