“Me hubiera gustado decirle a mi papá: mira lo que logré”
“Me hubiera gustado decirle a mi papá: mira lo que logré” Katherinne Wollermann dice que ha sentido el amor de todos tras su oro en los Juegos Paralímpicos “Me hubiera gustado decirle a mi papá: mira lo que logré” REBECA AMPA Katherinne Katherinne Wollermann (32) concretó concretó el 8 de septiembre el anhelo anhelo que había perseguido por años: ser campeona paralímpica. La tercera fue la vencida para la deportista deportista oriunda de Concepción, que en Tokio 2020 ya se había colgado la medalla de bronce. Pero quería más, y no paró hasta lograrlo. El premio por fin llegó en el remate sensacional que protagonizó sobre las aguas de la laguna Vaires-sur-Marne, que albergó el paracanotaje de Paris 2024. Luego, las imágenes de su festejo junto a su madre, Margot, tocaron el alma de quienes estuvieron ahí acompañándola acompañándola y de millones de chilenos que las vieron por televisión. Fue muy conmovedor ese encuentro con su madre. “SÍ, ahí tuve la oportunidad de poder poder abrazarla y decirle: Mamá, mira lo que logramos juntas. Ella fue sola a París y se juntó allá con amigas y conocidos.
Nunca la había visto tan La deportista revive el emotivo abrazo con su mamá en Paris 2024, recuerda a su fallecido padre, que la incentivó a competir, y cuenta que tiene ocupado el corazón, con un hombre que me entrega mucho cariño”. emocionada”. ¿Y el resto de su familia? “Tengo un hermano, Adolfo, que es mayor que yo. Mi papá falleció hace cuatro años, le dio un infarto, pero gran parte de mi carrera fue gracias a él. El me impulsó muchos años para hacer actividades físicas. Se llamaba Carlos Adolfo”. ¿Le hubiera gustado mostrarle mostrarle su oro? “Por supuesto, y haberle dicho: Mira, papá, lo que logré, pero tuve la oportunidad de poder hacerlo con mi madre. Ellos siempre estuvieron ahí para mí”. ¿Fue tal como lo soñó o aún se está pellizcando para creérselo? creérselo? “Tal cual. La verdad, ha sido el aterrizaje aterrizaje de un sueño que venía buscando buscando hace mucho tiempo. Han sido años de trabajo, de perseverancia, de disciplina, disciplina, que me han llevado a lo que logré.
Todos ven la punta del iceberg, “El oro ha sido el aterrizaje de un sueño que venía buscando hace mucho tiempo dice Katherin ne Wollermann. pero hay todo un proceso que está debajo”. ¿Qué cambió en estos tres años desde Tokio? “Después del bronce pensé que el apoyo iba a cambiar, pero no fue tanto.
Siempre he tenido una beca Proddar, un apoyo del IND, pero en cuanto a auspiciadores privados no hemos tenido tanta acogida”. ¿Cómo se proyecta de cara al próximo ciclo paralímpico? “Me queda Los Angeles 2028 y también quiero llegar a Brisbane 2032.
Esa sería mi proyección por ahora, pero prefiero vivir mi presente, presente, que es la medalla de oro, toda la repercusión mediática que estoy teniendo teniendo y recibir el amor de la gente. como lo estoy sintiendo”. Hablando de amor, ¿está pololeando? pololeando? “Tengo ocupado el corazón con un hombre, así que todo bien y tranquila tranquila con él. Juega pádel, jugó muchos años básquetbol en la liga.
El me entrega entrega mucho cariño, mucho amor y todo lo que necesito también; y creo que también una parte espiritual que uno debe tener cubierta como persona persona integral”. Usted le ganó también a la adversidad. “Yo adquirí mi discapacidad a los 19 años por una negligencia médica en el Hospital Regional de Concepción, Concepción, donde estuve siete meses postrada. postrada.
No daban con el diagnóstico porque la enfermedad que tengo es una en un millón, es muy rara, difícil de detectar”. ¿Y en tantos meses no pudieron pudieron detectarla? “No, porque se refugió muy bien, hasta que me vine a Santiago, a la Católica y ahí me evaluó un equipo de 12 neurólogos. Me hicieron los exámenes pertinentes y me diagnosticaron diagnosticaron que tenía una mielitis transversa transversa infecciosa no tratada, y que no había nada que hacer. Me dijeron: Le tengo una buena y una mala noticia.
La buena es que tenemos diagnóstico, diagnóstico, y la mala es que no va a volver a caminar. ¿En ese tiempo qué estaba haciendo? “Iba a entrar a la universidad, pero no alcancé, así que tuve que sacar sacar la matrícula, porque justo entraba en marzo y caí el 12 de febrero.
Fue un cambio radical”. ¿Y cuándo llegó el kayak a su vida? “Antes de la discapacidad hice muchos muchos deportes: atletismo, básquetbol, natación, balonmano, tenis de mesa, bailé ballet, música folclórica, patines, patines, enduro, de todo. Ya con la discapacidad discapacidad surgieron oportunidades de otros deportes, y ahí llegué a la vela, que me gustó porque iba en una embarcación. embarcación. En octubre de 2012 llego al canotaje y ahí todo partió. La embarcación embarcación tiene adaptaciones de acuerdo con cada caso y a la movilidad.
Yo soy muy fuerte de brazos”. (Katherinne Wollermann compite en la clase KL1, que es para atletas que impulsan el kayak usando los brazos, los hombros y la mitad superior del torso). ¿El deporte acapara todo su tiempo? “Hace un año congelé mi carrera, que es terapia ocupacional, y ahora me reintegro el 18 o 19 de octubre.
Ya di la tesis, me falta solo el examen de grado y la última práctica para Iicenciarme Iicenciarme en la Universidad de las Américas”. 1.11 1 1 : 1 -J 1 u Wollermann se proyecta más allá de Los Angeles 2028: “Quiero llegar a Brisbane 2032 sostiene..