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EL POLÍGRAFO EQUIPO EL POLÍGRAFO Camila Bazán, Valeria Pozo y Cecilia Derpich ESCRÍBANOS Frases para chequear, noticias falsas y temas de investigación.
Envíenos sus sugerencias a elpoligrafo@mercurio.cl o al WhatsApp +56 9 9533 6345 Las cifras que deja el debate del CAE Diversas son las afirmaciones que se han hecho durante esta semana sobre el Crédito con Aval del Estado; varias de ellas, imprecisas. Acá, una mirada a lo que evidencian las estadísticas oficiales de la Comisión Ingresa sobre el sistema. Desde sus inicios en 2006 y hasta 2023, un millón 219 mil personas han solicitado el Crédito con Aval del Estado para financiar parcial o totalmente sus carreras de pregrado. El saldo de ese crédito es de 283 millones de UF, 58% financiadas por el fisco y un 42% por los bancos. En 2023,61 mil estudiantes solicitaron el CAE, lo que representa un aumento de 29% respecto del año anterior.
Para la Comisión Ingresa --institución autónoma a cargo del sistema desde su creación en 2005-esto se relaciona con la recuperación pospandémica y la prueba PAES, que permite que los estudiantes puedan combinar sus mejores puntajes en las pruebas de admisión.
Entre 2020 y 2023, el CAE ha beneficiado especialmente a estudiantes de universidades privadas (27%) e institutos profesionales (18%), dejando más atrás a los centros de formación técnica (2,8%). La participación de estudiantes de universidades del CRUCh es menor (12%), dado que estos tienen acceso a otros tipos de becas, por lo que, según la Comisión Ingresa, "los estudiantes cuyos aranceles son financiados con CAE, en las universidades del CRUCh, tienden a ser aquellos de mayores ingresos". Beneficia principalmente a estudiantes de universidades privadas e institutos profesionales Del total de personas que obtuvieron el CAE, el 27% está en etapa de estudio o de gracia (sin cobro aún) y el grupo restante (73%), que ya está en fase de pago, lo conforman aproximadamente 896 mil deudores.
Un 78% egresó de una carrera, mientras que un 22% dejó los estudios sin terminar (199 mil). Casi 8 de cada 10 personas con CAE ya son egresadas Un aspecto que llama la atención es que el 49% de los nuevos beneficiarios en 2023 provino de las familias del quinto quintil, es decir, las de mejores ingresos. En 2020 ese grupo llegaba al 36%, lo que muestra una marcada tendencia al alza los últimos años.
Al contrario, en 2023 los quintiles 1 y 2 disminuyeron su participación alcanzando un 24%, mientras que en 2021 esta era un 35%. Según la cuenta pública 2023 de la Comisión Ingresa esto evidencia un cambio en la composición socioeconómica del CAE --del que vienen advirtiendo desde la segunda mitad de la década pasada-y permite corroborar que ha pasado de ser la principal ayuda estudiantil del Estado a transformarse en un apoyo complementario a la gratuidad y becas de arancel, beneficiando a quienes no acceden a la educación gratuita o cuyas becas no logran cubrir los aranceles.
Casi la mitad de los estudiantes que obtuvieron el CAE en 2023 proviene de las familias de mejores ingresos Las cifras de 2023 muestran que la morosidad aumentó un 7% en el caso de los egresados y un 2% para quienes desertaron, pese a las iniciativas existentes para alivianar la carga del crédito, como la rebaja de la cuota al 10% del sueldo y la postergación del pago en caso de cesantía. De los deudores morosos, 375 mil son egresados, y 164 mil, desertores, pero este último grupo solo constituye un 22% del total de estudiantes, por lo que su proporción es mayor.
La morosidad ha aumentado Según las últimas cifras disponibles en la Comisión Ingresa, casi ocho de cada 10 egresados en etapa de cobro tienen una cuota que no supera las 2 UF (unos $75 mil), siendo la cuota promedio mensual de $32.790, aproximadamente, y el saldo de la deuda, unos $6,6 millones.
En el caso de quienes desertaron de sus estudios, tres de cada cuatro personas tienen una deuda que no supera las 2 UF y la cuota promedio también es de $32.790, siendo su saldo promedio de $3,2 millones.
Las cuotas promedio no son mayores a las 2 UF Siguiendo la línea expresada por el Gobierno esta semana, el exministro de Desarrollo Social Giorgio Jackson aseguró en X (ex-Twitter) que el proyecto de Financiamiento Público para la Educación Superior (FES) "va al corazón de la clase media, permite aliviar la angustia de cientos de miles de familias que se han enfrentado a una pesada mochila de endeudamiento por estudiar.
Se elimina la banca del sistema y los cobros abusivos (... ) y los enormes costos que desembolsaba el Estado hacia los bancos". Para la académica Loreto Cox (UC), "parte importante de las ideas que se oyen sobre el CAE se basan en su modelo original, desconociendo los cambios que se le hicieron durante el gobierno de Piñera". Agrega que "hoy es un crédito bastante razonable, con pagos moderados y acordes a los ingresos". "Es cierto que significa desembolsos importantes del Estado, en parte importante porque debe asumir los créditos incobrables.
Pero eso es, a su vez, resultado de las promesas que se han hecho en esta materia". Destaca que es razonable apuntar a un mecanismo que reduzca la morosidad y también crecer en un crédito con condiciones más amigables que vía gratuidad, pero considera preocupante aspectos como la regulación de aranceles de los centros de estudios, que tienen poco espacio para crecer en recursos por otras vías.
Para Mario Alarcón, director del Magíster en Gestión de Instituciones de Educación Superior UDP, el CAE "ha sido un instrumento clave para ampliar el acceso y la cobertura de la educación superior en Chile, que se ha consolidado como el país de América Latina con mayor equidad en el acceso". Coincidentemente con Cox, sostiene que "originalmente, el CAE fue diseñado como un esquema de crédito `duro' con condiciones estrictas, caracterizado por altas tasas de interés y términos de pago rigurosos.
Sin embargo, las sucesivas reformas que se le han aplicado lo han convertido en un instrumento más flexible, logrando un funcionamiento que, aunque no exento de críticas, ha sido relativamente exitoso". Mientras que Manuel Villaseca, director de Estudios de Acción Educar, indica que "actualmente el CAE beneficia a estudiantes de todos los quintiles de ingresos del país; sin obstar que la gratuidad, desde 2016, reemplazó mayormente al crédito en las instituciones adscritas.
Los quintiles más bajos beneficiados por el CAE están concentrados en instituciones no adscritas a la gratuidad y también en modalidades más flexibles como la no presencialidad". Y agrega que "el FES propuesto por el Presidente Boric, por sus disposiciones significativamente dañinas para las instituciones, terminará beneficiando a una población de mayor nivel socioeconómico que la actualmente alcanzada por el CAE, dejando sin alternativas a los estudiantes más vulnerables en instituciones no adscritas al instrumento". La "mochila" del endeudamiento.