Célebres mujeres de ayer y siempre
Célebres mujeres de ayer y siempre Talca en el tiempo Célebres mujeres de ayer y siempre E n el contexto de entender que la mujer ha sido verdadera precursora de la Civilización Humana, desde sus albores, es válido resaltar que durante siglos estuvo inmersa en la oscuridad del anonimato, y con prohibición de participar en cualquier escenario. Así, nadie ha oído hablar de la genial hermana de Mozart, a quien expertos le reconocen más de una composición adjudicada a su hermano.
Y el compositor, pianista y director de orquesta alemán Félix MendelssoJorge Valderrama Gutiérrez Siempre ha existido una mujer complementando al hombre... o a la inversa, por tanto, los logros de muchos de ellos -grandes o pequeñoshan sido posibles exclusivamente por su participación e iniciativa.
Entonces, ¿por qué no ha sido considerada con los méritos correspondientes? En ese tenor, teniendo como telón de fondo el Aniversario 282 de la Villa San Agustín de Talca, en el presente artículo se destacan a cinco de ellas, quienes sobresalieron en su tiempo, tanto por su contribución al desarrollo espiritual, como por el cultivo de las artes y la literatura hn, habría plagiado varias obras a su dotada hermana. En un ámbito más cercano, en la urbe que hoy celebra un nuevo aniversario vivieron algunas célebres mujeres, como las que a continuación se mencionan. Intelectual romántica y apasionada María del Carmen Thomasa del Rosario Arriagada García nació en Chillán en enero de 1807. Hija de Pedro Ramón Arriagada y de María Antonia García y Sepúlveda, creció en la admiración de un padre importante, rico, fastuoso, exregidor, dueño de considerables tierras y ganado. Admiraba a ese oficial de las milicias que comandó las fuerzas contra los tristemente célebres Pincheira, amigo de Juan Martínez de Rosas y de Bernardo O'Higgins, y al que sus soldados llamaban Siete Pistolas. Durante la Reconquista española su madre vivió en Santiago junto a sus dos hijas, donde las niñas estudiaron hasta 1823.
Carmen lo hizo en el Colegio de las Monjas Agustinas, donde se enseñaba el francés, idioma que hablaba correctamente al igual que el inglés (después colaboraría como traductora en diarios de Valparaíso, Santiago y Talca). Inquieta e impulsiva, el 11 de agosto de 1825 se desposó -sin la aprobación expresa de sus padrescon el oficial prusiano Eduardo Gutike, recién llegado a Chile. Ella tenía 17 años y él 28. Un año después enfermó gravemente su padre, debido a lo cual se retiró del Ejército. El 7 de noviembre de 1826 murió su madre, y su progenitor un año y medio después.
SIGUE EN LA PÁGINA 18 Carmen Arriagada vestida de amazona, 1834 (Fundación Carlos Cardoen). El intercambio epistolar de Carmen con el pintor bávaro Juan Mauricio Rugendas duró 17 años, de 1835 a 1852, conservándose sólo las suyas, puesto que las de Johann las quemó ella misma.. Célebres mujeres de ayer y siempre Abandonó la capital y se fue a la zona de Linares, en donde su padre era dueño de una casa ubicada frente a la Plaza de Armas, una quinta a seis cuadras de la misma y varios fundos: Quitrico, Coleral, Portezuelo, Durán, Membrillar, Llancanao, San Antonio, Quiñipeumo y Varas de Salas, los que totalizaban 23 mil 635 cuadras. Y fue en el fundo Llancanao, en noviembre de 1835, cuando ella tenía 28 años, que conoció al artista alemán Johann Moritz Rugendas. Durante esos días en el campo se intensificó la relación entre ambos, llegando rápidamente al amor declarado.
Por lo menos Carmen -más apasionadalo reconoce en una carta que le dirigió el 30 de enero de 1836 a Santiago, en la que se refiere "al entusiasmo que sus talentos excitaron en mi alma". Luego le recomienda en una postdata: "Gutike leerá todas sus cartas... quizás.
