Un fin de semana laaargo
Un fin de semana laaargo DÍA A DÍALargo y con hartas historias... , al menos pa-ra mí. Con la ayuda de Mario, mi amigo taxista, fui al supermercado el sábado pasado en bus-ca de provisiones.
Entré con mi dolor de espal-da que ya he contado, pero salí feliz de la vida, sin molestia alguna ysin saber a ciencia cier-ta si me estaban mejo-rando los ejercicios ki-nesiológicos, los medi-camentos, el colágeno, la faja espaldillera, lasoraciones o todas lasanteriores. sa de Mauricio, donde se realizó una reunión-almuerzo con los viejos del Club de los Canallas. Grato encuentro. Zenteno y Aguilar cantarontangos y yo me atreví a cantar “Nessun dorma”en una versión penosa, pero desentonada. Ya en mi casa, sufrícon el fútbol porque miequipo, Unión Españo-la, quedó fuera de laCopa Libertadores. Ellargo sábado siguiócon la final de la Tele-tón en Viña, donde vi aIl Volo cantar “Nessundorma” en su dignaversión. De ahí nos fuimos albanco a depositar algopara la Teletón. Unacarabinera, al perca-tarse de mi escasa vi-sión, me condujo al interior del banco, dondeuna guardiana me ayudó con el depósito enuna caja exclusiva. Luego la guardiana me llevócon la mujer policía que, solícita, me condujohasta el taxi. Raudos, fuimos a mi casa a dejarlas provisiones y de inmediato partimos a la ca-El domingo fue ex-tenso, con la dramáti-ca final del fútbol pro-fesional. Colo Colo no debía perder en Copiapóy la U tenía que ganar en el Estadio Nacional. El Colo no perdió y la U no ganó. Sería todo:cuando el “Indio” ríe, el “Chuncho” sufreMENTESSANA. DÍA A DÍA