Autor: DR. PS. EDUARDO SANDOVAL-OBANDO
Columnas de Opinión: Reducción del Riesgo de Desastres
Columnas de Opinión: Reducción del Riesgo de Desastres El aumento creciente de los desastres en Chile, en particular inundaciones y aluviones, es una consecuencia directa de la emergencia climática. Los terremotos, los mega-incendios forestales, las erupciones volcánicas y los tsunamis a menudo se convierten en desastres de gran magnitud cuando se combinan con vulnerabilidades sociales y estrategias de mitigación insuficientes. Nuestro país sigue enfrentando desafíos importantes en esta materia. La continua pérdida de vidas humanas en desastres se debe en gran medida a la falta de una planificación territorial y una gestión ambiental efectivas.
La regulación inadecuada del uso y la ocupación del suelo, sumado a la existencia de un marco regulatorio débil e insuficiente para resguardar el medio ambiente y la biodiversidad, así como la vida y la seguridad de las personas que habitan sectores aledaños a plantaciones forestales, incrementan la vulnerabilidad del país ante los desastres.
Además, los procesos de reconstrucción no se alinean con los principios de construcción resiliente, ya que no existe una política pública integral, participativa y de largo plazo que garantice la seguridad y la recuperación de las personas y comunidades afectadas. Se necesita un enfoque socio-comunitario e interdisciplinario que evalúe las vulnerabilidades subyacentes y aborde diferencialmente, los riesgos sistémicos para prevenir desastres futuros. Los procesos de preparación y adaptación a desastres no deben limitarse a la respuesta frente a una emergencia. Deben incluir estrategias sostenibles a largo plazo que integren la resiliencia en todos los ámbitos de la sociedad.
En este sentido, las escuelas desempeñan un papel fundamental en el fomento de una cultura de prevención frente a las emergencias y desastres, con especial atención a la educa-ción de los jóvenes sobre los riesgos y amenazas presentes en sus comunidades. Empoderar a los estudiantes con conocimientos, experiencias y habilidades prácticas para anticipar y responder a los desastres es esencial para construir un futuro resiliente.
Por consiguiente, en la medida que se prioricen diagnósticos participativos y saberes locales en torno a la gestión del riesgo de desas-tres, sumado al fortalecimiento del trabajo inter-agencial, mediados por sistemas de alerta temprana desde un enfoque multi-amenaza y una mayor inversión en la generación de conocimiento científico para la comprensión de los desastres, podremos avanzar en la construcción de un país resiliente y preparado frente a los desafíos que instala la emergencia climática en Chile y el mundo..