Prudencia". Ese mismo año se trasladó a vivir a Talca, cuya primera casa se ubicó en calle San Juan de Dios (2 Sur con 2 Oriente), entrada natural cuando se viene del puerto de Perales sobre el Maule.
Después de un año de la visita de Rugendas le mandó unas líneas de invitación, con el sabor de la tradicional vida provinciana: "Venga usted, le tendremos un buen fuego, buen queso, buen jamón, buen vino y muy buena gana de verlo y gozar de nuevo de su agradable trato". Pero el 3 de mayo de 1838 tuvo que escribirle una última carta, llena de melancólicos acentos, antes que el pintor resolviera su viaje a Talca, el cuarto que hizo a los brazos de su amiga, luego de haberla ido a ver a Linares (1835-1836), a Talca (1836) y a Constitución (1837). Rugendas entró a caballo en Talca a comienzos del invierno de aquel año. Su permanencia fue menos de un mes y luego se marchó. En Talca quedaron los largos almuerzos, la siesta obligatoria y la tertulia con el pequeño pero fiel grupo de amigos del matrimonio Gutike-Arriagada... y una Carmen nuevamente abatida.
En su casa de 1 Poniente, entre 3 y 4 Sur, se gestó el diario El Alfa en 1844, y se proyectó una generación de intelectuales que se materializaría 50 años más tarde al alero del Liceo de Hombres.
Pipiola apasionada, leías obras de Víctor Hugo, Dumas, Balzac, George Sand, Shakespeare y Walter Scott, contando entre sus amistades al almirante Manuel Blanco Encalada, quien la visitaba desde su fundo en Chimbarongo en su birlocho; el escritor argentino Domingo de Oro, Juan de la Cruz Donoso, Agustín Gana López, el molinero inglés Marcos Walton, el cellista danés Drewetke, Bernardo Letelier, los médicos franceses Ferdinand Parot y Guillermo Duffy y el médico danés Pedro Möller, entre otros. Rugendas regresó a su patria en 1845, falleciendo en Weilheim el 29 de mayo de 1858. Ella fue más longeva.
Con dos modestas pensiones que no le alcanzaban para vivir, murió pobre y de allegada en Talca -donde residió por 69 añosen casa de doña Ana Julia Munita, en 1 Oriente y cerca del estero Baeza, el 16 de junio de 1900.
Premiada en la Exposición de Arte de 1872 Hija de don Andrés Donoso Cienfuegos -curiosamente no se registra el nombre de su madre-, Clarisa Valeria Donoso Bascuñán nació en Talca en 1855, en un período histórico en que asomaba tímidamente el desarrollo de la pintura femenina.
Entonces, pudo ocurrir que por haber nacido en el tronco de una familia de prestigio y tradición se haya generado algún conflicto ante su determinación de estudiar pintura, aunque su padre poseía un amplio criterio, ya que había sido educado en Francia y era gran amigo del novelista Alberto Blest Gana (y hermano de Juan de la Cruz Donoso, profesor del Liceo y gestor de diario El Alfa). Con el transcurso del tiempo sobresalió en la expresión del color y la forma, imprimiéndoles un sello y estilo propios.
Desde poco antes señoreaba Clara Álvarez Condarco Duddig (1825-1865), primera plástica criolla de consideración que golpeó la opinión pública coetánea y quien nacida en Londres y residente en Valparaíso fue la romántica amada de Juan Mauricio Rugendas, el amor imposible de Carmen Arriagada; también estaba Agustina Gutiérrez (1851-1886), primera alumna mujer de la Academia de Bellas Artes y la primera profesora en las escuelas primarias chilenas. Empero, los expertos aseveran que la de mayor mérito artístico en esa época fue Clarisa Donoso Bascuñán, quien tuvo el prestigio académico de haber sido agraciada en la Exposición de Artes e Industrias de 1872. Radicada en Santiago, estudió en la renombrada Academia de Pintura que le permitió afinar sus inclinaciones artísticas.
El distinguido profesor Cosme San Martín la preparó en la realización de algunos cuadros para que los enviara a la difundida -y precedentemente mencionadaExposición de Artes e Industrias de 1872, estimulando su trabajo y dictándole las que para la joven serían las lecciones más permanentes para su desarrollo ulterior. Así, mandó algunas de sus delicadas copias a ese certamen pictórico y una de ellas mereció del jurado una Mención Honrosa. Falleció en 1914. Novia del viento Stella Corvalán Vega nació en Talca el 25 de noviembre de 1913. Primero estudió en un colegio particular talquino y después cursó humanidades en el Liceo Fiscal de Señoritas.
La casaquinta en que vivió estaba situada a los pies de la iglesia del convento La Merced -calle Santa Rosa Nº 455-, cuyas paredes y rincones guardaron la voz de la poetisa, quien creció en ese, su barrio Edén, que de antiguo se denominó La Merced. Once años vivió la niña con su abuela, rodeada de muñecas y de sus perros Flick y Sultán; Mamá Chasca; Rosa, la cocinera; y Enriqueta, la niñera. En aquel tiempo, una joven y viuda tía, junto a su hijo "el primo Luis", visitaban asiduamente la casona. Después del fallecimiento de su abuela (1924) se fue a Santiago para matricularse en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, egresando sin titularse de abogado. Su vocación no era la jurisprudencia, sino la poesía. Fue entonces cuando su tía Carmela Corvalán -"Mananita", como la llamó siemprela vino a buscar para llevársela a Rancagua. Jamás se separó de su lado y junto a ella recorrió América, Europa y África. Después de publicar Sombra en el aire, en 1940 trabó amistad con la uruguaya Juana de Ibarbourou, vinculándose con intelectuales guaraníes. Asimismo, el gobierno uruguayo le encomendó una misión oficial de carácter cultural en Brasil, y posteriormente en Europa. Viajó al Viejo Mundo -gracias a una becaen el buque Tacoma. Dio su primera conferencia en París en una singular situación: chilena no reconocida en Talca y representante oficial de Uruguay. Ella, empero, siempre se dio maña para dar a conocer a los cultores de su patria. Madrid, Roma, Venecia, Buenos Aires, le eran familiares: tertulias, charlas, declamaciones, lanzamientos. Diez años permaneció alejada de Chile. Como le costaba concentrarse en largos parlamentos, no pudo ser actriz, como era su deseo. Fue apodada Novia del Viento, pues era silenciosa, retraída, errante consuetudinaria, poetisa VIENE DE LA PÁGINA 17 Imagen extraída del libro Geografía Azul de Stella Corvalán. Centro de Documentación Patrimonial de la Universidad de Talca.
Un grupo de niños encontró, en septiembre de 2022, una serie de escritos inéditos de la escritora en el patio de la Escuela Arreboles del Panul, La Florida, Región Metropolitana, hoy en la Universidad de Talca.. Célebres mujeres de ayer y siempre inveterada. Aunque publicó 18 libros de poesía en Argentina, Uruguay, Francia y España -país ese último donde residió gran parte de su vida-, es difícil encontrar uno hoy en día. Camilo José Cela, Premio Nobel español, aseveró que "el viento ha soplado en el corazón de Stella Corvalán. Y en su alma. Y en su carne. Y en su voz. Y Stella, por arte de extraña y antigua taumaturgia, ha sujetado el viento en el verso". Elogiada por Pío Baroja y otros grandes escritores hispanos, falleció en Santiago el 21 de agosto de 1994. Creativa y original escritora Marta Jara Hantke nació en Talca el 18 de mayo de 1919. Sus padres fueron el talquino José del Carmen Jara Letelier -hacendado dueño de varios molinosy la dama de ascendencia germano-danesa Erna Clara Ingeborg Hantke Jörgensen, pianista. Tuvo tres hermanos: Renato, el mayor; Álvaro, el historiador; y Hernán, empleado de oficina. Cursó preparatorias en Talca y en 1931 ingresó a primer año de humanidades del Liceo de Niñas de esa ciudad, continuando su formación en el Liceo de Niñas Nº 1 de Santiago.
Según Luis Merino Reyes, esa mezcla chileno-nórdica explicaría "su tipo: nariz menuda, labios finos y crueles, ojos muy diestros opacados por la densidad de los pómulos, frente despejada de comba generosa". En 1939 empezó a trabajar como empleada en algunas empresas comerciales metropolitanas hasta que ocurrió un infausto acontecimiento en 1941: se enamoró y pololeó tres años con César Cordobés, teniente de la Escuela de Aviación, quien pereció al estrellarse su avión Stuka, lo que motivó que se cortara su rubio cabello, se disfrazara de hombre y fuera a trabajar a Melipilla como capataz, lejos de familiares y amigos. Allá, a los pies de la cuesta Alhué se familiarizó con el medio rural y desarrolló su vocación literaria. Ya entonces los campesinos escuchaban ensimismados sus narraciones inventadas que luego imprimiría en papel. Su cuento Gancho `el chis' obtuvo un premio de distinción en el concurso organizado por diario La Estrella de Valparaíso el 12 de febrero de 1945. Ulteriormente se casó con el español Víctor Rey, quien llegó a Valparaíso a bordo del Winnipeg, pero siempre mantuvieron distancia.
Al enfermar su padre, sumado a la nostalgia de su madre debido a que nunca fue la concertista que deseó, transformaron a su hermano Renato en el único heredero de la fortuna de los Letelier, que se confirmó cuando murió su padre en 1946. Sólo su tío Aníbal Jara, embajador en Washington amén de director de medios escritos (dirigió Los Tiempos, La hora y Revista Hoy, la alentó a seguir escribiendo.
Pablo Garrido, compositor y folclorista, la incentivó a explotar su veta creadora y varios de sus cuentos llegaron a manos de Neruda, quien le pidió a la autora publicarlos en un volumen: El vaquero de Dios, que vio la luz en 1949. Asimismo, ese año viajó a Europa, paseando por París y Madrid, donde pudo admirar algunas de las tantas obras artísticas sobre las que había leído en su inopia niñez y adolescencia. Se estableció en Roma hasta 1951, donde dio a luz a su único hijo: Paolo Longone, en 1950. De vuelta en su país trabajó en publicidad para La Gaceta Literaria -revista creada y dirigida por Pablo Neruday para Revista de Arte de la Universidad de Chile. En sus vacaciones visitó asiduamente Chiloé hasta que en noviembre de 1956 su cuento La Camarera fue publicado por diario El Mercurio e incluido en la Antología del Cuento Hispanoamericano (ZigZag, 1958) de Ricardo Latchman.
Su creatividad fue paralela a los diferentes oficios que desempeñó para ganarse la vida -hasta chofer de taxi-, aunque mantuvo una estrecha relación con Neruda a quien defendió decididamente en los años de la Ley Maldita desencadenada por Gabriel González Videla. En 1961, su volumen de cuentos Surazo -retrato de historias chilotasobtuvo el Premio Alerce, patrocinado por la Sociedad de Escritores de Chile; y en 1963 le fue adjudicado el Premio Municipal de Literatura. Publicado por Editorial Universitaria, fue considerado por la crítica como el mejor libro de ese año, siendo constantemente entrevistada por diarios, radio y TV. Ese mismo año ingresó como funcionaria a la Caja de Empleados Particulares. Igualmente, recibió elogiosos comentarios del crítico literario Hernán Díaz Arrieta (Alone) por la originalidad en su estilo y contenido poético. Falleció el 21 de octubre de 1972 en Santiago.
Marta Jara Hantke, tras la trágica muerte de su novio César Cordobés en 1941, teniente de la Escuela de Aviación, se fue a Melipilla, donde se familiarizó con el medio rural y desarrolló su vocación literaria. A la derecha, la escritora en 1967 (Revista Zig-Zag).. - - -